Musica Para el Alma

miércoles, 5 de agosto de 2020

LAS LECTURAS DEL JUEVES 6 TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR


Lecturas de la 18º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Lecturas del Transfiguración del Señor

Jueves, 6 de agosto de 2020

Primera lectura

Lectura de la profecía de Daniel (7,9-10.13-14):

Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 96

R/.
 El Señor reina, altísimo sobre la tierra

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono. R/.


R/. El Señor reina, altísimo sobre la tierra


Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.


R/. El Señor reina, altísimo sobre la tierra


Porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses. R/.

 

R/. El Señor reina, altísimo sobre la tierra

 

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta de Pedro (1,16-19):

Cuando os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza. Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: «Éste es mi Hijo amado, mi predilecto.» Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él en la montaña sagrada. Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis muy bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones.

Palabra de Dios

 

Lecturas del Transfiguración del Señor

Jueves, 6 de agosto de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,1-9):

   1 Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto.

   2 Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.

   3 En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él.

   4 Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

   5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.»

   6 Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo.

   7 Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: «Levantaos, no tengáis miedo.»

   8 Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo.

   9 Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.»

   
Palabra del Señor

 

(Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él)  

 

*Esta lectura es para mí el punto más alto, el más elevado, a la que puede llegar el ser humano. El Señor me demuestra que existe un lugar, el lugar más santo del mundo entero y es donde se reúnen: El amor (que es Jesús), los mandamientos (representado por Moisés), y (Elías que representa a los profetas) esta reunión es tan Santa, que produce una la luz, tan luminosa que se trasforma en un blanco tan deslumbrante, que nadie en este mundo lo puede lograr. Pedro me dice que ese lugar están bueno, que a uno se olvida hasta de su propia vida. El Señor hizo con estos apóstoles, como una madre que ama a su hijo y sabe que su pequeño tiene mucha hambre y ella está preparando la comida preferida de su hijo, pero es comida es para la hora del al almuerzo. Y esta madre toma un poquito de comida y le da a su niño para que pueda ir saboreando lo bueno que estará el almuerzo. El Señor que, de él, brota más amor que el de una madre, también me invita a mí a probar lo sabroso que es vivir, en el amor, en los mandamientos y en la obediencia a sus palabras*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.