Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Primera lectura
Lectura del
profeta Jeremías (30,8-11a):
8 Acontecerá aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - que romperé el yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y no te servirán más los extranjeros,
8 Acontecerá aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - que romperé el yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y no te servirán más los extranjeros,
9 sino que Israel y Judá servirán a Yahveh su
Dios y a David su rey, que yo les suscitaré.)
10 Pero tú no temas, siervo mío Jacob -
oráculo de Yahveh - ni desmayes, Israel, pues mira que yo acudo a salvarte
desde lejos y tu linaje del país de su cautiverio; volverá Jacob, se sosegará y
estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete,
11 pues contigo estoy yo - oráculo de Yahveh
- para salvarte: pues acabaré con todas las naciones entre las cuales te
dispersé. Pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que
impune no te dejaré.
Palabra de Dios
Palabra de Dios
Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Salmo
Sal 125,1-5
R/. El Señor ha estado grande con nosotros.
V/. Los que confían el Señor son como el monte Sion: no tiembla, está sentado para siempre. R/.
R/. El Señor ha estado grande con nosotros.
V/. Los que confían el Señor son como el monte Sion: no tiembla, está sentado para siempre. R/.
R/. El Señor ha estado grande con nosotros
V/. Jerusalén la rodean montañas, a su pueblo lo rodea el Señor, para que los honrados no pongan manos al crimen. R/.
R/. El Señor ha estado grande con nosotros
V/. Señor, concede bienes a los buenos, a los hombres sinceros, y a los que se desvían por sendas tortuosas, que los mande el Señor con los malhechores. Paz a Israel. R/.
R/. El
Señor ha estado grande con nosotros
Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Segunda lectura
Lectura de
la primera carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (5,1-2;13-25):
1 Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud.
2 Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os
dejáis circuncidar, Cristo no os aprovechará nada.
13 Porque, hermanos, habéis sido
llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la
carne; antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros.
14 Pues toda la ley alcanza su plenitud
en este solo precepto: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo. =
15 Pero si os mordéis y os devoráis
mutuamente, ¡mirad no vayáis mutuamente a destruiros!
16
Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las
apetencias de la carne.
17 Pues la carne tiene apetencias
contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre
sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais.
18 Pero, si sois conducidos por el
Espíritu, no estáis bajo la ley.
19 Ahora bien, las obras de la carne son
conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,
20 idolatría, hechicería, odios,
discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones,
21 envidias, embriagueces, orgías y cosas
semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen
tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
22 En cambio el fruto del Espíritu es
amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad,
23 mansedumbre, dominio de sí; contra
tales cosas no hay ley.
24 Pues los que son de Cristo Jesús, han
crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias.
25 Si vivimos según el Espíritu, obremos
también según el Espíritu.
Palabra de Dios
Palabra de Dios
Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Evangelio Lectura del santo evangelio según
san Juan (2,1-11):
1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
2 Fue invitado también a la boda Jesús con
sus discípulos.
3 Y, como faltara vino, porque se había
acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.»
4 Jesús le responde: « ¿Qué tengo yo
contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»
5 Dice su madre a los sirvientes: = «Haced
lo que él os diga.» =
6 Había allí seis tinajas de piedra, puestas
para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una.
7 Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de
agua.» Y las llenaron hasta arriba.
8 «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al
maestresala.» Ellos lo llevaron.
9 Cuando el maestresala probó el agua
convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían
sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio
10 y le dice: «Todos sirven primero el vino
bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino
bueno hasta ahora.»
11 Así, en Caná de Galilea, dio Jesús
comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.
Palabra del Señor