Musica Para el Alma

lunes, 23 de septiembre de 2019

LAS LECTURAS DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCED


Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Primera lectura
Lectura del profeta Jeremías  (30,8-11a):

   8  Acontecerá aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - que romperé el yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y no te servirán más los extranjeros,
  9 sino que Israel y Judá servirán a Yahveh su Dios y a David su rey, que yo les suscitaré.)
   10 Pero tú no temas, siervo mío Jacob - oráculo de Yahveh - ni desmayes, Israel, pues mira que yo acudo a salvarte desde lejos y tu linaje del país de su cautiverio; volverá Jacob, se sosegará y estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete,
   11 pues contigo estoy yo - oráculo de Yahveh - para salvarte: pues acabaré con todas las naciones entre las cuales te dispersé. Pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune no te dejaré.

Palabra de Dios

Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Salmo
Sal 125,1-5

R/.
 El Señor ha estado grande con nosotros.

V/. Los que confían el Señor son como el monte Sion: no tiembla, está sentado para siempre. R/.

R/. El Señor ha estado grande con nosotros

V/. Jerusalén la rodean montañas, a su pueblo lo rodea el Señor, para que los honrados no pongan manos al crimen. R/.

R/. El Señor ha estado grande con nosotros

V/. Señor, concede bienes a los buenos, a los hombres sinceros, y a los que se desvían por sendas tortuosas, que los mande el Señor con los malhechores. Paz a Israel. R/.

R/. El Señor ha estado grande con nosotros

Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (5,1-2;13-25):

      1 Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud.
      2 Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os dejáis circuncidar, Cristo no os aprovechará nada.
            13 Porque, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne; antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros.
      14 Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo. =
       15 Pero si os mordéis y os devoráis mutuamente, ¡mirad no vayáis mutuamente a destruiros!
      16 Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne.
      17 Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais.
      18 Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
      19 Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,
       20 idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones,
      21 envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
      22 En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad,
      23 mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley.
      24 Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias.
      
      25 Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu.

Palabra de Dios

Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Evangelio Lectura del santo evangelio según san Juan (2,1-11):

   1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
   2 Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos.
   3 Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.»
   4 Jesús le responde: « ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»
   5 Dice su madre a los sirvientes: = «Haced lo que él os diga.» =
   6 Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una.
    7 Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.
   8 «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron.
   9 Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio
   10 y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.»
    11 Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.

Palabra del Señor