De la primera carta a los Corintios 14, 1-19
EL DON DE LENGUAS
Hermanos: Esforzaos por conseguir el amor. Aspirad a los carismas, pero, sobre todo, al de profecía o don de hablar bajo la inspiración de Dios. Quien tiene el don de lenguas no habla con los hombres, sino con Dios. Y así nadie le escucha, mientras él, bajo el influjo de la inspiración, va hablando de los misterios de Dios. En cambio, quien tiene el don de discursos inspirados o de profecía habla con los hombres, y edifica, exhorta y anima.
Quien tiene el don de lenguas mira a su propia edificación; en cambio, quien tiene el de profecía edifica a la Iglesia. Yo bien quisiera que tuvieseis todos el don de lenguas, pero mucho más que tuvieseis el don de discursos inspirados. Es superior el que posee este don al que tiene don de lenguas, a no ser que tenga también el don de interpretación, para edificar a la Iglesia.
Ahora bien, hermanos, ¿qué utilidad os puedo proporcionar, si me presento a vosotros hablando lenguas extrañas, pero sin hablaros mediante los carismas de revelación, o de ciencia, o de profecía, o de instrucción? Suponed instrumentos musicales, como la flauta o la cítara, que no tienen vida en sí, pero que emiten sonidos musicales. Si no dan notas distintas, ¿cómo se conocerá la melodía que tocan? Como, también, si la trompeta da sólo un toque indefinido, ¿quién se. aprestará al combate?
Lo mismo sucede con vosotros. Si con vuestro don de lenguas pronunciáis un discurso ininteligible, ¿cómo se sabrá lo que decís? Estaríais hablando para las paredes. Tantas lenguas distintas como habrá en el mundo, y no hay ninguna sin voces articuladas. En consecuencia, si no conozco el significado de la voz, seré un extranjero para quien me habla, como también él será un extranjero para mí.
Así también vosotros: Ya que tan solícitos sois de los carismas, procurad tenerlos en gran número, para edificación de la Iglesia. Por esto, quien tenga don de lenguas, pida a Dios le dé también el de interpretación. Porque, si hago oración sirviéndome de mi don de lenguas, mi espíritu, ciertamente, reza;.pero mi mente queda sin sacar provecho. Así que, ¿qué voy a hacer? Orar con el espíritu, pero orar también con la mente. Cantar alabanzas con el espíritu, pero cantarlas también con la mente.
Si sólo con el espíritu alabas a Dios, ¿cómo el no iniciado va a responder: «Amén» a tu acción de gracias? No entiende lo que estás diciendo. Tú, sin duda, haces muy bien tu acción de gracias; pero el otro no saca provecho alguno. Gracias a Dios, hablo con el don de lenguas más que ninguno de vosotros; pero, en la asamblea de los fieles, prefiero decir cinco palabras inteligibles para instrucción de los demás, que diez mil con sólo el don de lenguas.
RESPONSORIO 1Co 14, 12; 8, 1
R. Ya que tan solícitos sois de los carismas, * procurad tenerlos en gran número, para edificación de la Iglesia.
V. La ciencia sola hincha; y la caridad edifica.
R. Procurad tenerlos en gran número, para edificación de la Iglesia.