*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Camilo de Lelis,
Servidor de los Enfermos*
14 de
Julio
TIEMPO
ORDINARIO
MIÉRCOLES
DE LA SEMANA III
De la Feria. Salterio III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Himno: DETENTE, AURORA DE ESTE NUEVO DÍA.
¡Detente, aurora de este nuevo día,
refleja en mis pupilas tu paisaje!
Mensajera de amor, es tu equipaje
la hermosura hecha luz y profecía.
¡Detente, aurora, dulce epifanía,
rostro de Dios, qué bello es tu mensaje!
Queme tu amor mi amor que va de viaje
en lucha, y en trabajo y alegría.
Avanzamos, corremos fatigados,
mañana tras mañana enfebrecidos
por la carga de todos los pecados.
Arrópanos, Señor, con la esperanza;
endereza, Señor, los pies perdidos,
y recibe esta aurora de alabanza. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Salmo 85 - ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES.
Inclina tu oído, Señor; escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.
En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.»
Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu grande piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin tenerte en cuenta a ti.
Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí.
Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Ant 2. Dichoso el hombre que procede con justicia y habla con rectitud.
Cántico: DIOS JUZGARÁ CON JUSTICIA Is 33, 13-16
Los lejanos, escuchad lo que he hecho;
los cercanos, reconoced mi fuerza.
Temen en Sión los pecadores,
y un temblor se apodera de los perversos:
«¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?».
El que procede con justicia y habla con rectitud
y rehúsa el lucro de la opresión;
el que sacude la mano rechazando el soborno
y tapa su oído a propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad:
ése habitará en lo alto,
tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre que procede con justicia y habla con rectitud.
Ant 3. Aclamad al Rey y Señor.
Salmo 97 - EL SEÑOR, JUEZ VENCEDOR
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:
tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas
aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad al Rey y Señor.
LECTURA BREVE Jb 1, 21; 2, 10b
Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo
dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de
Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?
RESPONSORIO BREVE
V. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. La
explicación de tus palabras ilumina.
R. Da inteligencia a los ignorantes.
PRIMERA LECTURA
Del segundo libro de Samuel 6, 1-23
EL ARCA ES LLEVADA A JERUSALÉN
En aquellos días, reunió de nuevo David a todo lo mejor de Israel, treinta mil
hombres, se levantó y partió con todo el ejército a Baalá de Judá, para subir
desde allí el arca de Dios que lleva el nombre del Señor de los ejércitos que
se sienta sobre los querubines. Cargaron el arca de Dios en una carreta nueva y
la llevaron de la casa de Abinadab que está en la loma. Uzzá y Ajyó, hijos de Abinadab,
conducían la carreta con el arca de Dios. Uzzá caminaba al lado del arca de
Dios y Ajyó iba delante de ella. David y toda la casa de Israel bailaban
delante del Señor con todas sus fuerzas, cantando con cítaras, arpas, adufes,
sistros y címbalos.
Al llegar a la era de Nakón, extendió Uzzá la mano hacia el arca de Dios y la
sujetó porque los bueyes amenazaban volcarla. Entonces la ira del Señor se
extendió contra Uzzá: allí mismo lo hirió Dios por este atrevimiento y murió
allí junto al arca de Dios. David se afligió porque el Señor había castigado a
Uzzá y se llamó aquel lugar Peres-Uzzá hasta el día de hoy. Aquel día David
tuvo miedo del Señor y dijo:
«¿Cómo voy a llevar a mi casa el arca del Señor?»
Y no quiso llevar el arca del Señor junto a sí, a la ciudad de David, sino que
la hizo llevar a casa de Obededom de Gat. El arca del Señor estuvo en casa de
Obededom de Gat tres meses y el Señor bendijo a Obededom y a toda su casa. Se
hizo saber al rey David:
«El Señor ha bendecido la casa de Obededom y todas sus cosas a causa del arca
de Dios.»
Fue David y subió el arca de Dios de casa de Obededom a la ciudad de David, con
gran alborozo. Cada seis pasos que avanzaban los portadores del arca del Señor,
sacrificaba un buey y un carnero cebado. David danzaba con todas sus fuerzas
ante el Señor, ceñido de un efod de lino. David y toda la casa de Israel subían
el arca del Señor entre clamores y resonar de cuernos. Cuando el arca del Señor
entró en la ciudad de David, Mikal, hija de Saúl, que estaba mirando por la
ventana, vio al rey David saltando y danzando ante el Señor y lo despreció en
su corazón.
Metieron el arca del Señor y la colocaron en su sitio, en medio de la tienda
que David había hecho levantar, y David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión
en presencia del Señor. Cuando David hubo acabado de ofrecer los holocaustos y
sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre del Señor de los ejércitos
y repartió a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de Israel, hombres y
mujeres, una torta de pan, un pastel de dátiles y un pan de pasas, y se fue
todo el pueblo cada uno a su casa.
Cuando se volvía David para bendecir su casa, Mikal, hija de Saúl, le salió al
encuentro y le dijo:
«¡Cómo se ha cubierto hoy de gloria el rey de Israel, descubriéndose hoy ante
las criadas de sus servidores como se descubriría un cualquiera!»
Respondió David a Mikal:
«En presencia del Señor danzo yo. Vive el Señor, el que me ha preferido a tu
padre y a toda su casa para constituirme caudillo de Israel, el pueblo del
Señor, que yo danzaré ante él, y me haré más vil todavía; seré vil a tus ojos,
pero seré honrado ante las criadas de que hablas.»
Y Mikal, hija de Saúl, no tuvo ya hijos hasta el día de su muerte.
RESPONSORIO Sal 131, 8-9; 23, 7. 9
R. Levántate, Señor, ven a tu mansión, ven con el arca de tu
poder: * que tus sacerdotes se vistan de gala, que tus fieles te
aclamen.
V. ¡Portones!, alzad los dinteles, levantaos, puertas antiguas: va a
entrar el Rey de la gloria.
R. Que tus sacerdotes se vistan de gala, que tus fieles te aclamen.
SEGUNDA LECTURA
De las Confesiones de san Agustín, obispo.
(Libro 10, 26, 37-29, 40: CSEL 33, 255-256)
TODA MI ESPERANZA ESTA PUESTA EN TU GRAN MISERICORDIA
Señor, ¿dónde te hallé para conocerte —porque ciertamente no estabas en mi
memoria antes que te conociese—, dónde te hallé, pues, para conocerte, sino en
ti mismo, lo cual estaba muy por encima de mis fuerzas? Pero esto fue
independientemente de todo lugar, pues nos apartamos y nos acercamos, y, no
obstante, esto se lleva a cabo sin importar el lugar. ¡Oh Verdad!, tú presides
en todas partes a todos los que te consultan y, a un mismo tiempo, respondes a
todos los que te interrogan sobre las cosas más diversas. Tú respondes
claramente, pero no todos te escuchan con claridad. Todos te consultan sobre lo
que quieren, mas no todos oyen siempre lo que quieren. Óptimo servidor tuyo es
el que no atiende tanto a oír de ti lo que él quisiera, cuanto a querer aquello
que de ti escuchare.
¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas
dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me
lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo
no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen
en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera;
brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y lo
aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me
tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.
Cuando yo me adhiera a ti con todo mi ser, ya no habrá más dolor ni trabajo
para mí, y mi vida será realmente viva, llena toda de ti. Tú, al que llenas de
ti, lo elevas, mas, como yo aún no me he llenado de ti, soy todavía para mí
mismo una carga. Contienden mis alegrías, dignas de ser lloradas, con mis
tristezas, dignas de ser aplaudidas, y no sé de qué parte está la victoria.
¡Ay de mí, Señor! ¡Ten misericordia de mí! Contienden también mis tristezas
malas con mis gozos buenos, y no sé a quién se ha de inclinar el triunfo. ¡Ay
de mí, Señor! ¡Ten misericordia de mí! Yo no te oculto mis llagas. Tú eres
médico, y yo estoy enfermo; tú eres misericordioso, y yo soy miserable.
¿Acaso no está el hombre en la tierra cumpliendo un servicio militar? ¿Quién
hay que guste de las molestias y trabajos? Tú mandas tolerarlos, no amarlos.
Nadie ama lo que tolera, aunque ame el tolerarlo. Porque, aunque goce en
tolerarlo, más quisiera, sin embargo, que no hubiese qué tolerar. En las cosas
adversas deseo las prósperas, en las cosas prósperas temo las adversas. ¿Qué
lugar intermedio hay entre estas cosas, en el que la vida humana no sea una
lucha? ¡Ay de las prosperidades del mundo, pues están continuamente amenazadas
por el temor de que sobrevenga la adversidad y se esfume la alegría! ¡Ay de las
adversidades del mundo, una, dos y tres veces, pues están continuamente
aguijoneadas por el deseo de la prosperidad, siendo dura la misma adversidad y
poniendo en peligro la paciencia! ¿Acaso no está el hombre en la tierra
cumpliendo sin interrupción un servicio militar? Pero toda mi esperanza estriba
sólo en tu muy grande misericordia. ¡Dame lo que me pides y pídeme lo que
quieras!
RESPONSORIO S. Agustín, Confesiones; Lc 19, 10
R. ¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te
amé! * Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera.
V. Vino el Hijo del hombre a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
R. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera.
*Lecturas del Miércoles de la 15ª semana del Tiempo Ordinario*
Miércoles, 14 de julio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (11,25-27)*
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de
cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se
las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo
me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie
conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa
alianza.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa
alianza.
PRECES
Invoquemos a Cristo, que se entregó a sí mismo por la Iglesia, y
le da alimento y calor, diciendo:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Bendito seas, Señor, Pastor de la Iglesia, que nos vuelves a dar hoy la luz y
la vida;
haz que sepamos agradecerte este magnífico don.
Mira con amor a tu grey, que has congregado en tu nombre;
haz que no se pierda ni uno solo de los que el Padre te ha dado.
Guía a tu Iglesia por el camino de tus mandatos,
y haz que el Espíritu Santo la conserve en la fidelidad.
Que tus fieles, Señor, cobren nueva vida participando en la mesa de tu pan y de
tu palabra,
para que, con la fuerza de este alimento, te sigan con alegría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro
Maestro:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que nos has creado con tu sabiduría y nos gobiernas
con tu providencia, infunde en nuestras almas la claridad de tu luz, y haz que
nuestra vida y nuestras acciones estén del todo consagradas a ti. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Camilo de Lelis, Servidor de los
Enfermos*
Nació en Abruzos (Italia) en 1550. Siguió la carrera militar,
igual que su padre. Le apareció una llaga en un pie, que lo hizo dejar la
carrera de las armas e irse al Hospital de Santiago en Roma para que lo
curaran. En el hospital de Roma se dedicó a ayudar y atender a otros enfermos,
mientras buscaba su propia curación. Pero en esa época adquirió el vicio del
juego.
Fue expulsado del hospital y en Nápoles perdió todos los ahorros
de su vida en el juego, quedando en la miseria.
Tiempo atrás, en un naufragio, había hecho a Dios la promesa de
hacerse religioso franciscano, pero no lo había cumplido. Estando en la más
completa pobreza se ofreció como obrero y mensajero en un convento de los
Padres Capuchinos, donde escuchó una charla espiritual que el padre superior
les hacía a los obreros, y sintió fuertemente la llamada de Dios a su
conversión. Empezó a llorar y pidió perdón por sus pecados, con la firme
resolución de cambiar su forma de actuar por completo. Tenía 25 años.
Pidió ser admitido como franciscano, pero en el convento se le
abrió de nuevo la llaga en el pie, y fue despedido. Se fue al hospital y se
curó, y logró que lo admitieran como aspirante a capuchino. Pero en el
noviciado apareció de nuevo la llaga y tuvo que irse de allí también. De nuevo
en el hospital de Santiago, se dedicó a atender a los demás enfermos, por lo
que fue nombrado asistente general del hospital. Dirigido espiritualmente por
San Felipe Neri, estudió teología y fue ordenado sacerdote. En 1575 se dio
cuenta que ante la gran cantidad de peregrinos que llegaban a Roma, los
hospitales eran incapaces de atender bien a los enfermos que llegaban. Fue
entonces que decidió fundar una comunidad de religiosos que se dedicaran por
completo a los hospitales.
San Camilo trataba a cada enfermo como trataría a Nuestro Señor
Jesucristo en persona. Aunque tuvo que soportar durante 36 años la llaga de su
pié, nadie lo veía triste o malhumorado. Con sus mejores colaboradores fundó la
Comunidad Siervos de los Enfermos el 8 de diciembre de 1591. Ahora se llaman
Padres Camilos. Murió el 14 de julio de 1614, a los 64 años.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: SEÑOR, TÚ ERES MI PAZ Y MI CONSUELO.
Señor, tú eres mi paz y mi consuelo
al acabar el día su jornada,
y, libres ya mis manos del trabajo,
a hacerte ofrenda del trabajo vengo.
Señor, tú eres mi paz y mi consuelo
cuando las luces de este día acaban,
y, ante las sombras de la noche oscura,
mirarte a ti, mi luz, mirarte puedo.
Señor, tú eres mi paz y mi consuelo,
y aunque me abruma el peso del pecado,
movido por tu amor y por tu gracia,
mi salvación ponerla en ti yo quiero.
Señor, tú eres mi paz y mi consuelo,
muy dentro de mi alma tu esperanza
sostenga mi vivir de cada día,
mi lucha por el bien que tanto espero.
Señor, tú eres mi paz y mi consuelo;
por el amor de tu Hijo, tan amado,
por el Espíritu de ambos espirado,
conduce nuestra senda hacia tu encuentro. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Ant 2. Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Ant 3. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE Ef 3, 20-21
A aquel que tiene sumo poder para hacer muchísimo más de lo que pedimos o
pensamos, con la energía que obra en nosotros, a él la gloria en la Iglesia y
en Cristo Jesús, en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
V. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
V. No arrebates mi alma con los pecadores.
R. Ten misericordia de mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
PRECES
Invoquemos a Dios, que envió a su Hijo como salvador y modelo
supremo de su pueblo, diciendo:
Que tu pueblo, Señor, te alabe.
Te damos gracias, Señor, porque nos has escogido como primicias para la
salvación;
haz que sepamos corresponder y así logremos la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Haz que todos los que confiesan tu santo nombre sean concordes en la verdad
y vivan unidos por la caridad.
Creador del universo, cuyo Hijo, al venir a este mundo, quiso trabajar con sus
propias manos:
acuérdate de los trabajadores que ganan el pan con el sudor de su rostro.
Acuérdate también de todos los que viven entregados al servicio de los demás;
que no se dejen vencer por el desaliento ante la incomprensión de los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ten piedad de nuestros hermanos difuntos
y líbralos del poder del Maligno.
Llenos de fe invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús
nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Llegue a tus oídos, Señor, la voz suplicante de tu Iglesia a fin
de que, conseguido el perdón de nuestros pecados, con tu ayuda podamos
dedicarnos a tu servicio y vivamos confiados en tu protección. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.