Musica Para el Alma

miércoles, 13 de junio de 2018

LECTURAS LARGAS

PRIMERA LECTURA
De la carta a los Filipenses 3, 1-16
TODO LO ESTIMO BASURA CON TAL DE GANAR A CRISTO
Hermanos: Estad alegres en el Señor. Escribiros siempre lo mismo no me resulta enojoso, y por otra parte es para vuestra mayor seguridad. Guardaos de esos «perros»; guardaos de esos «malos obreros»; guardaos de esos «mutilados». Los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que practicamos el culto conforme al Espíritu de Dios y tenemos puesta nuestra gloria en Cristo Jesús, sin poner nuestra seguridad y confianza en la «carne». Yo, por mi parte, podría poner también mi confianza en la «carne»; y, si hay algún otro que crea poder confiar en ella, muchas más razones tendría yo para hacerlo. Circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo e hijo de hebreos, fariseo en lo que mira a la interpretación de la ley; por mi apasionamiento hacia ella, perseguidor de la Iglesia de Dios; y por lo que mira a la justicia que viene del cumplimiento de la ley, intachable. Pero todo lo que para mí era ganancia lo he estimado pérdida comparado con Cristo.

Más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y encontrarme unido a él, no por una justificación propia mía, la que viene de la ley, sino por la justificación que se obtiene por la fe en Cristo, la cual procede de Dios y se basa en la fe; a fin de tener una íntima experiencia de Cristo, del poder de su resurrección y de la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para alcanzar también la resurrección de entre los muertos.

No quiero decir con esto que tenga ya conseguido el premio o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera con la pretensión de darle alcance, habiendo yo mismo sido alcanzado por Cristo Jesús. Yo, hermanos, no considero haber ganado todavía el premio. Sólo una cosa busco: olvidando lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que veo por delante, voy corriendo hacia la meta para conseguir el premio de la asamblea celestial, asamblea de Dios en Cristo Jesús.

Así pues, todos los que estamos ya bien formados en Cristo debemos tener estas aspiraciones, y, si en algún punto pensáis de otra manera, que Dios os lo aclare también. Sea cual sea el punto adonde hayamos llegado, sigamos adelante por el mismo camino.
RESPONSORIO    Flp 3, 8. 10; Rm 6, 8
R. Todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo, * a fin de tener una íntima experiencia de él, del poder de su resurrección y de la comunión con sus padecimientos.
V. Si hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con Cristo.
R. A fin de tener una íntima experiencia de él, del poder de su resurrección y de la comunión con sus padecimientos.
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de Orígenes, presbítero, sobre el libro de Josué.
(Homilía 6, 4: PG 12, 855-856)
LA CONQUISTA DE JERICÓ
Los israelitas ponen cerco a Jericó, porque ha llegado el momento de conquistarla. ¿Y cómo la conquistan? No sacan la espada contra ella, ni la acometen con el ariete, ni vibran los dardos; las únicas armas que emplean son las trompetas de los sacerdotes, y ellas hacen caer las murallas de Jericó.

Hallamos con frecuencia en las Escrituras que Jericó es figura del mundo. En efecto, aquel hombre de que nos habla el Evangelio, que bajaba de Jerusalén a Jericó y que cayó en manos de unos ladrones, sin duda era un símbolo de Adán, que fue arrojado del paraíso al destierro de este mundo. Y aquellos ciegos de Jericó, a los que vino Cristo para hacer que vieran, simbolizaban a todos aquellos que en este mundo estaban angustiados por la ceguera de la ignorancia, a los cuales vino el Hijo de Dios. Esta Jericó simbólica, esto es, el mundo, está destinada a caer. El fin del mundo es algo de que nos hablan ya desde antiguo y repetidamente los libros santos.

¿Cómo se pondrá fin al mundo? ¿Con qué medios? Con la voz -dice- de las trompetas. ¿De qué trompetas? El apóstol Pablo te descubrirá el sentido de estas palabras misteriosas. Oye lo que dice: Resonará la trompeta y los muertos en Cristo despertarán incorruptibles, y el Señor mismo, a una orden, a la voz del arcángel y al sonido de la trompeta divina, bajará del cielo. Será entonces cuando Jesús, nuestro Señor, vencerá y abatirá a Jericó, salvándose únicamente aquella prostituta de que nos habla el libro santo, con toda su familia. Vendrá -dice el texto sagrado- nuestro Señor Jesús, y vendrá al son de las trompetas.

Salvará únicamente a aquella mujer que acogió a sus exploradores, figura de todos los que acogieron con fe y obediencia a sus apóstoles y, como ella, los colocaron en la parte más alta, por lo que mereció ser asociada a la casa de Israel. Pero a esta mujer, con todo su simbolismo, no debemos ya recordarle ni tenerle en cuenta sus culpas pasadas. En otro tiempo fue una prostituta, mas ahora está unida a Cristo con un matrimonio virginal y casto. A ella pueden aplicarse las palabras del Apóstol: He hecho lo posible por desposaros con un solo Esposo, y por llevaros a Cristo con la pureza propia de una doncella inocente. El mismo Apóstol, en su estado anterior, puede compararse a ella, ya que dice: También nosotros fuimos en un tiempo insensatos, rebeldes a Dios, descarriados, esclavos de toda suerte de pasiones y placeres.

¿Quieres ver con más claridad aún cómo aquella prostituta ya no lo es? Escucha las palabras de Pablo: Y en verdad que eso erais algunos; pero fuisteis lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados en el nombre de Jesucristo, el Señor, por el Espíritu de nuestro Dios. Ella, para poder salvarse de la destrucción de Jericó, siguiendo la indicación de los exploradores, colgó de su ventana un cordón de hilo escarlata, como signo eficaz de salvación. Este cordón representaba la sangre de Cristo, por la cual es salvada actualmente toda la Iglesia, en el mismo Jesucristo nuestro Señor, al cual sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO    Is 49, 22. 26; Jn 8, 28
R. Con la mano hago seña a las naciones, alzo mi estandarte para los pueblos. * Y sabrá todo el mundo que yo soy el Señor, tu salvador, y que tu redentor es el Héroe de Jacob.
V. Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, entonces sabréis que «Yo soy»,
R. Y sabrá todo el mundo que yo soy el Señor, tu salvador, y que tu redentor es el Héroe de Jacob.

ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, de quien todo bien procede, concédenos seguir siempre tus inspiraciones, para que tratemos de hacer continuamente lo que es recto y, con tu ayuda, lo llevemos siempre a cabo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.