Lectura del primer libro de los Macabeos 4, 36-37. 52-59
En aquellos días, Judas y sus hermanos propusieron: Ahora que tenemos derrotado
al enemigo, subamos a purificar y consagrar el templo.
Se reunió toda la tropa, y subieron al monte Sión.
El día cinco del mes noveno (Casléu) , todos madrugaron para ofrecer un sacrificio,
según la ley, en el altar de los holocaustos que habían reconstruido.
En el aniversario del día en que lo habían destruido los gentiles, lo volvieron a
consagrar, cantando himnos y tocando cítaras, laúdes y timbales.
Todo el pueblo se postró en tierra adorando y alabando a Dios, que les había dado
éxito.
Durante ocho días celebraron la consagración, ofreciendo con alegría holocaustos y
sacrificios de comunión y de alabanza.
Decoraron la fachada del templo con coronas de oro y escudos.
Consagraron también el portal y las habitaciones, poniéndoles puertas.
El pueblo celebró una gran fiesta, que canceló la profanación de los gentiles.
Judas, con sus hermanos y toda la asamblea de Israel, determinó que se
conmemorara anualmente la nueva consagración del altar con solemnes festejos,
durante ocho días a partir del veinticinco de Casléu.
Palabra de DIOS