Lecturas de la 24º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Miércoles, 16 de septiembre de 2020
Primera lectura
Lectura de
la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,31–13,13):
Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un
camino excepcional. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los
ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos
que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y
todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no
soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar
vivo; si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, afable; no tiene
envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita;
no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la
verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin
límites. El amor no pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de
lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber
y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se
acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño,
razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño.
Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer
es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una
palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el
amor.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 32
R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R/.
R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad
Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.
R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.
R/. Dichoso
el pueblo que el Señor se escogió como heredad
Miércoles,
16 de septiembre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Lucas (7,31-35):
31 «¿Con quién, pues, compararé a los
hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen?
32 Se parecen a los chiquillos que están
sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: "Os hemos tocado
la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis
llorado."
33 «Porque ha venido Juan el Bautista, que no
comía pan ni bebía vino, y decís: "Demonio tiene."
34 Ha venido el Hijo del hombre, que come y
bebe, y decís: "Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y
pecadores."
35 Y la Sabiduría se ha acreditado por todos
sus hijos.»
Palabra del Señor
(Os hemos tocado la
flauta, y no habéis bailado)
*Esta lectura me hace una
invitación especial a que organice mi vida, saber qué es lo que quiero, que es
lo que realmente quiero. El Señor me está tocando una música para que mi vida
tenga armonía, tenga ritmo, y me está invitando al baile que es una expresión
de alegría. El Señor está utilizando todos los medio de atraerme a su amor, a
una vida muy distinta a la que estoy llevando debajo de una falsa humildad, en
ocasiones me quedo callado sin importar todo el daño que esto pueda causar a
otras personas. Siento que el Señor está utilizando toda su fuerza, todo su
poder para que pueda entrar en mí su sabiduría, para que pueda descender de una
vez y para siempre su Santo Espíritu*
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.