Musica Para el Alma

viernes, 2 de julio de 2021

LAS LECTURAS DEL SÁBADO 3 DE JULIO 2021


 

*Lecturas del Santo Tomás, apóstol*

Sábado, 3 de julio de 2021

Primera lectura

Lectura de la carta a los Efesios (2,19-22):

Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 116

R/.
 Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.

 

*Lecturas del Santo Tomás, apóstol*

Sábado, 3 de julio de 2021

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Juan (20,24-29)*

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos.
Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»

Palabra del Señor

 

(No seas incrédulo, sino creyente)

 

*El gesto de Tomás es figura de mi propia vida. La misericordia y el amor del Señor están para mí en estas palabras: (No sea incrédulo; sino creyente). Esto me deja ver que dentro de mí está la decisión de creer o no. El Señor se me adelanta un paso, no espera a que yo pueda llegar a él, sino que él se adelanta, hasta donde estoy. Y puedo saborear una dulzura especial en esta palabra, yo que deseo tocar al Señor y el Señor que está con mucho deseo de dejarse tocar por mí. Es impresionante como el Señor pone toda su atención sobre mí, como está muy atento esperando que, de mis labios, de mi boca, de mi alma, que desde lo más profundo de mí ser salgan bien entonadas estas palabras: Señor mío y Dios mío*

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.