*LAS LAUDES
Y LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir
tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y
ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna,
atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la
presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA
XV
Del común de pastores: para un santo obispo y Del Común de doctores de la
Iglesia. Salterio III
15 de julio
SAN BUENAVENTURA, obispo y doctor de la
Iglesia. (MEMORIA).
Nació alrededor del año 1218 en Bagnoregio, en la región toscana; estudió
filosofía y teología en París y, habiendo obtenido el grado de maestro, enseñó
con gran provecho estas mismas asignaturas a sus compañeros de la Orden
franciscana. Fue elegido ministro general de su Orden, cargo que ejerció con
prudencia y sabiduría. Fue nombrado cardenal obispo de la diócesis de Albano, y
murió en Lyon el año 1274. Escribió muchas obras filosóficas y teológicas.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: PARA VOSOTROS, EL MISTERIO DEL PADRE.
Para vosotros, el misterio del Padre;
con vosotros, la luz del Verbo;
en vosotros, la llama del Amor
que es fuego.
¡Hontanares de Dios!,
¡hombres del Evangelio!,
¡humildes inteligencias luminosas!,
¡grandes hombres de barro tierno!
El mundo tiene hambre de infinito
y sed de cielo;
las criaturas nos atan a lo efímero
y nos vamos perdiendo en el tiempo.
Para nosotros,
el misterio que aprendisteis del Padre;
con nosotros, la luz que os dio el Verbo;
en nosotros, el Amor ingénito.
¡Hombres de Cristo, maestros de la Iglesia!
dadnos una vida y un anhelo,
la angustia por la verdad,
por el error el miedo.
Dadnos una vida de rodillas
ante el misterio,
una visión de este mundo de muerte
y una esperanza de cielo.
Padre, te pedimos para la Iglesia
la ciencia de estos maestros. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Salmo 85 - ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES.
Inclina tu oído, Señor; escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.
En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.»
Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu grande piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin tenerte en cuenta a ti.
Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí.
Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alegra el alma de tu siervo, pues
levanto mi alma hacia ti, Señor.
Ant 2. Dichoso el hombre que procede con
justicia y habla con rectitud.
Cántico: DIOS JUZGARÁ CON JUSTICIA Is 33, 13-16
Los lejanos, escuchad lo que he hecho;
los cercanos, reconoced mi fuerza.
Temen en Sión los pecadores,
y un temblor se apodera de los perversos:
«¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?».
El que procede con justicia y habla con rectitud
y rehúsa el lucro de la opresión;
el que sacude la mano rechazando el soborno
y tapa su oído a propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad:
ése habitará en lo alto,
tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre que procede con
justicia y habla con rectitud.
Ant 3. Aclamad al Rey y Señor.
Salmo 97 - EL SEÑOR, JUEZ VENCEDOR
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:
tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas
aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad al Rey y Señor.
LECTURA BREVE Sb 7, 13-14
Aprendí la sabiduría sin malicia, reparto sin envidia, y no
me guardo sus riquezas. Porque es un tesoro inagotable para los hombres: los
que lo adquieren se atraen la amistad de Dios, porque el don de su enseñanza
los recomienda.
RESPONSORIO BREVE
V. El pueblo cuenta su sabiduría.
R. El pueblo cuenta su sabiduría.
V. La asamblea pregona su alabanza.
R. Cuenta su sabiduría.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El pueblo cuenta su sabiduría.
V. La
explicación de tus palabras ilumina.
R. Da inteligencia a los ignorantes.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Job 4,1-21
DISCURSO DE ELIFAZ
Respondió Elifaz de Temán:
«Si alguien se atreviera a hablarte, ¿lo aguantarías? Pero ¿quién puede frenar
las palabras? Tú que a tantos dabas lecciones y fortalecías los brazos inertes,
que con tus palabras levantabas al que tropezaba y sostenías las rodillas que
se doblaban, hoy, que te toca a ti, ¿no aguantas?, ¿te turbas, hoy que todo cae
sobre ti? ¿No es tu confianza el temor de Dios, y una vida honrada tu
esperanza?
¿Recuerdas un inocente que haya perecido? ¿Dónde se ha visto un justo
exterminado? Yo he visto, a los que aran y siembran maldad y miseria,
recogerlas. Sopla Dios, y perecen; su aliento enfurecido los consume. Aunque
ruge el león y responde la leona, les arrancan los dientes a los cachorros,
muere el león falto de presa, y las crías de la leona se dispersan.
Oí furtivamente una palabra, apenas percibí su murmullo: en una visión de
pesadilla, cuando el letargo cae sobre el hombre, me sobrecogió un terror, un
temblor que estremeció todos mis huesos. Un viento me rozó la cara, se me eriza
el vello.
Estaba en pie -no lo conocía-, sólo una figura ante mis ojos, un silencio;
después oí una voz: "¿Puede el hombre ser justo frente a Dios, o un mortal
ser puro frente a su Creador? En sus mismos ángeles descubre faltas, ni aun a
sus criados los encuentra fieles, pues, ¿cómo estarán limpios ante su Hacedor
los que habitan en casas de arcilla, cimentadas en barro? Entre el alba y el
ocaso se desmoronan; sin que se advierta, perecen para siempre; les arrancan
las cuerdas de la tienda y mueren sin haber aprendido."»
RESPONSORIO Jb 4, 17-18; Sal 50, 7
R. ¿Puede el
hombre ser justo frente a Dios, o un mortal ser puro frente a su Creador? * En
sus mismos ángeles descubre faltas, ni aún a sus criados los encuentra fieles.
V. Mira, que en la culpa nací, pecador me
concibió mi madre.
R. En sus mismos ángeles descubre faltas, ni aún
a sus criados los encuentra fieles.
SEGUNDA LECTURA
Del Opúsculo de san Buenaventura, obispo, Sobre el itinerario
de la mente hacia Dios
(Cap. 7, 1. 2. 4. 6: Opera omnia 5, 312-313)
LA SABIDURÍA MISTERIOSA REVELADA POR EL ESPÍRITU SANTO
Cristo es el camino y la puerta. Cristo es la escalera y el
vehículo, él, que es el propiciatorio colocado sobre el arca de Dios y el
misterio oculto desde los siglos. El que mira plenamente de cara este
propiciatorio y lo contempla suspendido en la cruz, con fe, con esperanza y
caridad, con devoción, admiración, alegría, reconocimiento, alabanza y júbilo,
este tal realiza con él la pascua, esto es, el paso, ya que, sirviéndose del
bastón de la cruz, atraviesa el mar Rojo, sale de Egipto y penetra en el
desierto, donde saborea el maná escondido, y descansa con Cristo en el
sepulcro, como muerto en lo exterior, pero sintiendo, en cuanto es posible en
el presente estado de viadores, lo que dijo Cristo al ladrón que estaba
crucificado a su lado: Hoy estarás conmigo en el paraíso.
Para que este paso sea perfecto, hay que abandonar toda especulación de orden
intelectual y concentrar en Dios la totalidad de nuestras aspiraciones. Esto es
algo misterioso y secretísimo, que sólo puede conocer aquel que lo recibe, y
nadie lo recibe sino el que lo desea, y no lo desea sino aquel a quien inflama
en lo más íntimo el fuego del Espíritu Santo, que Cristo envió a la tierra. Por
esto dice el Apóstol que esta sabiduría misteriosa es revelada por el Espíritu
Santo.
Si quieres saber cómo se realizan estas cosas, pregunta a la gracia, no al
saber humano; pregunta al deseo, no al entendimiento; pregunta al gemido
expresado en la oración, no al estudio y la lectura; pregunta al Esposo, no al
Maestro; pregunta a Dios, no al hombre; pregunta a la oscuridad, no a la
claridad; no a la luz, sino al fuego que abrasa totalmente y que transporta
hacia Dios con unción suavísima y ardentísimos afectos. Este fuego es Dios,
cuyo horno, como dice el profeta, está en Jerusalén, y Cristo es quien lo
enciende con el fervor de su ardentísima pasión, fervor que sólo puede
comprender el que es capaz de decir: Preferiría morir asfixiado, preferiría la
muerte. El que de tal modo ama la muerte puede ver a Dios, ya que está fuera de
duda aquella afirmación de la Escritura: Nadie puede ver mi rostro y seguir
viviendo. Muramos, pues, y entremos en la oscuridad, impongamos silencio a
nuestras preocupaciones, deseos e imaginaciones; pasemos con Cristo crucificado
de este mundo al Padre, y así, una vez que nos haya mostrado al Padre, podremos
decir con Felipe: Eso nos basta; oigamos aquellas palabras dirigidas a Pablo:
Te basta mi gracia; alegrémonos con David, diciendo: Se consumen mi corazón y
mi carne por Dios, mi herencia eterna. Bendito el Señor por siempre, y todo el
pueblo diga: «¡Amén!»
RESPONSORIO 1Jn 3, 24; Sir 1, 9. 10
R. Quien
guarda los mandamientos de Dios permanece en Dios y Dios en él; * Y
conocemos que él permanece en nosotros por el Espíritu que nos ha dado.
V. Dios mismo creó la sabiduría, la derramó
sobre todas sus obras y se la regaló a los que lo aman.
R. y conocemos que él permanece en nosotros por
el Espíritu que nos ha dado.
Miércoles, 15 de julio de 2020
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (11,25-27):
25 En aquel tiempo, tomando Jesús la
palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a
pequeños.
26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu
beneplácito.
27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y
nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino
el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Los sabios brillarán con esplendor de cielo, y los que enseñan la
justicia a las multitudes serán como estrellas por toda la eternidad.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los sabios brillarán con
esplendor de cielo, y los que enseñan la justicia a las multitudes serán como
estrellas por toda la eternidad.
PRECES
Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus
ovejas, y supliquémosle diciendo:
Apacienta a tu pueblo, Señor.
Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu
misericordia y tu amor,
haz que por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único
pastor de tu pueblo,
no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los
cuerpos y de las almas,
haz que nunca falten a tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de
una vida santa.
Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el
amor de los santos,
haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso, al celebrar hoy la festividad del obispo san
Buenaventura, te pedimos nos concedas saber aprovechar sus preclaras enseñanzas
e imitar su ardiente amor hacia ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: VERBO DE DIOS, ETERNA LUZ DIVINA.
Verbo de Dios, eterna luz divina,
fuente eternal de toda verdad pura,
gloria de Dios, que el cosmos ilumina,
antorcha toda luz en noche oscura.
Palabra eternamente pronunciada
en la mente del Padre, ¡oh regocijo!,
que en el tiempo a los hombres nos fue dada
en el seno de Virgen, hecha Hijo.
Las tinieblas de muerte y de pecado,
en que yacía el hombre, así vencido,
su verdad y su luz han disipado,
con su vida y su muerte ha redimido.
Con destellos de luz que Dios envía,
no dejéis de brillar, faros divinos;
de los hombres y pueblos sed su guía,
proclamad la verdad en los caminos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Ant 2. Que el Señor nos construya la
casa y nos guarde la ciudad.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Que el Señor nos construya la
casa y nos guarde la ciudad.
Ant 3. Él es el primogénito de toda
creatura, es el primero en todo.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y
PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él es el primogénito de toda
creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE St 3, 17-18
La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además,
es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras,
constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto
es la justicia.
RESPONSORIO BREVE
V. En la asamblea le da la palabra.
R. En la asamblea le da la palabra.
V. Lo llena de espíritu, sabiduría e
inteligencia.
R. Le da la palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. En la asamblea le da la palabra.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Oh doctor admirable, luz de la Iglesia santa, san Buenaventura,
fiel cumplidor de la ley, ruega por nosotros al Hijo de Dios.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh doctor admirable, luz de la
Iglesia santa, san Buenaventura, fiel cumplidor de la ley, ruega por nosotros
al Hijo de Dios.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los
hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:
Salva a tu pueblo, Señor.
Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban
por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los
santos.
Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu,
los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado
de ti.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas
para que nadie las arrebate de tu mano,
salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso, al celebrar hoy la festividad del obispo san
Buenaventura, te pedimos nos concedas saber aprovechar sus preclaras enseñanzas
e imitar su ardiente amor hacia ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.