Lecturas
del 9 de Enero. Feria de Navidad
Sábado, 9 de enero de 2021
Primera lectura
Lectura de
la primera carta del apóstol san Juan (4,11-18):
Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amarnos unos a otros, Dios permanece en
nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que
permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y
nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para
ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios
permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos
tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor
permanece en Dios, y Dios en él. En esto ha llegado el amor a su plenitud con
nosotros: en que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así
somos nosotros en este mundo. No hay temor en el amor, sino que el amor
perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo; quien teme no ha
llegado a la plenitud en el amor.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
71,1-2.10-11.12-13
R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tú justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.
R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra
Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan. R/.
R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.
R/. Se
postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra
Lecturas
del 9 de Enero. Feria de Navidad
Sábado, 9 de enero de 2021
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según San Marcos (6,45-52):
45 Inmediatamente obligó a sus
discípulos a subir a la barca y a ir por delante hacia Betsaida, mientras él
despedía a la gente.
46 Después de despedirse de ellos, se fue al
monte a orar.
47 Al atardecer, estaba la barca en medio
del mar y él, solo, en tierra.
48 Viendo que ellos se fatigaban remando,
pues el viento les era contrario, a eso de la cuarta vigilia de la noche viene
hacia ellos caminando sobre el mar y quería pasarles de largo.
49 Pero ellos viéndole caminar sobre el mar,
creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar,
50 pues todos le habían visto y estaban
turbados. Pero él, al instante, les habló, diciéndoles: «¡Animo!, que soy yo,
no temáis.»
51 Subió entonces donde ellos a la barca, y
amainó el viento, y quedaron en su interior completamente estupefactos,
52 pues no habían entendido lo de los panes,
sino que su mente estaba embotada.
Palabra del Señor
(Pero él les dirige en seguida la palabra y les dice:
«Ánimo, soy yo, no tengáis miedo.»)
*Esta
Palabra es un sello de seguridad. La noche es signo de oscuridad, y con las
aguas en movimiento no hay manera de permanecer firme, todo es muy inseguro.
Esto lo he podido experimentar en mi vida he tenido momento de oscuridad y he
sentido que las dificultades me hacen sentir inseguro. Los discípulos en medio
de las dificultades cuando el Señor se estaba acercando se pusieron a dar
gritos de miedo, porque no le reconocieron en medio de la dificultad. Esto me
ayuda porque al igual que los discípulos no reconozco al Señor cuando está
pasando por en medio de mis dificultades. Los discípulos recibieron una vos que
les acaricio el oído y pudieron soportan sus temores. A mí también me acaricia
esta misma Palabra en el oído «Ánimo, soy yo, no tengáis miedo.» Esta palabra
tiene el poder de cambiar mi noche en día y mis inseguridades en
fortaleza*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.