*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
17 de diciembre, feria
Laudes
Inicio
†
(se hace la señal de la cruz sobre
los labios mientras se dice:)
V/. -Señor,
Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: El Señor
está cerca, venid, adorémosle.
Animaos los unos a los otros, día tras día, mientras dure este
«hoy» (Hb 3,13)
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
-se repite la antífona
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
-se repite la antífona
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
-se repite la antífona
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
-se repite la antífona
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
-se repite la antífona
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El Señor
está cerca, venid, adorémosle.
Himno
Ya muy cercano, Emmanuel,
hoy te presiente Israel,
que en triste exilio vive ahora
y redención de ti implora.
Ven ya, del cielo resplandor,
Sabiduría del Señor,
pues con tu luz, que el mundo ansía,
nos llegará nueva alegría.
Llegando estás, Dios y Señor,
del Sinaí legislador,
que la ley santa promulgaste
y tu poder allí mostraste.
Ven, Vara santa de Jesé,
contigo el pueblo a lo que fue
volver espera, pues aún gime
bajo el cruel yugo que lo oprime.
Ven, Llave de David, que al fin
el cielo abriste al hombre ruin
que hoy puede andar libre su vía,
con la esperanza del gran día.
Aurora tú eres que, al nacer,
nos trae nuevo amanecer,
y, con tu luz, viva esperanza
el corazón del hombre alcanza.
Rey de la gloria, tu poder
al enemigo ha de vencer,
y, al ayudar nuestra flaqueza,
se manifiesta tu grandeza. Amén.
Primer Salmo
Salmo 50: Misericordia, Dios mío
Ant: De Sión
vendrá el Señor que ha de reinar: su nombre será Emmanuel.
Renovaos en la mente y en el espíritu y vestíos de la nueva
condición humana (Ef 4,23-24)
Misericordia, Dios mío, por tu
bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
¡Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: De Sión
vendrá el Señor que ha de reinar: su nombre será Emmanuel.
Cántico AT
Jeremías 14,17-21: Lamentación del pueblo en tiempo de hambre y
de guerra
Ant: Perseverad
constantes, a vosotros vendrá el auxilio del Señor.
Está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio
(Mc 1,15)
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la Doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.
Salgo al campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
vagan sin sentido por el país.
¿Por qué has rechazado del todo a Judá?
¿Tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por qué nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.
Señor, reconocemos nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.
No nos rechaces, por tu nombre,
no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Perseverad
constantes, a vosotros vendrá el auxilio del Señor.
Segundo Salmo
Salmo 99: Alegría de los que entran en el templo
Ant: Yo miro
atento al Señor, espero en Dios, mi Salvador.
El Señor manda que los redimidos entonen un himno de victoria (S.
Atanasio)
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
Sabed que el Señor es Dios:
que Él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Yo miro
atento al Señor, espero en Dios, mi Salvador.
Lectura Bíblica
Is 11,1-3ª
Brotará
un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se
posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de
consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el
temor del Señor.
V/. Sobre ti,
Jerusalén, amanecerá el Señor.
R/. Sobre ti,
Jerusalén, amanecerá el Señor.
V/. Su gloria
aparecerá sobre ti.
R/. Amanecerá
el Señor.
V/. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Sobre ti,
Jerusalén, amanecerá el Señor.
Lectura Bíblica
V/. El Señor anuncia su palabra a Jacob.
R/. Sus decretos y mandatos a Israel.
La salvación de Israel por medio de
Ciro
Is 45,1-13
Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano:
«Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré
ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán.
Yo iré delante de ti, allanándote los cerros; haré trizas las
puertas de bronce, arrancaré los cerrojos de hierro, te daré los tesoros
ocultos, los caudales escondidos. Así sabrás que yo soy el Señor, que te llamo
por tu nombre, el Dios de Israel.
Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu
nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro;
fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que
sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí.
Yo soy el Señor, y no hay otro: artífice de la luz, creador de las
tinieblas, autor de la paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo
esto.
Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad la victoria; ábrase la
tierra y brote la salvación, y con ella germine la justicia: yo, el Señor, lo
he creado.»
¡Ay del que pleitea con su artífice, loza contra el alfarero!
¿Acaso dice la arcilla al artesano: «Qué estás haciendo», o: «Tu vasija no
tiene asas»? ¡Ay del que le dice al padre: «¿Qué engendras?», o a la mujer:
«¿Por qué te retuerces?»!
Así dice el Señor, el Santo de Israel, su artífice: «Y vosotros,
¿vais a pedirme cuentas de mis hijos? ¿Me vais a dar instrucciones sobre la
obra de mis manos? Yo hice la tierra y creé sobre ella al hombre; mis propias
manos desplegaron el cielo, y doy órdenes a su entero ejército. Yo le he
suscitado para la victoria y allanaré todos sus caminos: él reconstruirá mi
ciudad, libertará a mis deportados sin precio ni rescate», dice el Señor de los
ejércitos.
R/. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo. Ábrase la
tierra y brote la salvación.
V/. Envía, Señor, al Cordero, soberano de la tierra, desde la Peña del
desierto al Monte Sión.
R/. Ábrase la tierra y brote la salvación.
El misterio de nuestra
reconciliación
San León Magno, papa y doctor de la Iglesia
Carta 31,2-3
De nada sirve reconocer a nuestro Señor como hijo de la
bienaventurada Virgen María y como hombre verdadero y perfecto, si no se le
cree descendiente de aquella estirpe que en el Evangelio se le atribuye.
Pues dice Mateo: Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de
Abrahán; y a continuación viene el orden de su origen humano hasta llegar a
José, con quien se hallaba desposada la madre del Señor.
Lucas, por su parte, retrocede por los grados de ascendencia y se
remonta hasta el mismo origen del linaje humano, con el fin de poner de relieve
que el primer y el último Adán son de la misma naturaleza.
Para enseñar y justificar a los hombres, la omnipotencia del Hijo
de Dios podía haber aparecido, por supuesto, del mismo modo que había aparecido
ante los patriarcas y los profetas, es decir, bajo apariencia humana: por
ejemplo, cuando trabó con ellos un combate o mantuvo una conversación, cuando
no rehuyó la hospitalidad que se le ofrecía y comió los alimentos que le
presentaban.
Pero aquellas imágenes eran indicios de este hombre; y las
significaciones místicas de estos indicios anunciaban que él había de
pertenecer en realidad a la estirpe de los padres que le antecedieron.
Y, en consecuencia, ninguna de aquellas figuras era el
cumplimiento del misterio de nuestra reconciliación, dispuesto desde la
eternidad, porque el Espíritu Santo aún no había descendido a la Virgen ni la
virtud del Altísimo la había cubierto con su sombra, para que la Palabra hubiera
podido ya hacerse carne dentro de las virginales entrañas, de modo que la
Sabiduría se construyera su propia casa; el Creador de los tiempos no había
nacido aún en el tiempo, haciendo que la forma de Dios y la de siervo se
encontraran en una sola persona; y aquel que había creado todas las cosas no
había sido engendrado todavía en medio de ellas.
Pues de no haber sido porque el hombre nuevo, encarnado en una
carne pecadora como la nuestra, aceptó nuestra antigua condición y,
consustancial como era con el Padre, se dignó a su vez hacerse consustancial
con su madre, y, siendo como era el único que se hallaba libre de pecado, unió
consigo nuestra naturaleza, la humanidad hubiera seguido para siempre bajo la
cautividad del demonio. Y no hubiésemos podido beneficiarnos de la victoria del
triunfador, si su victoria se hubiera logrado al margen de nuestra naturaleza.
Por esta admirable participación ha brillado para nosotros el
misterio de la regeneración, de tal manera que, gracias al mismo Espíritu por
cuya virtud Cristo fue concebido y nació, hemos nacido de nuevo de un origen
espiritual.
Por lo cual, el evangelista dice de los creyentes: Éstos no han
nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.
R/. Mirad: la raíz de Jesé descenderá para salvar a los pueblos: la
buscarán los gentiles. Y será glorioso su nombre.
V/. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y reinará sobre
la casa de Jacob para siempre.
R/. Y será glorioso su nombre.
*Lecturas del 17 de Diciembre. Feria de Adviento*
Viernes, 17 de diciembre de 2021
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según
san Mateo (1,1-17)*
LIBRO del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.
Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus
hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés engendró a Esrón,
Esrón engendró a Aran, Aran engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón,
Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de
Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboán,
Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat,
Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatán,
Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés,
Manasés engendró a Amós, Amós engendró a Josías; Josías engendró a Jeconías y a
sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel
engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín,
Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín
engendró a Eliud, Eliudengendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán
engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació
Jesús, llamado Cristo.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde
David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a
Babilonia hasta el Cristo, catorce.
Palabra del Señor
Cántico Evangélico
Cántico
Ant: Sabed que
está cerca el Reino de Dios, os aseguro que no tardará.
†
(se hace la señal de la cruz
mientras se comienza a recitar)
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Sabed que
está cerca el Reino de Dios, os aseguro que no tardará.
Preces
Oremos a Dios Padre, que trazó desde antiguo un plan de salvación
para su pueblo, y digámosle:
Guarda a
tu pueblo, Señor
·
- Oh Dios, que prometiste a tu pueblo un vástago que haría
justicia,
vela por la santidad de tu Iglesia.
· -
Inclina, oh Dios, el corazón de los hombres a tu palabra
y afianza la santidad de tus fieles.
· - Por tu
Espíritu consérvanos en el amor,
para que podamos recibir la misericordia de tu Hijo que se acerca.
· - Haz que
nos mantengamos firmes, Dios de clemencia,
hasta el día de la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
·
Se pueden añadir algunas
intenciones libres.
Llenos del Espíritu de
Jesucristo, acudamos a nuestro Padre común, diciendo:
Padre
nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a
nosotros tu reino;
hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos
dejes caer en la tentación,
y
líbranos del mal.
Final
Dios,
creador y restaurador del hombre, que has querido que tu Hijo, Palabra eterna,
se encarnase en el seno de María, siempre Virgen, escucha nuestras súplicas, y
que Cristo, tu Unigénito, hecho hombre por nosotros, se digne hacernos
partícipes de su condición divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un
ministro ordenado, o en el rezo individual:
†
(se hace la señal de la cruz
mientras se dice:)
V/. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.
17 de diciembre, feria
Vísperas
Inicio
†
(se hace la señal de la cruz
mientras se dice:)
V/. -Dios
mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
Himno
Alegría de nieve
por los caminos.
Todo espera la gracia
del Bien Nacido.
En desgracia los hombres,
dura la tierra.
Cuanta más nieve cae,
más cielo cerca.
La tierra tan dormida
ya se despierta.
Y hasta el hombre más muerto
se despereza.
Ya los montes se allanan
y las colinas,
y el corazón del hombre
vuelve a la vida. Amén.
Primer Salmo
Salmo 134-I: Himno a Dios, realizador de maravillas
Ant: De Sión
vendrá el Señor que ha de reinar: su nombre será Emmanuel.
Vosotros sois... un pueblo adquirido por Dios para proclamar las
hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz
maravillosa (1P 2,9)
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos,
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: De Sión
vendrá el Señor que ha de reinar: su nombre será Emmanuel.
Segundo Salmo
Salmo 134-II:
Ant: Perseverad
constantes, a vosotros vendrá el auxilio del Señor.
Señor, tu nombre es eterno;
Señor, tu recuerdo de edad en edad.
Porque el Señor gobierna a su pueblo
y se compadece de sus siervos.
Los ídolos de los gentiles son oro y plata,
hechura de manos humanas:
tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,
tienen orejas y no oyen,
no hay aliento en sus bocas.
Sean lo mismo los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
Casa de Israel, bendice al Señor;
casa de Aarón, bendice al Señor;
casa de Leví, bendice al Señor;
fieles del Señor, bendecid al Señor.
Bendito en Sión el Señor,
que habita en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Perseverad
constantes, a vosotros vendrá el auxilio del Señor.
Cántico NT
Apocalipsis 15, 3-4: Himno de adoración
Ant: Yo miro
atento al Señor, espero en Dios, mi Salvador.
Grandes y maravillosas son tus
obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Yo miro
atento al Señor, espero en Dios, mi Salvador.
Lectura Bíblica
1Ts 5,23-24
Que el
mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma
y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor
Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.
V/. Muéstranos,
Señor, tu misericordia.
R/. Muéstranos,
Señor, tu misericordia.
V/. Danos tu
Salvación.
R/. Tu
misericordia.
V/. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Muéstranos,
Señor, tu misericordia.
Cántico Evangélico
Cántico
Ant: Oh
Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro
confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de
la salvación.
†
(se hace la señal de la cruz
mientras se comienza a recitar)
Proclama mi alma la grandeza del
Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Oh
Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro
confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de
la salvación.
Preces
Invoquemos
a Cristo, alegría y júbilo de cuantos esperan su llegada, y digámosle:
¡Ven,
Señor, y no tardes más!
·
- Esperamos, alegres, tu venida:
ven, Señor Jesús.
· - Tú que
existes antes de los tiempos,
ven y salva a los que viven en el tiempo.
· - Tú que
creaste el mundo y a todos los que en él habitan,
ven a restaurar la obra de tus manos.
· - Tú que
no despreciaste nuestra naturaleza mortal,
ven y arráncanos del dominio de la muerte.
· - Tú que
viniste para que tuviéramos vida abundante,
ven y danos tu vida eterna.
· - Tú que
quieres congregar a todos los hombres en tu reino,
ven y reúne a cuantos desean contemplar tu rostro.
Se pueden añadir algunas
intenciones libres.
Reconociendo que nuestra fuerza
para no caer en la tentación se halla en Dios, digamos confiadamente:
Padre
nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a
nosotros tu reino;
hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos
dejes caer en la tentación,
y
líbranos del mal.
Final
Dios,
creador y restaurador del hombre, que has querido que tu Hijo, Palabra eterna,
se encarnase en el seno de María, siempre Virgen, escucha nuestras súplicas, y
que Cristo, tu Unigénito, hecho hombre por nosotros, se digne hacernos
partícipes de su condición divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un
ministro ordenado, o en el rezo individual:
†
(se hace la señal de la cruz
mientras se dice:)
V/. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.