Vísperas
Invocación
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
·
Himno 1
Te damos gracias,
Señor,
porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo
del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
"¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande;
su caridad, infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
Contadle sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo,
el Dios que nos justifica!". Amén.
porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo
del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
"¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande;
su caridad, infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
Contadle sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo,
el Dios que nos justifica!". Amén.
Salmodia
Antífona 1: Fue hallado intachable
y perfecto; su gloria será eterna.
Salmo 14
¿QUIÉN
ES JUSTO ANTE EL SEÑOR?
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y práctica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y práctica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
Antífona 2: El Señor protege a
sus santos y les muestra su amor y su misericordia.
Salmo 111
FELICIDAD
DEL JUSTO
Dichoso quien teme al Señory ama de corazón sus
mandatos.Su linaje será poderoso en la tierra,la descendencia del justo será
bendita.En su casa habrá riquezas y abundancia,su caridad es constante, sin
falta.En las tinieblas brilla como una luzel que es justo, clemente y
compasivo.Dichoso el que se apiada y presta,y administra rectamente sus
asuntos.El justo jamás vacilará,su recuerdo será perpetuo.No temerá las malas
noticias,su corazón está firme en el Señor.Su corazón está seguro, sin
temor,hasta que vea derrotados a sus enemigos.Reparte limosna a los pobres;su
caridad es constante, sin falta,y alzará la frente con dignidad.El malvado, al
verlo, se irritará,rechinará los dientes hasta consumirse.La ambición del
malvado fracasará.
Antífona 3: Los santos
cantaban un cántico nuevo ante el trono de Dios y del Cordero, y sus voces
llenaban toda la tierra.
Cántico Ap 15, 3-4
CANTO
DE LOS VENCEDORES
Grandes y maravillosas son tus obras,Señor, Dios
omnipotente,justos y verdaderos tus caminos,¡oh Rey de los siglos!¿Quién no
temerá, Señor,y glorificará tu nombre?Porque tú solo eres santo,porque vendrán
todas las nacionesy se postrarán en tu acatamiento,porque tus juicios se
hicieron manifiestos.
Lectura
Breve
Rm 8, 28-30
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve
para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había
escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el
primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que
llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
Responsorio
Breve
V. El Señor es justo y ama
la justicia.R. El Señor es justo y ama
la justicia.V. Los buenos verán su
rostro.R. El Señor es justo y ama
la justicia.V. Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.R. El
Señor es justo y ama la justicia.
Canto
Evangélico
Antifona: Empleado
fiel y cumplidor, pasa al banquete de tu Señor.
Magnificat Lc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que
con la intercesión y el ejemplo de los
santos nos ayude, y digamos:
Haz que seamos santos, porque tú, Señor, eres santo.
Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos,
— haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de la tierra, cante tus grandezas.
Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna, buscando siempre tu
beneplácito,
— ayúdanos a dar fruto de buenas obras.
Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo,
— guárdanos en tu nombre para que todos seamos uno.
Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino,
— haz que comiendo el pan que ha bajado del cielo alcancemos la perfección del amor.
Aquí se pueden añadir algunas intenciones libres.
Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos,
— y admite a los difuntos en tu reino para que puedan contemplar tu rostro.
Porque nos llamamos y somos hijos de Dios, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
santos nos ayude, y digamos:
Haz que seamos santos, porque tú, Señor, eres santo.
Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos,
— haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de la tierra, cante tus grandezas.
Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna, buscando siempre tu
beneplácito,
— ayúdanos a dar fruto de buenas obras.
Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo,
— guárdanos en tu nombre para que todos seamos uno.
Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino,
— haz que comiendo el pan que ha bajado del cielo alcancemos la perfección del amor.
Aquí se pueden añadir algunas intenciones libres.
Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos,
— y admite a los difuntos en tu reino para que puedan contemplar tu rostro.
Porque nos llamamos y somos hijos de Dios, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Padre
Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Oración
Señor Dios todopoderoso, que de entre tus fieles
elegiste a San Jerónimo Emiliani para que manifestara a sus hermanos el camino
que conduce a ti, concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo,
nuestro maestro, para que logremos así alcanzar un día, junto con nuestros
hermanos, la gloria de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos.
Amén.
Conclusión
Si preside el obispo, es conveniente que éste
bendiga al pueblo con la bendición solemne:
V. El Señor esté con
vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Que la paz de Dios, que sobrepasa todo anhelo y esfuerzo humano, custodie vuestro corazón y vuestra inteligencia en el amor y conocimiento de Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R. Amén.
R. Y con tu espíritu.
V. Que la paz de Dios, que sobrepasa todo anhelo y esfuerzo humano, custodie vuestro corazón y vuestra inteligencia en el amor y conocimiento de Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R. Amén.
Si preside un presbítero o un diácono, bendice al
pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:
V. El Señor esté con
vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R. Amén.
R. Y con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R. Amén.
Si se despide a la comunidad, se añade la
invitación:
V. Podéis ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.
R. Demos gracias a Dios.
En el rezo individual o en una celebración
comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
R. Amén.