Vísperas - NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA 2020
El siguiente es el formulario que corresponde a
vísperas de la liturgia de las horas para NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA el día
miércoles, 24 de junio de 2020.
Invitatorio
Vísperas
Invocación
V. Dios
mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
·
Himno 1
Todo en estado de oración
parece.
La santidad, que empapa todo el aire,
rebosa de los cielos como de ánfora,
y se filtra en las venas del deseo.
Todo sube en afán contemplativo,
como a través de transparencia angélica,
y lo más puro que hay en mí despierta,
sorbido por vorágine de altura.
Tiene alas la tarde, unción y llama.
Todo yo en la plegaria he naufragado;
se levantan mis manos como lámparas;
por el silencio, el corazón respira.
Se ha encendido el crepúsculo en mi frente
y la lumbre de Dios transe mi carne.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos. Amén.
La santidad, que empapa todo el aire,
rebosa de los cielos como de ánfora,
y se filtra en las venas del deseo.
Todo sube en afán contemplativo,
como a través de transparencia angélica,
y lo más puro que hay en mí despierta,
sorbido por vorágine de altura.
Tiene alas la tarde, unción y llama.
Todo yo en la plegaria he naufragado;
se levantan mis manos como lámparas;
por el silencio, el corazón respira.
Se ha encendido el crepúsculo en mi frente
y la lumbre de Dios transe mi carne.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmodia
Antífona 1: Apareció un hombre, enviado por Dios, que se llamaba
Juan.
Salmo 14
¿QUIÉN ES JUSTO ANTE EL
SEÑOR?
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y práctica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y práctica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
Antífona 2: Juan vino como testigo para declarar en favor de la
verdad.
Salmo 111
FELICIDAD DEL JUSTO
Dichoso quien teme al Señory ama de corazón sus
mandatos.Su linaje será poderoso en la tierra,la descendencia del justo será
bendita.En su casa habrá riquezas y abundancia,su caridad es constante, sin
falta.En las tinieblas brilla como una luzel que es justo, clemente y
compasivo.Dichoso el que se apiada y presta,y administra rectamente sus
asuntos.El justo jamás vacilará,su recuerdo será perpetuo.No temerá las malas
noticias,su corazón está firme en el Señor.Su corazón está seguro, sin
temor,hasta que vea derrotados a sus enemigos.Reparte limosna a los pobres;su
caridad es constante, sin falta,y alzará la frente con dignidad.El malvado, al
verlo, se irritará,rechinará los dientes hasta consumirse.La ambición del
malvado fracasará.
Antífona 3: Juan era la lámpara que arde y que ilumina.
Cántico Ap 15, 3-4
CANTO DE LOS VENCEDORES
Grandes y maravillosas son tus obras,Señor, Dios
omnipotente,justos y verdaderos tus caminos,¡oh Rey de los siglos!¿Quién no
temerá, Señor,y glorificará tu nombre?Porque tú solo eres santo,porque vendrán
todas las nacionesy se postrarán en tu acatamiento,porque tus juicios se
hicieron manifiestos.
Lectura Breve
Hch 13, 23-25
Según lo prometido, Dios sacó para Israel de la
descendencia de David un Salvador, Jesús. Y su precursor fue Juan. Ya éste,
antes de presentarse Jesús, había predicado a todo el pueblo de Israel un
bautismo como señal de arrepentimiento. Y, cuando estaba para terminar su
misión, solía decir: «No soy yo el que vosotros os imagináis. Pero, mirad,
viene otro después de mí; y yo no soy digno de desatar su calzado.»
Responsorio Breve
V. Preparad
el camino del Señor, enderezad sus sendas.
R. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
V. El que viene después de mí ya existía antes que yo.
R. Enderezad sus sendas.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
R. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
V. El que viene después de mí ya existía antes que yo.
R. Enderezad sus sendas.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
Canto Evangélico
Antifona: El niño que nos ha nacido es más que un profeta; es aquel de quien
dice el Salvador: «Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que
Juan Bautista.»
Magnificat Lc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Oremos confiados al Señor, que eligió a Juan
Bautista para anunciar a los hombres el reino de Cristo, y digámosle:
Guía, Señor, nuestros pasos por el camino de la paz.
Tú, Señor, que llamaste a Juan cuando estaba aún en las entrañas maternas y lo elegiste
para que preparara los caminos de tu Hijo,
— danos ánimos para seguir siempre a Cristo con la misma fidelidad con que Juan lo
precedió.
Tú que concediste al Bautista reconocer al Cordero de Dios,
— concede a la Iglesia anunciar a Cristo de tal manera que los hombres de nuestro
tiempo puedan reconocerlo.
Tú que dispusiste que Juan menguase y que Cristo creciera,
— enséñanos a saber humillarnos, para que brille Cristo a los ojos de los hombres.
Tú que, por el martirio de Juan, quisiste manifestar la justicia,
— concédenos testificar tu verdad con valentía, sin temor a la tribulación.
Aquí se pueden añadir algunas intenciones libres.
Acuérdate, Señor, de los que han salido ya de este mundo,
— y colócalos en el reino de la luz y de la paz.
Dirijamos nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Oración
Oh Dios todopoderoso, que suscitaste a san Juan
Bautista para que preparase a Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu
familia el don de la alegría espiritual y dirige la voluntad de tus hijos por
el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
Amén.
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
R. Amén.