Primer lectura
Sábado 30 de Enero
Samuel 12, 1 7a. 10-17
En aquellos días, el Señor envió a Natán a David. Entró Natán ante el rey y le dijo: - «Había dos hombres en un pueblo, uno rico y otro pobre. El rico tenía muchos rebaños de ovejas y vacas. El pobre, en cambio, no tenía más que una cordera pequeña que había comprado. La alimentaba y la criaba con él y con sus hijos. Ella comía de su pan, bebía de su copa y reposaba en su regazo; era para él como una hija. Llegó una peregrino a casa del rico, y no quiso coger una de sus ovejas o de sus vacas y preparar el banquete para el hombre que había llegado a su casa, sino que cogío la cordera del pobre y la aderezó para l hombre que había llegado a casa». La cólera de David se encendió contra aquel hombre y replicó a Natán: -«Vive el Señor que el hombre que ha hecho tal cosa es reo de muerte. Resarcirá cuatro veces laa cordera, por haber obrado así y por no haber tenido compasión». Entonces Natán dijo a David: - «Tú eres ese hombre. Pues bien, la espada no se apartará de tu casa jamás, por haberme despreciado, y haber tomado como esposa a la mujer de Urías, el hitita, Así dice el Señor: “Yo voy a traer la desgracia sobre ti, desde tu propia casa. Cogeré a tus mujeres ante tus ojos y las entregaré a otro, que se acostará con ellas a la luz misma del sol. Tú has obrado a escondidas. Yo, e, cambio, haré esto a la vista de todo Israel y a la luz del sol” » David respondió a Natán: - «He pecado contra el Señor» Y Natán le dijo: - «También el Señor ha perdonado tu pecado. No morirás. Ahora bien, por haber despreciado al Señor con esa acción, el hijo que te va a nacer morirá. sin remedio». Natán se fue a su casa. El Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y cayó enfermo. David oró con insistencia a Dios por el niño. Ayunaba y pasaba las noches acostado en tierra. Los ancianos de su casa se acercaron a él e intentaban obligarlo a que se levantara del suelo, pero no accedió, ni quiso tomar con ellos alimento alguno.
Palabra de DIOS