Lecturas
del miércoles 23 de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
Santa Brígida, Religiosa
Del libro del Éxodo 16, 1-5. 9-15
El día quince del segundo
mes, después de salir de Egipto, toda la comunidad de Israel partió de Elim y
llegó al desierto de Sin, entre Elim y el Sinaí. Toda la comunidad de los hijos
de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: "Ojalá
hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a
las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Ustedes nos han traído a
este desierto para matar de hambre a toda esta multitud".
Entonces
dijo el Señor a Moisés: "Voy a hacer que llueva pan del cielo. Que el
pueblo salga a recoger cada día lo que necesita, pues quiero probar si guarda
mi ley o no. El día sexto recogerán el doble de lo que suelen recoger cada día
y guardarán una parte para el día siguiente".
Moisés
le dijo a Aarón: "Di a la comunidad de los israelitas: 'Vengan ante la
presencia del Señor, porque Él ha escuchado las quejas de ustedes' ".
Mientras Aarón hablaba a toda la asamblea, ellos se volvieron hacia el desierto
y vieron la gloria del Señor, que aparecía en una nube.
El
Señor le dijo a Moisés: "He oído las murmuraciones de los hijos de Israel.
Diles de parte mía: 'Por la tarde comerán carne y por la mañana se hartarán de
pan, para que sepan que yo soy el Señor, su Dios' ".
Aquella
misma tarde, una bandada de codornices cubrió el campamento. A la mañana
siguiente había en torno a él una capa de rocío que, al evaporarse, dejó el
suelo cubierto con una especie de polvo blanco, semejante a la escarcha. Al ver
eso, los israelitas se dijeron unos a otros: "¿Qué es esto?", pues no
sabían lo que era. Moisés les dijo: "Éste es el pan que el Señor les da
por alimento".
Palabra de Dios.
Del
salmo 77
R/. El Señor les dio pan del cielo.
Quisieron
poner a prueba a Dios pidiéndole comida a su capricho y murmuraban contra Él
diciendo: ¿Podrá Dios prepararnos un banquete en el desierto? R/.
Entonces
el Señor mandó a las nubes que abrieran las compuertas de los cielos; hizo
llover maná sobre su pueblo, trigo celeste envió como alimento. Así el hombre
comió pan de ángeles. Dios les dio de comer en abundancia. R/.
Hizo
soplar desde el cielo el viento Este y dirigió con su fuerza el viento Sur.
Hizo llover carne como una polvareda y que llovieran aves como arena del mar.
Dios las hizo caer en medio del campamento, en torno a sus tiendas de campaña. R/.
Lecturas
del miércoles 23 de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
Santa Brígida, Religiosa
*Evangelio según san Mateo: 13, 1-9*
Un día salió Jesús de la casa donde se
hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente,
que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente
permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas
y les dijo: "Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la
semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se
los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra;
ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el
sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros
cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas.
Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno;
otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".
Palabra
del Señor.
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones
antes que mis palabras*
(Cayó en tierra buena y dio grano).
*La semilla al borde del camino, hicieron una función y fue convertirse
en alimento para las aves. Las que cayeron en terreno pedregoso quisieron, pero
perecieron por falta de tierra y sol, ósea si dejo mi vida crecer sin la
palabra que es la tierra y sin el sol que es el mismo Dios, aunque yo quiera si
no lo intento, también voy a perecer. Otras cayeron entre espino y fueron
sofocadas, esta no tuvo la oportunidad que tengo yo, porque yo tengo la
oportunidad de parar algo o dejarlo seguir, yo tengo la oportunidad de hablar
mal de alguien o hablar bien yo soy quien decide, si me dejo sofocar o no. El deseo
del sembrado es que toda semilla de buen fruto, una forma de abonar la semilla
es: Escuchar, leer y meditar la palabra, cuando escucho, leo y medito, algo se
va quedando en mi y poco a poco va tocando mi vida y comienzo a crecer para
bien y mi corazón se ilumina y comiencen a salir de mis frutos de amor y de paz*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.