Vísperas
Por la noche
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
- HIMNO
- SALMODIA
Ant.1. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
Salmo 40
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida, para que sea dichoso en la tierra,
y no la entrega a la saña sus enemigos.
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida, para que sea dichoso en la tierra,
y no la entrega a la saña sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: "Señor, ten misericordia, sáname porque he pecado contra ti."
Mis enemigos me desean lo peor:
"A ver si se muere y se acaba el apellido."
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: "Señor, ten misericordia, sáname porque he pecado contra ti."
Mis enemigos me desean lo peor:
"A ver si se muere y se acaba el apellido."
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.
Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
"Padece un mal sin remedio, se acostó para no levantarse".
Incluso mi amigo, del que yo me fiaba, que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
hacen cálculos siniestros:
"Padece un mal sin remedio, se acostó para no levantarse".
Incluso mi amigo, del que yo me fiaba, que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate de mí,
has que pueda levantarme, para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas: en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora y por siempre.
Amén, Amén.
has que pueda levantarme, para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas: en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora y por siempre.
Amén, Amén.
Ant. 1. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
Ant. 2. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob
Salmo 45
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas, que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas, que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, os reyes se rebelan;
pero la lanza de su trueno y se tambalea la tierra.
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, os reyes se rebelan;
pero la lanza de su trueno y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del señor, las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas, prende fuego a los escudos.
"Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos mas alto que la tierra."
El señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del señor, las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas, prende fuego a los escudos.
"Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos mas alto que la tierra."
El señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Ant. 2. El señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Ant. 3. Vendrán todas las naciones y se postraran en tu acatamiento, Señor.
Cántico Ap. 15,3-4
Grandes y maravillosas son tus obras, señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos, ¡oh rey de los siglos!
¿Quién no temerá señor y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiesto.
justos y verdaderos tus caminos, ¡oh rey de los siglos!
¿Quién no temerá señor y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiesto.
Ant. 3. Vendrán todas las naciones y se postraran en tu acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE
(Rm. 15,1-3)
(Rm. 15,1-3)
Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos a nosotros mismos. Cada uno cuide de complacer al prójimo para su bien, para su edificación, que Cristo no buscó su propia complacencia, según está es rito: "sobre mí cayeron los ultrajes de quienes te ultrajaron".
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para el Dios y Padre suyo.
R. Por la virtud de su sangre.
V. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para el Dios y Padre suyo.
R. Por la virtud de su sangre.
V. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
CANTICO EVANGELICO
Ant. El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.
PRECES
Bendigamos a Dios que escucha la oración de los humildes y a los hambrientos los colma de bienes, digámosle confiados:
Muéstranos, Señor, tu misericordia
- Señor, Padre lleno de amor, te pedimos por todos los miembros de la iglesia que sufren: acuérdate de ellos, Cristo, cabeza de la iglesia, ofreció en la cruz el verdadero sacrificio vespertino.
- Libra a los encarcelados, ilumina a los que viven en tinieblas, sé la ayuda de las viudas y de los huérfanos y has que todos nos preocupemos de los que sufren.
- Concede a tus hijos la fuerza necesaria, para resistir las tentaciones del maligno.
- Acude en nuestro auxilio, Señor, cuando llegue la hora de nuestra muerte: que seamos fieles hasta el fin y dejemos este mundo en tu paz.
- Conduce a los difuntos a la luz donde tu habitas, para que puedan contemplarte eternamente.
- Libra a los encarcelados, ilumina a los que viven en tinieblas, sé la ayuda de las viudas y de los huérfanos y has que todos nos preocupemos de los que sufren.
- Concede a tus hijos la fuerza necesaria, para resistir las tentaciones del maligno.
- Acude en nuestro auxilio, Señor, cuando llegue la hora de nuestra muerte: que seamos fieles hasta el fin y dejemos este mundo en tu paz.
- Conduce a los difuntos a la luz donde tu habitas, para que puedan contemplarte eternamente.
Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir: Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor, que los que hemos sido aleccionados con los ejemplos de la pasión de tu Hijo estemos siempre dispuestos a cargar con su yugo llevadero y con su carga ligera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
R. Amén.