*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Pedro Crisólogo*
30 de Julio
VIERNES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y
mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Dad
gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad
gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Himno: EDIFICASTE UNA TORRE
Edificaste una torre
para tu huerta florida;
un lagar para tu vino
y, para el vino, una viña.
Y la viña no dio uvas,
ni el lagar buena bebida:
sólo racimos amargos
y zumos de amarga tinta.
Edificaste una torre,
Señor, para tu guarida;
un huerto de dulces frutos,
una noria de aguas limpias,
un blanco silencio de horas
y un verde beso de brisas.
Y esta casa que es tu torre,
este mi cuerpo de arcilla,
esta sangre que es tu sangre
y esta herida que es tu herida
te dieron frutos amargos,
amargas uvas y espinas.
¡Rompe, Señor, tu silencio,
rompe tu silencio y grita!
Que mi lagar enrojezca
cuando tu planta lo pise,
y que tu mesa se endulce
con el vino de tu viña. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y
holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR
ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aceptarás
los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Ant 2. Con
el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Cántico: QUE LOS PUEBLOS TODOS SE
CONVIERTAN AL SEÑOR. Is 45, 15-25
Es verdad: tú eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen
nunca jamás.
Así dice el Señor, creador del cielo
- él es Dios -,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor y no hay otro.»
No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío.»
Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.
Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
- No hay otro Dios fuera de mí -.
Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.
Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»,
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder.»
A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él,
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con
el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Ant 3. Entrad
en la presencia del Señor con aclamaciones.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL
TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad
en la presencia del Señor con aclamaciones.
LECTURA BREVE Ef 4, 29-32
No salga de vuestra boca palabra desedificante, sino la que sirva para la
necesaria edificación, comunicando la gracia a los oyentes. Y no provoquéis más
al santo Espíritu de Dios, con el cual fuisteis marcados para el día de la
redención. Desterrad de entre vosotros todo exacerbamiento, animosidad, ira,
pendencia, insulto y toda clase de maldad. Sed, por el contrario, bondadosos y
compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como también Dios os ha
perdonado en Cristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
R. En
la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Indícame
el camino que he de seguir.
R. Hazme
escuchar tu gracia.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En
la mañana hazme escuchar tu gracia.
Primera Lectura
Del primer libro de los Reyes 16, 29-17, 16
PRINCIPIO DEL MINISTERIO DEL PROFETA ELÍAS EN TIEMPO DE AJAB, REY DE
ISRAEL
Ajab, hijo de Omrí, comenzó a reinar en Israel el año treinta y
ocho de Asá, rey de Judá. Ajab, hijo de Omrí, reinó sobre Israel en Samaria veintidós
años. Hizo el mal a los ojos del Señor más que todos sus predecesores.
No sólo imitó los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, sino que, además, tomó
por mujer a Jezabel, hija de Ittobaal, rey de los sidonios, y sirvió a Baal,
postrándose ante él.
Alzó un altar a Baal en el santuario que le edificó en Samaria. Hizo también
Ajab el cipo y aumentó la indignación del Señor, Dios de Israel, más que todos
los reyes de Israel que lo precedieron. En su tiempo, Jiel de Betel reedificó
Jericó. Sobre Abirón, su primogénito, echó los cimientos, y sobre Segub, su
hijo menor, asentó las puertas, según la palabra que había pronunciado el Señor
por boca de Josué, hijo de Nun.
Elías tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab:
«Vive el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo. No habrá estos años rocío ni
lluvia, más que cuando mi boca lo diga.»
Fue dirigida la palabra del Señor a Elías de esta manera:
«Sal de aquí, dirígete hacia oriente y escóndete en el torrente de Kerit, que
está al este del Jordán. Beberás del torrente y encargaré a los cuervos que te
sustenten allí.»
Hizo según la palabra del Señor, y se fue a vivir en el torrente de Kerit, que
está al este del Jordán. Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por
la tarde, y bebía del torrente. Al cabo de algún tiempo se secó el torrente,
porque no había lluvia en el país.
Le fue dirigida la palabra del Señor a Elías, de esta manera:
«Levántate y vete a Sarepta de Sidón y quédate allí, pues he ordenado a una
mujer viuda de ese lugar que te dé de comer.»
Se levantó y se fue a Sarepta. Cuando entraba por la puerta de la ciudad había
allí una mujer viuda que recogía leña. La llamó Elías y le dijo: «Tráeme, por
favor, un poco de agua para mí en tu vaso, para que pueda beber.»
Cuando ella iba a traérsela, le gritó: «Tráeme también, por favor, un bocado de
pan en tu mano.»
Ella dijo: «Vive el Señor, tu Dios, no tengo nada de pan cocido; sólo tengo un
puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la orza. Estoy recogiendo
dos palos, entraré y lo prepararé para mí y para mi hijo; lo comeremos y moriremos.»
Pero Elías le dijo: «No temas. Entra y haz como has dicho, pero primero haz una
torta pequeña para mí y tráemela, y luego la harás para ti y para tu hijo.
Porque así habla el Señor, Dios de Israel: "No se acabará la harina en la
tinaja, ni se agotará el aceite en la orza, hasta el día en que el Señor haga
caer la lluvia sobre la faz de la tierra."»
Ella se fue e hizo según la palabra de Elías, y comieron él, ella y su hijo. No
se acabó la harina en la tinaja ni se agotó el aceite en la orza, según la
palabra que el Señor había dicho por boca de Elías.
Responsorio St 5, 17. 18; Sir 48,
1. 3
R. El profeta Elías oró para que no lloviese y no llovió; * oró
de nuevo y el cielo envió la lluvia.
V. Surgió Elías como un fuego y sus palabras eran como un horno
encendido; con la palabra del Seor sujetó el cielo.
R. Oró de nuevo y el cielo envió la lluvia.
Segunda Lectura
Comienza la carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a
san Policarpo de Esmirna
(Caps. 1,1-4, 3: Funk 1, 247-249)
HEMOS DE SOPORTARLO TODO POR DIOS, A FIN DE QUE TAMBIÉN ÉL NOS
SOPORTE A NOSOTROS
Ignacio, por sobrenombre Teóforo, es decir, Portador de Dios, a
Policarpo, obispo de la Iglesia de Esmirna, o más bien, puesto él mismo bajo la
vigilancia o episcopado de Dios Padre y del Señor Jesucristo: mi más cordial
saludo.
Al comprobar que tu sentir está de acuerdo con Dios y asentado como sobre roca inconmovible,
yo glorifico en gran manera al Señor por haberme hecho la gracia de ver tu rostro
intachable, del que ojalá me fuese dado gozar siempre en Dios. Yo te exhorto,
por la gracia de que estás revestido, a que aceleres el paso en tu carrera, y a
que exhortes a todos para que se salven. Desempeña el cargo que ocupas con toda
diligencia corporal y espiritual. Preocúpate de que se conserve la concordia,
que es lo mejor que puede existir.
Llévalos a todos sobre ti, como a ti te lleva el Señor. Sopórtalos a todos con
espíritu de caridad, como siempre lo haces. Dedícate continuamente a la
oración. Pide mayor sabiduría de la que tienes. Mantén alerta tu espíritu, pues
el espíritu desconoce el sueño.
Háblales a todos al estilo de Dios. Carga sobre ti, como perfecto atleta, las
enfermedades de todos. Donde mayor es el trabajo, allí hay rica ganancia.
Si sólo amas a los buenos discípulos, ningún mérito tienes en ello. El mérito
está en que sometas con mansedumbre a los más perniciosos. No toda herida se
cura con el mismo emplasto. Los accesos de fiebre cálmalos con aplicaciones
húmedas. Sé en todas las cosas sagaz como la serpiente, pero sencillo en toda
ocasión, como la paloma. Por eso, justamente eres a la vez corporal y
espiritual, para que aquellas cosas que saltan a tu vista las desempeñes buenamente,
y las que no alcanzas a ver ruegues que te sean manifestadas. De este modo,
nada te faltará, sino que abundarás en todo don de la gracia. Los tiempos
requieren de ti que aspires a alcanzar a Dios, juntamente con los que tienes
encomendados, como el piloto anhela prósperos vientos, y el navegante, sorprendido
por la tormenta, suspira por el puerto. Sé sobrio, como un atleta de Dios. El premio
es la incorrupción y la vida eterna, de cuya existencia también tú estás
convencido.
En todo y por todo soy una víctima de expiación por ti, así como mis cadenas,
que tú mismo has besado.
Que no te amedrenten los que se dan aires de hombres dignos de todo crédito y enseñan
doctrinas extrañas a la fe. Por tu parte, mantente firme como un yunque golpeado
por el martillo. Es propio de un grande atleta el ser desollado y, sin embargo,
vencer. Pues ¡cuánto más hemos de soportarlo todo nosotros por Dios, a fin de
que también él nos soporte a nosotros! Sé todavía más diligente de lo que eres.
Date cabal cuenta de los tiempos. Aguarda al que está por encima del tiempo, al
intemporal; al invisible, que por nosotros se hizo visible; al impalpable, al
impasible, que por nosotros se hizo pasible; al que en todas las formas
posibles sufrió por nosotros.
Las viudas no han de ser desatendidas. Después del Señor, tú has de ser quien
cuide de ellas. Nada se haga sin tu conocimiento, y tú, por tu parte, hazlo
todo contando con Dios, como efectivamente lo haces. Mantente firme. Celébrense
reuniones con más frecuencia.
Búscalos a todos por su nombre. No trates altivamente a esclavos y esclavas;
mas tampoco dejes que se engrían, sino que traten, para gloria de Dios, de
mostrarse mejores servidores, a fin de que alcancen de él una libertad más
excelente.
Responsorio 1 Tm 6, 11-12; 2 Tm 2,
10
R. Corre al alcance de la justicia, de la piedad, de la fe, de
la caridad, de la paciencia en el sufrimiento, de la dulzura. * Combate
el buen combate de la fe, conquista la vida eterna.
V. Todo lo soporto por los elegidos, para que también ellos alcancen
la salvación.
R. Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna.
*Lecturas del Viernes de la 17ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 30 de julio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 13,54-58*
En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la
sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: «¿De
dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿No es el hijo
del carpintero? ¿No es María su madre, y no son sus hermanos Santiago, José,
Simón y Judas? ¿No viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha
sacado todas estas cosas?»
Y se negaban a creer en él.
Entonces Jesús les dijo: «Un profeta no es despreciado más que en su patria y
en su casa».
Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad de ellos.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su
pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El
Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Adoremos a Cristo, que salvó al mundo
con su cruz, y supliquémosle diciendo:
Señor, ten misericordia de nosotros.
Señor Jesucristo, cuya claridad es nuestro sol y nuestro día,
haz que, desde el amanecer, desaparezca de nosotros todo sentimiento malo.
Vela, Señor, sobre nuestros pensamientos, palabras y obras,
a fin de que nuestro día sea agradable ante tus ojos.
Aparta de nuestros pecados tu vista,
y borra en nosotros toda culpa.
Por tu cruz y tu resurrección,
llénanos del gozo del Espíritu Santo.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Ya que somos hijos de Dios, oremos a nuestro Padre como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios misericordioso, que has iluminado
las tinieblas de nuestra ignorancia con la luz de tu palabra: acrecienta en
nosotros la fe que tú mismo nos has dado; que ninguna tentación pueda nunca
destruir el ardor de la fe y de la caridad que tu gracia ha encendido en
nuestro Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
*San Pedro Crisólogo*
Oradores más famosos de la Iglesia Católica, nació en Imola,
Italia y fue formado por el Obispo de esa ciudad Cornelio, por el cual conservó
siempre una gran veneración. El Obispo Cornelio convenció a San Pedro de que en
el dominio de las propias pasiones y en el rechazar los malos deseos reside la
verdadera grandeza, y que este es un medio seguro para conseguir las
bendiciones de Dios.
San Pedro gozó de la amistad del emperador Valentiniano y de la
madre de éste, Plácida, y por recomendación de los dos, fue nombrado Arzobispo
de Ravena. También gozó de la amistad del Papa San León Magno.
Cuando empezó a ser arzobispo de Ravena, había en esta ciudad un
gran número de paganos. Y trabajó con tanto entusiasmo por convertirlos, que
cuando él murió ya eran poquísimos los paganos o no creyentes en este lugar.
A la gente le agradaba mucho sus sermones, y por eso le pusieron
el sobrenombre de crisólogo, que quiere decir, el que habla muy bien. Su modo
de hablar era conciso, sencillo y práctico. La gente se admiraba de que en
predicaciones bastante breves, era capaz de resumir las verdades más
importantes de la fe. Se conservan de él, 176 sermones, muy bien preparados y
cuidadosamente redactados. Por su gran sabiduría al predicar y escribir, fue
nombrado Doctor de la Iglesia, por el Papa Benedicto XIII.
Recomendaba mucho la comunión frecuente y exhortaba a sus oyentes
a convertir la Sagrada Eucaristía en su alimento de todas las semanas.
Murió el 30 de julio del año 451.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi
auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CALOR DE DIOS EN
SANGRE REDENTORA.
Calor de Dios en sangre redentora,
y un río de piedad en tu costado;
bajo tu cruz quédeme arrodillado,
con ansia y gratitud siempre deudora.
Conózcate, oh Cristo, en esta hora
de tu perdón; mi beso apasionado,
de ardientes labios en tu pie clavado,
sea flecha de amor y paz de aurora.
Conózcame en tu vía dolorosa
y conozca, Señor, en los fulgores
de tus siete palabras, mi caída;
que en esta cruz pujante y misteriosa
pongo, sobre el amor de mis amores,
el amor entrañable de mi vida. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sáname, Señor, porque
he pecado contra ti.
Salmo 40 - ORACIÓN DE UN
ENFERMO.
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»
Mis enemigos me desean lo peor;
«A ver si se muere y se acaba su apellido.»
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.
Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»
Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sáname, Señor, porque he pecado
contra ti.
Ant 2. El Señor de los ejércitos está con
nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Salmo 45 - DIOS, REFUGIO
Y FORTALEZA DE SU PUEBLO
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor de los ejércitos está con
nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico: CANTO DE LOS
VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE Rm 15, 1-3
Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos
a nosotros mismos. Cada uno cuide de complacer al prójimo para su bien, para su
edificación; que Cristo no buscó su propia complacencia, según está escrito:
«sobre mí cayeron los ultrajes de quienes te ultrajaron».
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo nos ama y nos ha
absuelto por la virtud de su sangre.R. Cristo nos ama y nos ha
absuelto por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros reino y
sacerdotes para el Dios y Padre suyo.R. Por la virtud de su
sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.R. Cristo nos ama y nos ha absuelto
por la virtud de su sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor nos auxilia a
nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.
Cántico de María. ALEGRÍA
DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor nos auxilia a nosotros,
sus siervos, acordándose de su misericordia.
PRECES
Bendigamos a Dios que
escucha con amor la oración de los humildes y a los hambrientos los colma de
bienes; digámosle confiados:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Señor, Padre lleno de amor, te pedimos por todos los miembros de la iglesia que
sufren:
acuérdate que por ellos, Cristo, cabeza de la iglesia, ofreció en la cruz el
verdadero sacrificio vespertino.
Libra a los encarcelados, ilumina a los que viven en tinieblas, sé la ayuda de
las viudas y de los huérfanos,
y haz que todos nos preocupemos de los que sufren.
Concede a tus hijos la fuerza necesaria
para resistir las tentaciones del Maligno.
Acude en nuestro auxilio, Señor, cuando llegue la hora de nuestra muerte:
que seamos fieles hasta el fin y dejemos este mundo en tu paz.
Se pueden añadir algunas
intenciones libres
Conduce a los difuntos a la luz donde tu habitas
para que puedan contemplarte eternamente.
Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor, que
los que hemos sido aleccionados con los ejemplos de la pasión de tu Hijo
estemos siempre dispuestos a cargar con su yugo llevadero y con su carga
ligera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.