Musica Para el Alma

miércoles, 25 de octubre de 2017

LECTURAS LARGAS

PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Habacuc 2, 5-20
IMPRECACIONES CONTRA LOS OPRESORES CALDEOS
En aquellos días, me dijo el Señor:

«Aunque el hombre soberbio saquee riquezas, no triunfará. Ensancha las fauces como el infierno, como la muerte insaciable, se apodera de todos los pueblos, se adueña de todas las naciones. Pero todos ellos entonarán contra él una canción, sátiras y burlas, diciendo:

"¡Ay del que acumula bienes ajenos! Amontona objetos empeñados. De repente se alzarán tus acreedores, despertarán tus atormentadores y te despojarán. Porque saqueaste naciones numerosas, te saqueará el resto de los pueblos, por tus asesinatos y violencias contra territorios, ciudades y poblaciones.

¡Ay del que reúne en casa ganancias injustas y pone en lo alto su nido para salvarse de la desgracia! Hiciste un proyecto deshonroso para tu casa: aniquilando muchos pueblos, has perjudicado tu vida. Gritarán las piedras de los muros, y las vigas del maderamen les responderán.

¡Ay del que construye con sangre la ciudad y funda la capital con crímenes! El Señor hará que suceda esto: que trabajen los pueblos para el fuego y las naciones se fatiguen para nada, cuando la tierra esté llena del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas llenan el mar.

¡Ay del que embriaga a su prójimo, y le mezcla una droga y lo emborracha para contemplar su desnudez! Te sacias de oprobios más que de honores, bebe tú también y enseña tu vergüenza. Llega a ti la copa de la diestra del Señor, y la ignominia sobre tu gloria. La violencia hecha al Líbano te cubrirá, el degüello de los animales te aterrará, por tus asesinatos y violencias contra territorios, ciudades y poblaciones.

¡Ay del que dice a un leño: 'Despierta, levántate', y a la piedra muda: 'Dime un oráculo'! Está forrado de plata y oro, pero por dentro no tiene alma. ¿De qué le sirve al ídolo que lo talle el artífice, a la imagen de oráculos engañosos el que el artífice confíe en ella, fabricando ídolos mudos? Pero el Señor está en su santo templo, ¡guarde silencio ante él toda la tierra!"»
RESPONSORIO    Rm 2, 12; 3, 23; 11, 32
R. Todos los que pecaron sin conocer la ley perecerán sin la ley; y cuantos pecaron con conocimiento de la ley serán juzgados por la ley. * Pues todos pecaron y se hallan privados de la gloria de Dios.
V. Dios encerró a todos los hombres en la desobediencia, para usar con todos ellos de misericordia.
R. Pues todos pecaron y se hallan privados de la gloria de Dios.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san Bernardo, abad
(Sermón 5 sobre diversas materias, 4-5: Opera omnia, edición cisterciense, 6, 1 [1970], 103-104)
SOBRE LOS GRADOS DE LA CONTEMPLACIÓN
Refugiémonos en Cristo, nuestra fortaleza, y adhirámonos con todas nuestras fuerzas al Señor, la roca sólida y siempre firme, y podremos decir con el profeta, como está escrito: Afianzó mis pies en la roca y aseguró mis pasos. Consolidados así y afianzados podremos contemplar y escuchar lo que él nos diga y sabremos cómo responder cuando él nos reprenda.

El primer grado de esta contemplación, amados hermanos, consiste en considerar atentamente cuál sea la voluntad del Señor y qué es lo acepto a sus ojos. Y, como todos pecamos con frecuencia y nuestro orgullo ofende muchas veces su santísima voluntad y no se adhiere ni conforma a lo que el Señor desea, es necesario que nos humillemos bajo la poderosa mano del Dios altísimo y procuremos solícitamente presentarnos ante él con espíritu humilde, diciendo: Sáname, Señor, y quedaré sano, sálvame y quedaré a salvo. Y también aquello otro: Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti.

Cuando estos pensamientos hayan ya purificado la mirada de nuestro corazón, en vez de andar según la amargura de nuestro espíritu nos dejaremos llevar del Espíritu de Dios y viviremos alegres, sin preocuparnos ya de cuál sea la voluntad de Dios sobre nosotros, sino interesándonos más bien sobre cuál sea la voluntad divina en sí misma.

Y, ya que en su voluntad está la vida, no podemos dudar lo más mínimo de que nada encontraremos que nos sea más útil y provechoso que aquello que concuerda con el querer divino. Por tanto, si en verdad queremos conservar la vida de nuestra alma, procuremos con solicitud no desviarnos en lo más mínimo de la voluntad de Dios.

Y, cuando hayamos ya progresado algún tanto en la vida espiritual, guiados por el Espíritu Santo, que escudriña los más altos misterios de Dios, dediquémonos a contemplar cuán suave es el Señor y cuán bueno es en sí mismo; y con el profeta supliquémosle que nos manifieste cuál sea su voluntad, para que pongamos nuestra mansión no en nuestro pobre corazón humano, sino en su santo templo; así podremos repetir con el mismo profeta: Mi alma se acongoja, te recuerdo.

Pues hay que advertir, que la plenitud de nuestra vida espiritual se encuentra en estas dos cosas: en aquella reflexión sobre nosotros mismos, que nos turba y nos contrista en vista a la conversión, y en la contemplación de Dios, que nos llena del gozo y del consuelo del Espíritu Santo; lo primero engendra en nosotros el temor y la humildad, lo segundo alumbra en nuestro interior el amor y la esperanza.
RESPONSORIO    Sal 110, 10; Sb 6, 19; Sir 19, 18
R. Primicia de la sabiduría es el temor del Señor, tienen buen juicio los que lo practican. * La alabanza del Señor dura por siempre.
V. Amar la sabiduría es guardar sus leyes, pues el temor del Señor es la síntesis de la sabiduría.
R. La alabanza del Señor dura por siempre.

ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, haz que nuestra voluntad sea siempre dócil a la tuya y que te sirvamos con un corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.