Lecturas de la 15º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo
A
Viernes, 17 de julio de 2020
Primera lectura
Lectura
del libro de Isaías (38,1-6.21-22.7-8):
En aquellos días, Ezequías cayó enfermo de muerte, y vino a visitarlo el
profeta Isaías, hijo de Amós, y le dijo: «Así dice el Señor: "Haz
testamento, porque vas a morir sin remedio y no vivirás."» Entonces,
Ezequías volvió la cara a la pared y oró al Señor: «Señor, acuérdate que he
procedido de acuerdo contigo, con corazón sincero e íntegro, y que he hecho lo
que te agrada.» Y Ezequías lloró con largo llanto.
Y vino la palabra del Señor a Isaías: «Ve y dile a Ezequías: Así dice el Señor,
Dios de David, tu padre: "He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas.
Mira, añado a tus días otros quince años. Te libraré de las manos del rey de
Asiria, a ti y a esta ciudad, y la protegeré."»
Isaías dijo: «Que traigan un emplasto de higos y lo apliquen a la herida, para
que se cure.»
Ezequías dijo: «¿Cuál es la prueba de que subiré a la casa del Señor?»
Isaías respondió: «Ésta es la señal del Señor, de que cumplirá el Señor la
palabra dada: "En el reloj de sol de Acaz haré que la sombra suba los diez
grados que ha bajado."» Y desandó el sol en el reloj los diez grados que
había avanzado.
Palabra de Dios
Salmo
Is
38
R/. Señor, detuviste mi alma ante la tumba vacía
Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años.» R/.
R/. Señor, detuviste mi alma ante la tumba
vacía
Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.» R/.
R/. Señor, detuviste mi alma ante la tumba
vacía
«Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor, devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.» R/.
R/. Señor, detuviste mi alma ante la tumba
vacía
Los que Dios protege viven,
y entre ellos vivirá mi espíritu;
me has curado, me has hecho revivir. R/.
R/. Señor,
detuviste mi alma ante la tumba vacía
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san
Mateo (12,1-8):
1 En aquel tiempo cruzaba Jesús un
sábado por los sembrados. Y sus discípulos sintieron hambre y se pusieron a
arrancar espigas y a comerlas.
2 Al verlo los fariseos, le dijeron: «Mira, tus discípulos hacen lo que
no es lícito hacer en sábado.»
3 Pero él les dijo: «¿No habéis leído lo que hizo David cuando sintió
hambre él y los que le acompañaban,
4 cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la Presencia,
que no le era lícito comer a él, ni a sus compañeros, sino sólo a los
sacerdotes?
5 ¿Tampoco habéis leído en la Ley que en día de sábado los sacerdotes,
en el Templo, quebrantan el sábado sin incurrir en culpa?
6 Pues yo os digo que hay aquí algo mayor que el Templo.
7 Si hubieseis comprendido lo que significa aquello de: = Misericordia
quiero, que no sacrificio, = no condenaríais a los que no tienen culpa.
8 Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.»
Palabra del
Señor
"quiero
misericordia y no sacrificio"
*Esto
me lleva hacerme esta pregunta ¿qué es misericordia? Y ¿qué es
sacrificio? Para mí la misericordia es dejar una puerta abierta en mi
corazón para que puedan entrar en mí las personas con sus dificultades, con sus
necesidades, dejar que sacudan un poco mi falsa paciencia, que logren cambiar
mis planes. Misericordia es que yo pueda sacar un poco de mi tiempo y escuchar
a uno que para mí es un delincuente, uno que es drogodependiente, porque él
también tiene su propia historia. Ahora la siguiente pregunta, ¿qué es
sacrificio? Sacrificio es que yo pueda darle paso a la misericordia,
esforzándome en que permanezca abierta esa puerta de mi vida que siempre busca
una excusa para no extender la mano al necesitado, a la personas mal
oliente, a las persona que evito tener contacto porque tienen una enfermedad, y
cuando los visito, desde que salgo de ese lugar busco donde lavarme las manos o
uso un desinfectante, porque en lo más profundo de mi, hay un lugar que siente
asco o repugnancia por esa persona. El Señor que me conoce bien y me ama viene
en mi ayuda y me dice que él quiere y desea que de mi salga para los demás:
"Misericordia y no sacrificio"*
*El que desea y quiere
amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.