*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Calixto, Papa y
Mártir*
14 de Octubre
JUEVES SEMANA IV
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.
Himno: OH DIOS, AUTOR DE LA LUZ.
Oh Dios, autor de la luz,
de los cielos la lumbrera,
que el universo sostienes
abriendo tu mano diestra.
La aurora, con mar de grana,
cubriendo está las estrellas,
bautizando humedecida
con el rocío la tierra.
Auséntanse ya las sombras,
al orbe la noche deja,
y al nuevo día el lucero,
de Cristo imagen, despierta.
Tú, día de día, oh Dios,
y Luz de Luz, de potencia
soberana, oh Trinidad,
doquier poderoso reinas.
Oh Salvador, ante ti
inclinamos la cabeza,
y ante el Padre y el Espíritu,
dándote gloria perpetua. Amén.
SALMODIA
Ant 1. En la mañana, Señor, hazme escuchar tu gracia.
Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA
Señor, escucha mi oración;
tú que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.
Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.
Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.
En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti;
indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.
Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.
Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. En la mañana, Señor, hazme escuchar tu gracia.
Ant 2. El Señor hará derivar hacia Jerusalén como un río la paz.
Cántico: CONSUELO Y GOZO PARA LA CIUDAD SANTA. Is 66, 10-14a
Festejad a Jerusalén, gozad con ella,
todos los que la amáis,
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto;
a su pecho seréis alimentados
y os saciaréis de sus consuelos
y apuraréis las delicias
de sus pechos abundantes.
Porque así dice el Señor:
«Yo haré derivar hacia ella
como un río la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.
Llevarán en brazos a sus criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo
y en Jerusalén seréis consolados.
Al verlo se alegrará vuestro corazón
y vuestros huesos florecerán como un prado.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor hará derivar hacia Jerusalén como un río la paz.
Ant 3. Nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
Salmo 146 - PODER Y BONDAD DEL SEÑOR
Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel;
él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados.
Entonad la acción de gracias al Señor,
tocad la cítara para nuestro Dios,
que cubre el cielo de nubes,
preparando la lluvia para la tierra;
que hace brotar hierba en los montes,
para los que sirven al hombre;
que da su alimento al ganado,
y a las crías de cuervo que graznan.
No aprecia el vigor de los caballos,
no estima los músculos del hombre:
el Señor aprecia a sus fieles,
que confían en su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
LECTURA BREVE Rm 8, 18-21
Los padecimientos de esta vida presente tengo por cierto que no son nada en
comparación con la gloria futura que se ha de revelar en nosotros. La creación
entera está en expectación, suspirando por esa manifestación gloriosa de los
hijos de Dios; porque las creaturas todas quedaron sometidas al desorden, no
porque a ello tendiesen de suyo, sino por culpa del hombre que las sometió. Y
abrigan la esperanza de quedar ellas, a su vez, libres de la esclavitud de la
corrupción, para tomar parte en la libertad gloriosa que han de recibir los
hijos de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Velando medito en ti, Señor.
R. Velando medito en ti, Señor.
V. Porque fuiste mi auxilio.
R. Medito en ti, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Velando medito en ti, Señor.
Primera Lectura
Del libro
del profeta Jeremías 4, 5-8.13-28
EL
DEVASTADOR VENDRÁ DEL NORTE
Esto dice el Señor:
«Anunciadlo en Judá, publicadlo en Jerusalén. Tocad la trompeta en el país,
gritad a plena voz: "Congregaos para marchar a la ciudad fortificada.
Avisad con la bandera hacia Sión: huid, no os paréis; que yo traigo del norte
la desgracia, una gran ruina."
Sale el león de la maleza, está en marcha el asesino de naciones, ha dejado su
cubil, para arrasar tu tierra e incendiar tus ciudades, hasta no dejar
habitantes. Por eso vestíos de saco, llorad y gemid, porque no cede el incendio
de la ira del Señor.
Miradlo subir como una nube, sus carros como un huracán, sus caballos más
veloces que águilas.»
¡Ay de nosotros que nos destrozan!
Lava tu corazón de maldades, Jerusalén, para salvarte.
¿Hasta cuándo anidarán en tu pecho planes desatinados?
Escucha, un mensajero de Dan anuncia desgracias desde la montaña de Efraím.
«Proclamadlo en Judá, anunciadlo en Jerusalén, llegan enemigos de tierra
lejana; alzarán el grito de guerra contra las ciudades de Judá. Como guardas de
campo te rodean, porque te rebelaste contra mí -oráculo del Señor-. Tu conducta
y tus perversidades te lo han traído: ésta es tu maldad que te llega a amargar
el corazón.»
¡Ay, mis entrañas, mis entrañas! Me destrozan las paredes del pecho, tengo el
corazón turbado, no puedo callar. Porque escucho yo mismo el son de la
trompeta, el alarido de guerra. Un golpe llama a otro golpe, el país está
desolado; de repente, son desoladas las tiendas, súbitamente, los pabellones.
¿Hasta cuándo he de ver banderas y escuchar trompetas a rebato? «Mi pueblo es
insensato, no me reconoce, son hijos necios que no reflexionan; son sabios para
hacer el mal, pero ignorantes para hacer el bien.»
Miro a la tierra: es un caos; a los cielos: no tiene luz; miro a los montes: se
agitan; a los collados: danzan, están temblando; miro, y no hay hombres, los
pájaros del cielo han volado; miro: el vergel es un desierto, las ciudades
están incendiadas por el Señor, por el incendio de su ira.
Así dice el Señor: «La tierra será una desolación, pero no la aniquilaré.
Por eso se lamentará la tierra, se oscurecerá arriba el cielo. Lo dije y no me
arrepiento, lo pensé y no me vuelvo atrás.»
Responsorio Cf. Jr 4, 24-26; Sal 84, 5
R. Toda la tierra
está desolada, Señor, por el incendio de tu ira; pero tú, Señor, * ten misericordia
y no nos aniquiles.
V. Restáuranos, Dios salvador nuestro, cesa en tu cólera contra nosotros.
R. Ten misericordia y no nos aniquiles.
Segunda Lectura
De los
tratados de san Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan
(Tratado 26, 4-6: CCL 36, 261-263)
YO SALVARÉ
A MI PUEBLO
Nadie puede venir a
mí, si no lo atrae el Padre. No vayas a creer que eres atraído contra tu voluntad;
el alma es atraída también por el amor. Ni debemos temer el reproche que, en
razón de estas palabras evangélicas de la Escritura, pudieran hacernos algunos hombres,
los cuales, fijándose sólo en la materialidad de las palabras, están muy ajenos
al verdadero sentido de las cosas divinas. En efecto, tal vez nos dirán:
"¿Cómo puedo creer libremente si soy atraído?", Y yo les respondo:
"Me parece poco decir que somos atraídos libremente; hay que decir que
somos atraídos incluso con placer."
¿Qué significa ser atraídos con placer? Sea el Señor tu delicia, y él te dará
lo que pide tu corazón. Existe un apetito en el alma al que este pan del cielo
le sabe dulcísimo. Por otra parte, si el poeta pudo decir: "Cada cual va
en pos de su apetito", no por necesidad, sino por placer, no por
obligación, sino por gusto, ¿no podremos decir nosotros, con mayor razón, que
el hombre se siente atraído por Cristo si sabemos que el deleite del hombre es la
verdad, la justicia, la vida sin fin, y todo esto es Cristo?
¿Acaso tendrán los sentidos su deleite y dejará de tenerlos el alma? Si el alma
no tuviera sus deleites, ¿cómo podría decirse: Los humanos se acogen a la
sombra de tus alas; se nutren de lo sabroso de tu casa, les das a beber del
torrente de tus delicias, porque en ti está la fuente viva, y tu luz nos hace
ver la luz?
Preséntame un corazón amante, y comprenderá lo que digo. Preséntame un corazón inflamado
en deseos, un corazón hambriento, un corazón que, sintiéndose solo y desterrado
en este mundo, esté sediento y suspire por las fuentes de la patria eterna, preséntame
un tal corazón, y asentirá en lo que digo. Si, por el contrario, hablo a un corazón
frío, éste nada sabe, nada comprende de lo que estoy diciendo.
Muestra una rama verde a una oveja, y verás cómo atraes a la oveja; enséñale
nueces a un niño, y verás cómo lo atraes también, y viene corriendo hacia el
lugar a donde es atraído; es atraído por el amor, es atraído sin que se violente
su cuerpo, es atraído por aquello que desea. Si, pues, estos objetos, que no son
más que deleites y aficiones terrenas, atraen, por su simple contemplación, a
los que tales cosas aman, porque es cierto que "cada cual es atraído por
su deseo" ¿no va a atraernos Cristo revelado por el Padre? ¿Qué otra cosa
desea nuestra alma con más vehemencia que la verdad? ¿De qué otra cosa el
hombre está más hambriento? Y ¿para qué desea tener sano el paladar de la inteligencia
sino para descubrir y juzgar lo que es verdadero, para comer y beber la sabiduría,
la justicia, la verdad y la eternidad?
"Dichosos, por tanto -dice-, los que tienen hambre y sed de la justicia
-entiende, aquí en la tierra-, porque -allí, en el cielo-ellos quedarán saciados.
Les doy ya lo que aman, les doy ya lo que desean; después verán aquello en lo
que creyeron aun sin haberlo visto; comerán y se saciarán de aquellos bienes de
los que estuvieron hambrientos y sedientos.
¿Dónde? En la resurrección de los muertos, porque yo los resucitaré en el
último día."
Responsorio Mi 7, 7. 8; Sal 144, 18
R. Pedid y se os
dará, * pues todo el que pide recibe y el que busca halla y al que llama se le
abrirá.
V. Cerca está el Señor de los que lo invocan sinceramente.
R. Pues todo el que pide recibe y el que busca halla y al que llama se le
abrirá.
*Lecturas
del Jueves de la 28 Semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 14 de octubre de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (11,47-54)
En aquel tiempo, dijo el Señor: «¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los
profetas, después que vuestros padres los mataron! Así sois testigos de lo que
hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros
les edificáis sepulcros. Por algo dijo la sabiduría de Dios: "Les enviaré
profetas y apóstoles; a algunos los perseguirán y matarán"; y así, a esta
generación se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la
creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció
entre el altar y el santuario. Sí, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta
generación. ¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis quedado con la
llave del saber; vosotros, que no habéis entrado y habéis cerrado el paso a los
que intentaban entrar!»
Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de
la lengua con muchas preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias
palabras.
Palabra de Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros
pecados.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros
pecados.
PRECES
Invoquemos a Dios, de quien viene la salvación para su pueblo,
diciendo:
Tú, que eres nuestra vida, escúchanos, Señor.
Bendito seas, Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque en tu gran
misericordia nos has hecho nacer de nuevo para una esperanza viva,
por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.
Tú que, en Cristo, renovaste al hombre, creado a imagen tuya,
haz que reproduzcamos la imagen de tu Hijo.
Derrama en nuestros corazones, lastimados por el odio y la envidia,
tu Espíritu de amor.
Concede hoy trabajo a quienes lo buscan, pan a los hambrientos, alegría a los
tristes,
a todos la gracia y la salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Concédenos, Señor, acoger siempre el anuncio de la salvación para
que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos te sirvamos, con
santidad y justicia, todos nuestros días. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Calixto, Papa y Mártir*
Cuando San Ceferino ascendió al Pontificado, en el año 199, nombró
a Calixto superintendente del cementerio cristiano de la Vía Apia, que se llama
actualmente cementerio de San Calixto. Se dice que el santo ensanchó el
cementerio y suprimió los terrenos privados; probablemente fue esa la primera
propiedad que poseyó la Iglesia. San Calixto fue ordenado diácono por San
Ceferino y llegó a ser su íntimo amigo y consejero.
San Calixto fue elegido por la mayoría del pueblo y el clero de
Roma para suceder a San Ceferino.
Los rigoristas encabezados por San Hipólito, se quejaban de que
San Calixto hubiese determinado de que el hecho de cometer un pecado mortal no
era razón suficiente para deponer a un obispo; que hubiese admitido a las
órdenes a quienes se habían casado dos o tres veces y que hubiese reconocido
las legitimidad de los matrimonios entre los esclavos y mujeres libres, lo cual
estaba prohibido por la ley civil. Por otra parte, Chapman llega a decir que el
santo fue un gran defensor de la sana doctrina y de la disciplina.
San Calixto fue sepultado en la Vía Aurelia, probablemente
martirizado.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: PORQUE ES TARDE, DIOS MÍO.
Porque es tarde, Dios mío,
porque anochece ya
y se nubla el camino,
porque temo perder
las huellas que he seguido,
no me dejes tan solo
y quédate conmigo.
Porque he sido rebelde
y he buscado el peligro,
y escudriñé curioso
las cumbres y el abismo,
perdóname, Señor,
y quédate conmigo.
Porque ardo en sed de ti
y en hambre de tu trigo,
ven, siéntate a mi mesa,
dígnate ser mi amigo.
¡Qué aprisa cae la tarde...!
¡quédate conmigo! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tú eres, Señor, mi bienhechor, y mi refugio donde me pongo a
salvo.
Salmo 143 I - ORACIÓN POR LA VICTORIA Y POR LA PAZ
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea;
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.
Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?
¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.
Señor, inclina tu cielo y desciende,
toca los montes, y echarán humo,
fulmina el rayo y dispérsalos,
dispara tus saetas y desbarátalos.
Extiende la mano desde arriba:
defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,
de la mano de los extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tú eres, Señor, mi bienhechor, y mi refugio donde me pongo a
salvo.
Ant 2. Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.
Salmo 143 II
Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo.
Defiéndeme de la espada cruel,
sálvame de las manos de extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.
Sean nuestros hijos un plantío,
crecidos desde su adolescencia;
nuestras hijas sean columnas talladas,
estructura de un templo.
Que nuestros silos estén repletos
de frutos de toda especie;
que nuestros rebaños a millares
se multipliquen en las praderas,
y nuestros bueyes vengan cargados;
que no haya brechas ni aberturas,
ni alarma en nuestras plazas.
Dichoso el pueblo que esto tiene,
dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.
Ant 3. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
LECTURA BREVE Col 1, 23
Perseverad firmemente fundados e inconmovibles en la fe y no os apartéis de la
esperanza del Evangelio que habéis oído, que ha sido predicado a toda creatura
bajo los cielos.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor es mi pastor, nada me falta.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
V. En verdes praderas me hace recostar.
R. Nada me falta.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. A los que tienen hambre de ser justos el Señor los colma de
bienes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A los que tienen hambre de ser justos el Señor los colma de
bienes.
PRECES
Invoquemos a Cristo, luz del mundo y alegría de todo ser viviente,
y digámosle confiados:
Señor, danos tu luz, la salvación y la paz.
Luz indeficiente y palabra eterna del Padre, tú que has venido a salvar a los
hombres,
ilumina a los catecúmenos de la Iglesia con la luz de tu verdad.
No lleves cuenta de nuestros delitos, Señor,
pues de ti procede el perdón.
Señor, tú que has querido que la inteligencia del hombre investigara los
secretos de la naturaleza,
haz que la ciencia y las artes contribuyan a tu gloria y al bienestar de todos
los hombres.
Protege, Señor, a los que se han consagrado en el mundo al servicio de sus
hermanos;
que con libertad de espíritu y sin desánimo puedan realizar su ideal.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Señor, tú que abres y nadie puede cerrar, ilumina a nuestros difuntos que yacen
en tiniebla y en sombra de muerte,
y ábreles las puertas de tu reino.
Porque todos nos sabemos hermanos, hijos de un mismo Dios, confiadamente nos
atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Acoge benigno, Señor, nuestra súplica vespertina y haz que,
siguiendo las huellas de tu Hijo, fructifiquemos con perseverancia en buenas
obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.