Vísperas - SANTA MARÍA GORETTI, VIRGEN Y
MÁRTIR 2020
Nació en Corinaldo
(Italia) el año 1890, de una familia humilde. Su niñez, bastante dura,
transcurrió cerca de Nettuno, y durante ella se ocupó en ayudar a su madre en
las tareas domésticas; era de índole piadosa, como lo demostraba su asiduidad
en la oración. El año 1902, puesta en trance de defender su castidad, prefirió
morir antes que pecar: el joven que atentaba contra ella puso fin a su vida
agrediéndola con un punzón.
El
siguiente es el formulario que corresponde a vísperas de la liturgia de las
horas para SANTA MARÍA GORETTI, VIRGEN Y MÁRTIR el lunes, 6 de julio de 2020.
Invitatorio
Vísperas
Invocación
V. Dios
mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno
·
Himno 1
Ahora que la noche es tan pura,
y que no hay nadie más que tú,
dime quién eres.
Dime quién eres y por qué me visitas,
por qué bajas a mí que estoy tan necesitado
y por qué te separas sin decirme tu nombre.
Dime quién eres tú que andas sobre la nieve;
tú que, al tocar las estrellas, las haces palidecer de hermosura.
Tú que mueves el mundo tan suavemente,
que parece que se me va a derramar el corazón.
Dime quién eres; ilumina quién eres;
dime quién soy también, y por qué la tristeza de ser hombre;
dímelo ahora que alzo hacia ti mi corazón,
tú que andas sobre la nieve.
Dímelo ahora que tiembla todo mi ser en libertad,
ahora que brota mi vida y te llamo como nunca.
Sostenme entre tus manos; sostenme en mi tristeza,
Tú que andas sobre la nieve.
Salmodia
Antífona
1: El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su
cruz y se venga conmigo.
Salmo 114
ACCIÓN DE GRACIAS
Amo al
Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
"Señor, salva mi vida".
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.
Antífona
2: A quien me sirva, mi Padre del cielo lo premiará.
Salmo 115
ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO
Tenía fe,
aún cuando dije:
"¡Qué desgraciado soy!"
Yo decía en mi apuro:
"Los hombres son unos mentirosos".
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Antífona
3: El que pierda su vida por mí la encontrará para siempre.
Cántico Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
HIMNO A DIOS CREADOR
Eres
digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Lectura Breve
1 Pe 4,
13-14
Queridos
hermanos: Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que,
cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nombre
de Cristo, dichosos vosotros: porque el Espíritu de la gloria, el Espíritu de
Dios, reposa sobre vosotros.
Responsorio Breve
V. Oh
Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.
R. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.
V. Nos refinaste como refinan la plata.
R. Pero nos has dado respiro.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.
Canto Evangélico
Antifona: Los
santos tienen su morada en el reino de Dios, y allí han encontrado descanso
eterno.
Magnificat
Lc 1, 46-55
Alegría del
alma en el Señor
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
A la
misma hora en que el Rey de los mártires ofreció su vida, en la última cena, y
la entregó en la cruz, démosle gracias, diciendo:
Te glorificamos, Señor.
Porque nos amaste hasta el extremo, Salkvador nuestro, principio y origen de
todo
martirio:
Te glorificamos, Señor.
Porque no cesas de llamar a los pecadores arrepentidos, para los premios de tu
reino:
Te glorificamos, Señor.
Porque has dado a la Iglesia, como sacrificio, a sangre de la alianza nueva y
eterna para el
perdón de los pecados:
Te glorificamos, Señor.
Porque, con tu gracia, nos has dado perseverancia en la fe, durante el día que
ahora
termina:
Te glorificamos, Señor.
Porque has asociado a tu muerte a nuestros hermanos difuntos.
Te glorificamos, Señor.
Padre nuestro.
Padre Nuestro
Padre
nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Oración
Dios de
poder y misericordia, que diste tu fuerza al mártir Santa Maria Goretti para
que pudiera resistir el dolor de su martirio, concédenos que quienes celebramos
hoy el día de su victoria, con tu protección, vivamos libres de las asechanzas
del enemigo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Conclusión
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.