Nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 340; estudió en Roma y allí fue bautizado. Abrazó la vida ascética, marchó al Oriente y fue ordenado presbítero. Volvió a Roma y fue secretario del papa Dámaso. Fue en esta época cuando empezó su traducción latina de la Biblia. También promovió la vida monástica. Más tarde se estableció en Belén, donde trabajó mucho por el bien de la Iglesia. Escribió gran cantidad de obras, principalmente comentarios de la sagrada Escritura. Murió en Belén el año 420.
La radicalidad de Jerónimo está bien sintetizada en un ideal que es a la vez intelectual y espiritual: desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo. Esta no es solamente una invitación a leer más o mejor la Biblia; es la conciencia de que la carne de Cristo es real, y también que lo que creamos y prediquemos de Cristo no viene de un conjuntod e ideas, sino de una historia que se entronca y enmarca en los límites comprobables y concretos de la historia de un pueblo, Israel. Esta clase de realismo es la que impide que Jesús se vuelva un objeto de fantasía, de mitología o de ideología.
《 El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a
ser,
SANTO 》