Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Lucas (4,38-44):
38 Saliendo de la sinagoga, entró en
la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por
ella.
39 Inclinándose sobre ella, conminó a la
fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles.
40 A la puesta del sol, todos cuantos tenían
enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo él las manos sobre
cada uno de ellos, los curaba.
41 Salían también demonios de muchos,
gritando y diciendo: «Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él, conminaba y no les
permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.
42 Al hacerse de día, salió y se fue a un
lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde él, trataban de
retenerle para que no les dejara.
43 Pero él les dijo: «También a otras
ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he
sido enviado.»
44 E iba predicando por las sinagogas de
Judea.
Palabra del Señor
(También
a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a
esto he sido enviado).
*El
guardián de Israel no duerme, ni reposa, ni de día, ni de noche. Es una
buena noticia ver como su mirada siempre está llena de amor, frente a mi dolor.
Siempre con compasión y misericordia, dispuesto para ayudarme, tanto con mis
pecados, como también en la salud, y en la enfermedad. Es impresionante como el
Señor limpia todas mis maldades, mis embarres y purifica las dolencias, de este
corazón que constantemente se resiste. Si yo pudiera dar un gran suspiro y en
medio de ese suspiro, sentir cuanto amor, cuanto consuelo, cuanta esperanza,
hay para mí en el Señor. Tendría siempre que bendecir y dar gracias en todo
tiempo, porque el Señor no se cansa de trabajar por mí. Siempre pendiente de
mí, tiene tantas cosas que hacer y al mismo tiempo está pendiente de cargar con
mis dolencias, mis angustias, mis miedos, mis enfermedades, y lo más hermoso siempre
tiene tiempo, para mostrarme su amor, su dulzura, y pendiente de todas mis
entradas y salidas*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.