*LAS
LAUDES. San Julián, Mártir y Esposa Basilisa*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO DE NAVIDAD
SÁBADO DE LA SEMANA II
Del Propio - Salterio II
9 de enero
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. A Cristo, que se nos ha manifestado, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: ESTRELLA NUNCA VISTA SE APARECE
Estrella nunca vista se aparece
a los remotos magos orientales,
y, al juzgar de los fuegos celestiales,
otra lumbre mayor los esclarece.
Nacido sacro Rey se les ofrece,
con nuevas maravillas y señales,
para que reverentes y leales
la obediencia le den como merece.
Parten llevados de la luz y el fuego,
del fuego de su amor; luz que los guía
con claridad ardiente y soberana.
Subió al trono de Dios el pío ruego,
y, llenos de firmísima alegría,
vieron la luz de Dios por nube humana.
Gloria y loores por la eternidad
tribútense a la Santa Trinidad. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de noche tu
fidelidad.
Salmo 91 - ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA
VIDA DE LOS HOMBRES.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de noche tu
fidelidad.
Ant 2. Dad gloria a nuestro Dios.
Cántico: BENEFICIOS DE DIOS PARA CON SU PUEBLO Dt 32, 1-12
Escuchad, cielos, y hablaré;
oye, tierra, los dichos de mi boca;
descienda como lluvia mi doctrina,
destile como rocío mi palabra;
como llovizna sobre la hierba,
como sereno sobre el césped;
voy a proclamar el nombre del Señor:
dad gloria a nuestro Dios.
Él es la Roca, sus obras son perfectas,
sus caminos son justos,
es un Dios fiel, sin maldad;
es justo y recto.
Hijos degenerados, se portaron mal con él,
generación malvada y pervertida.
¿Así le pagas al Señor,
pueblo necio e insensato?
¿no es él tu padre y tu creador,
el que te hizo y te constituyó?
Acuérdate de los días remotos,
considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre y te lo contará,
a tus ancianos y te lo dirán:
Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad,
y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios,
la porción del Señor fue su pueblo,
Jacob fue la parte de su heredad.
Lo encontró en una tierra desierta,
en una soledad poblada de aullidos:
lo rodeó cuidando de él,
lo guardó como a las niñas de sus ojos.
Como el águila incita a su nidada,
revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó
y los llevó sobre sus plumas.
El Señor solo los condujo
no hubo dioses extraños con él.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad gloria a nuestro Dios.
Ant 3. ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!
Salmo 8 MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!
LECTURA BREVE Is 49, 8-9a
Te he constituido como alianza del pueblo, para restaurar el país, para
repartir las heredades desoladas, para decir a los cautivos: «Salid», y a los
que están en tinieblas: «Venid a la luz.»
RESPONSORIO BREVE
V. Se postrarán ante él todos los reyes.
R. Se postrarán ante él todos los reyes.
V. Todos los pueblos le servirán.
R. Y todos los reyes.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Se postrarán ante él todos los reyes.
V. El Señor
nos instruirá en sus caminos.
R. Y marcharemos por sus sendas.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 63, 7—64, 1
MISERICORDIA DE DIOS HACIA EL PUEBLO ABANDONADO
Voy a recordar las misericordias del Señor, a cantar sus alabanzas: todo lo que
él hizo por nosotros, sus muchos beneficios a la casa de Israel, lo que hizo
con su compasión y con su gran misericordia.
Él dijo: «Realmente son mi pueblo, hijos que no me traicionarán.» Él fue su
salvador en el peligro: no fue un mensajero ni un enviado, él en persona los
salvó, con su amor y su clemencia los rescató, los libró siempre y los alzó en
brazos en los tiempos antiguos.
Pero ellos se rebelaron e irritaron su santo espíritu; entonces él se hizo
enemigo de ellos y peleó en su contra. Ellos se acordaron de los tiempos
antiguos y de Moisés, su siervo: ¿Dónde está el que sacó de las aguas al pastor
de su rebaño? ¿Dónde está el que puso en su pecho su santo espíritu? ¿El que
estuvo a la derecha de Moisés, guiándolo con su brazo glorioso? ¿El que dividió
el mar ante ellos, ganándose renombre perpetuo? ¿El que los hizo andar sin
tropiezo por el fondo del mar, como los caballos a través de la estepa? El
espíritu del Señor los llevó al descanso, como se guía a un rebaño que baja a
la llanura. Así te ganaste un renombre glorioso.
Observa desde el cielo, contempla desde tu morada santa y gloriosa: ¿Dónde está
tu celo y tu fortaleza, tu entrañable ternura y compasión? No la reprimas, que
tú eres nuestro Padre: Abraham no sabe de nosotros, Israel no nos reconoce; tú,
Señor, eres nuestro Padre, tu nombre ha sido siempre desde antiguo: «Redentor
nuestro».
Señor, ¿por qué nos dejas errar fuera de tus caminos y endureces nuestro
corazón para que no te tema? Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de
tu heredad. ¿Por qué un tirano se apodera de tu pueblo santo y los enemigos
pisotean tu santuario? Hace tiempo que somos como gente a la que tú ya no
gobiernas, a la que no se le llama ya por tu nombre.
¡Ojalá rasgaras el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia!
RESPONSORIO Is 63, 17. 19
R. Señor, ¿por qué nos dejas errar fuera de tus caminos y endureces
nuestro corazón para que no te tema? * ¡Ojalá rasgases el
cielo y bajases!
V. Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad.
R. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!
SEGUNDA LECTURA
De las Disertaciones de san Proclo de Constantinopla, obispo
(Disertación 7, En la santa Teofanía, 1-3: PG 65, 758-759)
LA SANTIFICACIÓN DE LAS AGUAS
Cristo se ha hecho visible al mundo y, devolviéndole su antigua armonía, lo ha
llenado de hermosura y de gozo. Ha tomado sobre sí el pecado del mundo,
arrojando de él al enemigo. Ha santificado los manantiales de agua y ha
iluminado las almas de los hombres. Ha acumulado una serie de maravillas, a
cual más admirable.
Hoy la tierra y el mar se han repartido entre sí la gracia del Salvador, y todo
el mundo está inundado de alegría; el día de hoy añade nuevas maravillas a la
solemnidad precedente.
En efecto, en la anterior solemnidad del nacimiento del Salvador se alegraba la
tierra, porque llevaba al Señor en un pesebre; pero en este día de las
Teofanías también el mar salta de gozo y se regocija alborozadamente; se
regocija porque recibe en pleno Jordán la bendición santificadora.
En la solemnidad precedente Cristo se nos mostraba en la imperfección de la
infancia, signo de nuestra propia imperfección; pero en la festividad que hoy
celebramos lo vemos llegado ya a la perfección de su madurez, lo que designa de
un modo velado la perfección de aquel que procede del que es perfecto por
esencia. Antes, el que es Rey se revistió de la púrpura del cuerpo humano;
ahora, el que es la fuente cubre y reviste, por así decirlo, las aguas del río.
¡Ea, pues!, contemplad estas nuevas y estupendas maravillas: el sol de justicia
se baña en el Jordán, el fuego se sumerge en el agua, Dios es santificado por
ministerio de un hombre.
Hoy toda la creación prorrumpe en este himno: Bendito el que viene en nombre
del Señor. Bendito el que viene en todo tiempo, pues no es ésta la primera de
sus venidas.
Y ¿de quién se trata? Dínoslo claramente, por favor, bienaventurado salmista:
El Señor es Dios: él nos ilumina. Y no sólo el salmista, sino que también el
apóstol Pablo se hace solidario de su testimonio, cuando dice: Dios ha hecho
aparecer a vista de todos los hombres la gracia que nos trae la salud; y nos
enseña a vivir con sensatez. No dice «a vista de algunos», sino de todos,
porque todos, judíos y griegos, obtienen la salvación por el bautismo, todos
pueden beneficiarse de sus riquezas.
¡Ea, pues!, considerad este admirable y nuevo diluvio, superior en todo al que
tuvo lugar en tiempos de Noé. Porque entonces el agua del diluvio destruyó al
género humano; mas ahora el agua del bautismo, con la eficacia que Cristo le
comunica al ser él bautizado, retorna los muertos a la vida. Entonces una
paloma, llevando en su boca un ramo de olivo, designaba la fragancia del olor
de Cristo Señor; pero ahora el Espíritu Santo, al venir en forma de paloma,
pone de manifiesto al mismo Señor de la misericordia.
RESPONSORIO
R. Hoy se manifestó a nosotros el que es «Luz de Luz», al cual
bautizó Juan en el Jordán: * Nosotros creemos
firmemente y proclamamos que nació de la Virgen María.
V. Los cielos se abrieron sobre él y se oyó la voz del Padre.
R. Nosotros creemos firmemente y proclamamos que nació de la Virgen
María.
Lecturas
del 9 de Enero. Feria de Navidad
Sábado, 9 de enero de 2021
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según San Marcos (6,45-52):
45 Inmediatamente obligó a sus
discípulos a subir a la barca y a ir por delante hacia Betsaida, mientras él
despedía a la gente.
46 Después de despedirse de ellos, se fue al
monte a orar.
47 Al atardecer, estaba la barca en medio
del mar y él, solo, en tierra.
48 Viendo que ellos se fatigaban remando,
pues el viento les era contrario, a eso de la cuarta vigilia de la noche viene
hacia ellos caminando sobre el mar y quería pasarles de largo.
49 Pero ellos viéndole caminar sobre el mar,
creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar,
50 pues todos le habían visto y estaban
turbados. Pero él, al instante, les habló, diciéndoles: «¡Animo!, que soy yo,
no temáis.»
51 Subió entonces donde ellos a la barca, y
amainó el viento, y quedaron en su interior completamente estupefactos,
52 pues no habían entendido lo de los panes,
sino que su mente estaba embotada.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Hemos visto su estrella en oriente y hemos venido con presentes a
adorar al Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Hemos visto su estrella en oriente y hemos venido con presentes a
adorar al Señor.
PRECES
Acudamos a Cristo, Palabra eterna engendrada por el Padre antes
del comienzo del mundo y nacido como hombre en el momento culminante de la
historia, y aclamémoslo, alegres, diciendo:
Bendito seas, Señor.
Oh Cristo, Hijo de Dios vivo, que existes antes que el mundo fuera creado y
viniste en el tiempo a la tierra para salvar al hombre,
haz que todos seamos testigos de la Buena Noticia de la salvación.
Sol de justicia, que brillas desde el seno del Padre e iluminas a todo el orbe,
sé luz para todos los que yacen en tiniebla y en sombra de muerte.
Tú que quisiste ser niño y fuiste colocado en un pesebre,
renueva en nosotros la sencillez de la infancia.
Tú que para darnos la vida eterna has querido ser nuestro pan vivo,
alegra nuestro espíritu con la celebración de la eucaristía.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que somos la familia de Dios, digamos con grande confianza a nuestro Padre
del cielo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, luz radiante de todas las naciones, concede
una paz estable a todos los pueblos de la tierra, y haz que aquella luz
resplandeciente, que condujo a los magos al conocimiento de tu Hijo, ilumine
también nuestros corazones. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
San Julián, Mártir y
Esposa Basilisa
Mártir en Antince (Egipto); a menudo se le confunde con San Julián
de Anazarba, situándole por este motivo en Antioquía, de Siria. Martirizado
durante la persecución de Diocleciano y Maximiano a finales del siglo III. -
Fiesta: 9 de enero.
Julián es el paradigma de la castidad cristiana. En nuestro tiempo
de materialismo, cuando el concepto de la castidad va decayendo visiblemente,
la imagen de San Julián y de su esposa Santa Basilisa resaltan con maravillosos
fulgores. San Julián es uno de los esclarecidos héroes del cristianismo.
Hijo único de una noble y rica familia, profundamente educado en
la religión cristiana, tenía hecho voto de castidad cuando al cumplir los
dieciocho años de edad sus padres se empeñaron en que contrajese matrimonio con
una joven de igual nobleza, llamada Basilisa. Temeroso el virtuoso muchacho de
faltar a su voto, pero sintiendo también desobedecer a sus padres, acude al
Señor con la oración y el ayuno. Y dice la tradición que por celestial
revelación le fue dado a conocer que con su esposa podría guardar la anhelada
virginidad. Julián y Basilisa son milagrosamente arrastrados hacia el amor
virginal; apareciéndoseles Nuestro Señor Jesucristo, que aprueba su
determinación de conservarse castos. Desde aquel día consagran plenamente sus
vidas a los demás. Reparten sus bienes entre los pobres y se retiran a vivir en
dos casas situadas en las afueras de la ciudad que convierten en monasterios. A
la de Julián acuden hombres de todas las clases sociales, para que les guíe con
sus prudentes y santos consejos. A la de Basilisa una multitud de muchachas
que, edificadas con el ejemplo de su virtud, muchas de ellas abrazan la vida
religiosa viviendo en santa paz bajo su dirección. Muy pronto la fama de ambos
esposos se extenderá por todo el Imperio.
Suscitada en aquel tiempo la persecución de Diocleciano y
Maximiano contra el Cristianismo, se ordena apresar y encarcelar a Julián y a
cuantos con él residen en su apacible monasterio.
San Julián profesa con gran valentía ante el tirano su fe en
Cristo Jesús. Hay expectación en la gente cuando Marciano, el juez, increpa con
solemnidad a Julián: "Adora a los dioses". "No hay más
omnipotente que Dios, Nuestro Padre". "Obedece los decretos del
emperador". "Jesucristo es mi único César". "¿Crees en un
Crucificado?" "Él tiene escuadrones inmortales". "Marcharás
a la muerte". "El emperador de Roma también es polvo y en polvo se
convertirá". "¿Te ríes de nuestros dioses y de nuestro emperador?
Ante los tormentos no habrá réplicas". Marciano, viéndose fracasado
intenta cambiar de táctica para vencerle: "Tus padres, Julián, fueron nobles.
Te daremos honores". "Desde el cielo me alientan a permanecer fiel a
mi santa religión".
Lleno de confusión, el magistrado condena a Julián a morir
degollado. Su gloriosa muerte arrastra hacia la fe en Cristo a muchos paganos,
que admiran su firmeza. Y la proyección de su ejemplaridad se dilata a través
de los siglos en la devoción de los fieles.