Musica Para el Alma

domingo, 22 de marzo de 2020

ORACIONES, LECTURAS Y REFLEXIÓN DEL LUNES 23 DE MARZO 2020


Oración, lecturas del día y reflexión
Lecturas de la semana 4º de Cuaresma - Ciclo A
Lunes, 23 de marzo de 2020

Oración Colecta

Señor, Dios nuestro, Padre todopoderoso:
Tú quieres no que nos volvamos al pasado
para añorarlo y para llorar sobre él,
sino que tengamos esperanza en el futuro,
en la nueva tierra y en los nuevos cielos.
Danos una fe firme en tu Hijo, Jesucristo,
para que, a pesar de los defectos de nuestro tiempo,
tengamos fe en un futuro mejor,
que tú quieres que construyamos
con tu Hijo, Jesucristo, nuestro Seño

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (65,17-21):

ESTO dice el Señor:
«Mirad: voy a crear un nuevo cielo
y una nueva tierra:
de las cosas pasadas
ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento.
Regocijaos, alegraos por siempre
por lo que voy a crear:
yo creo a Jerusalén “alegría”,
y a su pueblo, “júbilo”.
Me alegraré por Jerusalén
y me regocijaré con mi pueblo,
ya no se oirá en ella ni llanto ni gemido;
ya no habrá allí niño
que dure pocos días,
ni adulto que no colme sus años,
pues será joven quien muera a los cien años,
y quien no los alcance se tendrá por maldito.
Construirán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comerán los frutos».

Palabra de Dios

Salmo
Sal 29,2.4.5-6.11-12a.13b

R/.
 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

V/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

V/. Tañed para el Señor, fieles suyos,
celebrad el recuerdo de su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

V/. Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

Lunes, 23 de marzo de 2020
Evangelio y Reflexión
Lectura del santo evangelio según san Juan (4,43-54):

EN aquel tiempo, salió Jesús de Sanaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado: «Un profeta no es estimado en su propia patria».
Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Si no veis signos y prodigios, no creéis». El funcionario insiste:
«Señor, baja antes de que se muera mi niño». Jesús le contesta:
«Anda, tu hijo vive». El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

Palabra del Señor

«Señor, baja antes de que se muera mi niño».
*Es impresionante saber que son las necesidades que me llevan a tener un encuentro real con el Señor. Esta lectura me hacer ver algunas cosas  preguntas como, si  tengo un dolor de espalda busco un médico para que me recete algún medicamento que me quite ese dolor de espalda. Esto me lleva a rebuscar dentro de mí, para saber que parte de mi vida necesita un encuentro serio con el Señor, y esto saca a relucir que soy una persona con mucho miedo. La buena noticia para mi es que cuando el Señor manda hasta la fiebre obedece*.   

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

Oración después de la Comunión

Señor, Dios de nuestro futuro:
Creemos en tu Hijo, Jesucristo,
que ha estado con nosotros
en esta celebración eucarística.
Por su causa estamos convencidos
de que incluso la muerte conduce a la vida,
de que no hay límites
a lo que tú puedes hacer con nosotros,
a pesar de lo poco fiables que somos a veces.
Estamos también convencidos
de que todos nuestros sueños
pueden hacerse realidad
por encima de nuestras expectaciones,
en Jesucristo, nuestro Señor.


V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.