*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*Santa María Cleofás,
Matrona*
9 de Abril
TIEMPO
PASCUAL
VIERNES
DE LA OCTAVA DE PASCUA
Del Propio del tiempo.
9 de abril
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno: TU CUERPO ES LAZO DE AMORES
Tu cuerpo es lazo de amores,
de Dios y el hombre atadura;
amor que a tu cuerpo acude
como tu cuerpo perdura.
Tu cuerpo, surco de penas,
hoy es de luz y rocío;
que lo vean los que lloran
con ojos enrojecidos.
Tu cuerpo espiritual
es la Iglesia congregada;
tan fuerte como tu cruz,
tan bella como tu Pascua.
Tu cuerpo sacramental
es de tu carne y tu sangre,
y la Iglesia, que es tu Esposa,
se acerca para abrazarte. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado
con su sangre. Aleluya.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado
con su sangre. Aleluya.
Ant 2. Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al
Señor, nuestro Dios. Aleluya.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al
Señor, nuestro Dios. Aleluya.
Ant 3. Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado.
Aleluya.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado.
Aleluya.
LECTURA BREVE Hch 5, 30-32
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis
colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y
salvador, para otorgar a Israel la conversión, el perdón de los pecados.
Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le
obedecen.
RESPONSORIO BREVE
En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo.
Aleluya.
V. Dios nos
ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva. Aleluya.
R. Por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Aleluya.
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pedro 1Pe 3, 18—4, 11
LA EXPECTACIÓN DE LA VENIDA DE CRISTO
Hermanos: Cristo murió una sola vez por nuestros pecados, siendo justo murió
por nosotros los injustos, para llevarnos a Dios. Fue entregado a la muerte
según la carne, pero fue resucitado según el espíritu; y así, en espíritu, fue
a predicar también a los espíritus que estaban en cautividad, los que habían
sido incrédulos en otro tiempo, cuando los esperaba la inagotable paciencia de
Dios en los días de Noé, mientras éste iba preparando el arca, en la cual unas
cuantas personas, ocho nada más, entraron para salvarse por medio del agua.
Lo que estaba prefigurado en esta agua es el bautismo que os salva también
ahora a vosotros, el cual no es remoción de las manchas del cuerpo, sino la
petición que hace a Dios una buena conciencia, en virtud de la resurrección de
Jesucristo. Él, después de subir al cielo, está a la diestra de Dios y le están
sometidos los ángeles, las dominaciones y las potestades.
Por consiguiente, ya que Cristo padeció en su vida mortal, armaos también
vosotros de este mismo pensamiento: que quien ha padecido en esta vida mortal
ha terminado con el pecado. Así viviréis el resto de vuestra vida no según las
pasiones humanas, sino en conformidad con la voluntad de Dios. Ya es bastante
haber vivido el tiempo pasado a estilo de los paganos, el haberos entregado a
desenfrenos, liviandades, borracheras, orgías, embriagueces y a nefandas
idolatrías.
Por eso se extrañan y os insultan, porque no concurrís a ese desbordamiento de
libertinaje. Pero tendrán que rendir cuentas al que está ya preparado para
juzgar a vivos y muertos. Por esto fue anunciada la buena nueva hasta a los muertos,
para que, condenados como hombres que no vivían sino una vida puramente
natural, tengan vida por el espíritu según la voluntad de Dios.
El fin de todo está cercano. Sed, pues, cuerdos y velad en la oración. Ante
todo teneos una constante caridad unos con otros, porque la caridad cubre la
multitud de los pecados.
Practicad la caridad unos con otros sin daros a la murmuración. Que cada uno,
con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos
administradores de la multiforme gracia de Dios. El que toma la palabra que
hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio que lo haga en virtud del
encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de
Jesucristo, Señor nuestro, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los
siglos. Amén.
RESPONSORIO 1Pe 3, 18. 22
R. Cristo murió una sola vez por nuestros pecados, siendo justo murió
por nosotros los injustos, para llevarnos a Dios. * Fue
entregado a la muerte según la carne, pero fue resucitado según el espíritu.
Aleluya.
V. Llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes,
está sentado a la derecha de Dios.
R. Fue entregado a la muerte según la carne, pero fue resucitado
según el espíritu. Aleluya.
SEGUNDA LECTURA
De las Catequesis de Jerusalén
(Catequesis 21 [Mistagógica 3], 1-3: PG 33. 1087-1091)
LA UNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
Bautizados en Cristo y habiéndoos revestido de Cristo, habéis adquirido una
condición semejante a la del Hijo de Dios. Pues Dios, que nos predestinó a la
adopción de hijos suyos, nos hizo conformes al cuerpo glorioso de Cristo. Por
esto, hechos partícipes de Cristo (que significa Ungido), no sin razón sois
llamados ungidos; y es refiriéndose a vosotros que dijo el Señor: No toquéis a
mis ungidos.
Fuisteis hechos cristos (o ungidos) cuando recibisteis el signo del Espíritu
Santo; todo se realizó en vosotros en imagen, ya que sois imagen de Cristo. Él,
en efecto, al ser bautizado en el río Jordán, salió del agua, después de
haberle comunicado a ella el efluvio fragante de su divinidad, y entonces bajó
sobre él el Espíritu Santo en persona, y se posó sobre él como sobre su
semejante.
De manera similar vosotros, después que subisteis de la piscina bautismal,
recibisteis el crisma, símbolo del Espíritu Santo con que fue ungido Cristo.
Respecto a lo cual, Isaías, en una profecía relativa a sí mismo, pero en cuanto
que representaba al Señor, dice: El Espíritu del Señor está sobre mi, porque el
Señor me ha ungido; me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres.
Cristo no fue ungido por los hombres con aceite o ungüento material, sino que
el Padre, al señalarlo como salvador de todo el mundo, lo ungió con el Espíritu
Santo. Como dice Pedro: Dios ungió a Jesús de Nazaret con poder del Espíritu
Santo; y en los salmos de David hallamos estas palabras: Tu trono, ¡oh Dios!,
permanece para siempre; cetro de rectitud es tu cetro real; has amado la
justicia y odiado la impiedad: por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido con
aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
El Señor fue ungido con un aceite de júbilo espiritual, esto es, con el
Espíritu Santo, el cual es llamado aceite de júbilo porque es el autor del
júbilo espiritual; pero vosotros, al ser ungidos materialmente, habéis sido
hechos partícipes de la naturaleza de Cristo.
Por lo demás, no pienses que es éste un ungüento común y corriente. Pues, del
mismo modo que el pan eucarístico, después de la invocación del Espíritu Santo,
no es pan corriente, sino el cuerpo de Cristo, así también este santo ungüento,
después de la invocación, ya no es un ungüento simple o común, sino el don de
Cristo y del Espíritu Santo, ya que realiza, por la presencia de la divinidad,
aquello que significa. Tu frente y los sentidos de tu cuerpo son ungidos
simbólicamente y, por esta unción visible de tu cuerpo, el alma es santificada
por el Espíritu Santo, dador de vida.
RESPONSORIO Ef 1, 13b-14; 2Co 1, 21b-22
R. Al abrazar la fe, habéis sido sellados con el sello del Espíritu
Santo prometido, prenda de nuestra herencia, * para
la redención del pueblo que Dios adquirió para sí. Aleluya.
V. Dios nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros
corazones, como prenda suya, el Espíritu.
R. Para la redención del pueblo que Dios adquirió para sí. Aleluya.
*Lecturas
del Viernes de la Octava de Pascua*
Viernes, 9 de abril de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (21,1-14)*
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de
Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de
Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
«Me voy a pescar».
Ellos contestan:
«Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya
amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
«Muchachos, ¿tenéis pescado?».
Ellos contestaron:
«No».
Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a
quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se
echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque rio
distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los
peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice:
«Traed de los peces que acabáis de coger».
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces
grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
«Vamos, almorzad».
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían
bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de
resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Ésta fue la tercera vez que se apareció Jesús a los discípulos
después de su resurrección de entre los muertos. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ésta fue la tercera vez que se apareció Jesús a los discípulos
después de su resurrección de entre los muertos. Aleluya.
PRECES
Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por la resurrección de
Jesucristo nos ha dado vida nueva, y digámosle:
Ilumínanos, Señor, con la claridad de Jesucristo.
Señor, Padre clementísimo, tú que nos has revelado tu plan de salvación,
proyectado desde antes de la creación del mundo y eres fiel en todas tus
promesas,
escucha con amor nuestras plegarias.
Purifícanos con tu verdad y encamina nuestros pasos por las sendas de la
santidad,
para que hagamos siempre el bien según tu agrado.
Haz resplandecer tu rostro sobre nosotros,
para que, libres de todo mal, nos saciemos con los bienes de tu casa.
Tú que por Cristo nos reconciliaste contigo,
danos la paz a nosotros y a todos los hombres del mundo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al
Padre que su reino llegue a nosotros:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual
restableciste tu alianza con los hombres, concédenos realizar en nuestra vida
lo que en estas fiestas proclama nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*Santa María Cleofás, Matrona*
Santa María de Cleofás, era esposa de un hombre llamado Cleofás,
quien tal vez se identifica con el Cleofás que acompañó al Señor a Emaús
después de la resurrección. Los comentarios de la Escritura discuten cúal de
las Marías mencionadas en los Evangelios era María Cleofás. El Martirologio
Romano dice simplemente: "San Juan Evangelista la llama hermana de María,
la Madre de Dios y afirma que estaba con en ella al pie de la cruz."Pero
no es imposible que la hermana de la Madre de Jesús, mencionada por San Juan
(XIX,25), haya sido otra matrona cuyo nombre desconocemos.
Naturalmente,la leyenda bordó mucho sobre el nombre de María
Cleofás en épocas posteriores. Se cuenta que acompañó a España a Santiago el
mayor, que murió en ciudad Rodrigo y que fue muy venerada en Santiago de
Compostela. Otra leyenda, no menos extravagante, cuenta que fue a la Provenza
francesa con los Santos Lázaro, María Magdalena y Marta, y que fue sepultada en
Saint Maries, cerca de la desembocadura del Rodano.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: TU CUERPO ES PRECIOSA LÁMPARA
Tu cuerpo es preciosa lámpara,
llagado y resucitado,
tu rostro es la luz del mundo,
nuestra casa, tu costado.
Tu cuerpo es ramo de abril
y blanca flor del espino,
y el fruto que nadie sabe
tras la flor eres tú mismo.
Tu cuerpo es salud sin fin,
joven, sin daño de días;
para el que busca vivir
es la raíz de la vida. Amén.
SALMODIA
Ant 1. María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Ant 2. Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Salmo 113 A - ISRAEL LIBRADO DE EGIPTO; LAS MARAVILLAS DEL ÉXODO.
Cuando Israel salió de Egipto,
los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,
Judá fue su santuario,
Israel fue su dominio.
El mar, al verlos, huyó,
el Jordán se echó atrás;
los montes saltaron como carneros;
las colinas, como corderos.
¿Qué te pasa, mar, que huyes,
y a ti, Jordán, que te echas atrás?
¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;
colinas, que saltáis como corderos?
En presencia del Señor se estremece la tierra,
en presencia del Dios de Jacob;
que transforma las peñas en estanques,
el pedernal en manantiales de agua.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Ant 3. Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a
Galilea, que allí me verán.» Aleluya.
Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO - Cf. Ap 19,1-2, 5-7
El cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados
cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente
decir el Aleluya sólo al principio y al final de cada estrofa.
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (aleluya).
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a
Galilea, que allí me verán.» Aleluya.
LECTURA BREVE Hb 5, 8-10
Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendió por experiencia, en sus
padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena
consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen,
proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».
RESPONSORIO BREVE
En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo.
Aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El discípulo predilecto de Jesús dijo: «¡Es el Señor!» Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El discípulo predilecto de Jesús dijo: «¡Es el Señor!» Aleluya.
PRECES
Invoquemos a Cristo, camino, verdad y vida, y digámosle:
Hijo de Dios vivo, bendice a tu pueblo.
Te rogamos, Señor, por los ministros de tu Iglesia: que, al distribuir entre
sus hermanos el pan de vida,
encuentren también ellos en el pan que distribuyen su alimento y fortaleza.
Te pedimos por todo el pueblo cristiano: que viva, Señor, como pide la vocación
a que ha sido convocado
y se esfuerce por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
Te pedimos por los que rigen los destinos de las naciones: que cumplan su
misión con espíritu de justicia y con amor,
para que haya paz y concordia entre los pueblos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Señor, que podamos celebrar tu santa resurrección con tus ángeles y tus santos,
y que nuestros hermanos difuntos, a quienes encomendamos a tu bondad, se
alegren también en tu reino.
Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual
restableciste tu alianza con los hombres, concédenos realizar en nuestra vida
lo que en estas fiestas proclama nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.