Completas
Notas
- Además de las fórmulas penitenciales mostradas aquí, pueden usarse
otras aprobadas.
- Además de himnos mostrados aquí, pueden usarse, sobre todo en las
celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente
aprobados.
- Esta hora se termina con una de las antífonas de la Santísima
Virgen que se muestran en el formulario: Madre del Redentor, Salve, Reina
de los cielos, Dios te salve española, Dios te Salve latinoamericana; Bajo
tu amparo, o con algún otro canto debidamente aprobado.
Invocación
V. Dios mío, ven en mi
auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Examen
Hermanos: Llegados al fin de esta jornada que Dios
nos ha concedido, reconozcamos humildemente nuestros pecados.
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Formula 1
·
Formula 2
·
Formula 3
Yo confieso ante
Dios Todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. Dios todopoderoso tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
R. Amén.
Himno
Salmodia
Antífona 1: Mi carne descansa
serena.
Salmo 15
El
Señor es el lote de mi heredad
Dios
resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte. (Hch 2,24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Lectura
Breve
1Ts 5,23
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente,
y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta
la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Responsorio
Breve
R. A tus manos, Señor, *
Encomiendo mi espíritu. A tus manos.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás. * Encomiendo. Gloria al Padre. A tus manos.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás. * Encomiendo. Gloria al Padre. A tus manos.
Canto
Evangélico
Antifona: Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos para que velemos con Cristo y
descansemos en paz. (T.P. Aleluya)
Nunc dimittis Lc 2, 29-32
Cristo, luz de las naciones y gloria de Israel
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador.
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre.
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador.
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Oración
Oremos:
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso
tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del
día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro
cuerpo y nuestro espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Bendición
V. El Señor todopoderoso
nos conceda una noche tranquila y una muerte santa.
R. Amén.
R. Amén.
Antífonas
finales de la Santísima Virgen María
·
Antifona 1
·
Antifona 2
·
Antifona 3
·
Antifona 4
·
Antifona 5
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!