*Lecturas del Miércoles de la 20ª semana del Tiempo Ordinario*
Miércoles, 18 de agosto de 2021
Primera
lectura
Lectura del
libro de los Jueces (9,6-15):
En aquellos días, los de Siquén y todos los de El Terraplén se reunieron para
proclamar rey a Abimelec, junto a la encina de Siquén.
En cuanto se enteró Yotán, fue y, en pie sobre la cumbre del monte Garizín, les
gritó a voz en cuello: «¡Oídme, vecinos de Siquén, así Dios os escuche! Una vez
fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: "Sé nuestro
rey." Pero dijo el olivo: "¿Y voy a dejar mi aceite, con el que
engordan dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces
dijeron a la higuera: "Ven a ser nuestro rey." Pero dijo la higuera:
¿Y voy a dejar mi dulce fruto sabroso, para ir a mecerme sobre los
árboles?" Entonces dijeron a la vid: "Ven a ser nuestro rey."
Pero dijo la vid: "¿Y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres,
para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces dijeron a la zarza:
"Ven a ser nuestro rey." Y les dijo la zarza: "Si de veras
queréis ungirme rey vuestro, venid a cobijaros bajo mi sombra; y si no, salga
fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano."»
Palabra de Dios
Salmo
Sal
20,2-3.4-5.6-7
R/. Señor, el rey se
alegra por tu fuerza
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios. R/.
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término. R/.
Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia. R/.
*Lecturas del Miércoles de la 20ª semana del Tiempo Ordinario*
Miércoles, 18 de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (20,1-16a)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El
reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a
contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario
por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros
que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi
viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía
y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros,
parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin
trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les
dijo: "Id también vosotros a mi viña." Cuando oscureció, el dueño de
la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal,
empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del
atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros,
pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno.
Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han
trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos
aguantado el peso del día y el bochorno. Él replicó a uno de ellos:
"Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario?
Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no
tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú
envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los
primeros los últimos.»
Palabra del Señor
(« ¿Vas a tener tú envidia porque
yo soy bueno? »).
*El Señor y yo nos ajustamos en que
el me daría una sola vida, y que tengo que vivir mi vida según los trabajos de
su viña, en ningún momento me dijo que tenía que recibir más que los demás, y
mucho menos estoy autorizado a adueñarme de la vida de los demás. He cometido
un gran error en pesar que esta vida es mía y puedo hacer con ella lo que
quiera, todo lo quiero para mí. El Señor me invita a reconocer que él es el
dueño y él se despoja de su propia vida para darme a comer a mí para que yo me
alimente de él y no perezca.*
*El que desea y
quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.