MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXXI
De la Feria. Salterio III 8 de noviembre HORA NONA INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: DANOS, SEÑOR, LA FIRME VOLUNTAD Danos, Señor, la firme voluntad, compañera y sostén de la virtud, que sabe en la fatiga hallar quietud y en medio de las sombras claridad: La que trueca en tesón la veleidad, y el ocio en perennal solicitud, y las ásperas fiebres en salud y los torpes engaños en verdad. Y así conseguirá mi corazón que los favores que a tu amor debí le ofrezcan algún fruto en galardón. Y aún tú, Señor, conseguirás así que no llegue a romper mi confusión la imagen tuya que pusiste en mí. Amén. SALMODIA Ant 1. «El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida», dice el Señor. Salmo 118, 105-112 - HIMNO A LA LEY DIVINA Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero; lo juro y lo cumpliré: guardaré tus justos mandamientos; ¡estoy tan afligido! Señor, dame vida según tu promesa. Acepta, Señor, los votos que pronuncio, enséñame tus mandatos; mi vida está siempre en peligro, pero no olvido tu voluntad; los malvados me tendieron un lazo, pero no me desvié de tus decretos. Tus preceptos son mi herencia perpetua, la alegría de mi corazón; inclino mi corazón a cumplir tus leyes, siempre y cabalmente. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. «El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida», dice el Señor. Ant 2. Yo soy pobre y desdichado: Dios mío, socórreme. Salmo 69 - DIOS MÍO, VEN EN MI AUXILIO Dios mío, dígnate librarme; Señor, date prisa en socorrerme. Sufran una derrota ignominiosa los que me persiguen a muerte; vuelvan la espalda afrentados los que traman mi daño; que se retiren avergonzados los que se ríen de mí. Alégrense y gocen contigo todos los que te buscan; y digan siempre: «Dios es grande» los que desean tu salvación. Yo soy pobre y desdichado: Dios mío, socórreme, que tú eres mi auxilio y mi liberación. ¡Señor, no tardes! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Yo soy pobre y desdichado: Dios mío, socórreme. Ant 3. No juzgará por apariencias, sino con justicia y equidad. Salmo 74 - EL SEÑOR, JUEZ SUPREMO Te damos gracias, ¡oh Dios!, te damos gracias, invocando tu nombre, pregonando tus maravillas. «Cuando elija la ocasión, yo juzgaré rectamente. Aunque tiemble la tierra con sus habitantes, yo he afianzado sus columnas.» Digo a los jactanciosos: no os jactéis; a los malvados: no alcéis la testuz, no alcéis la testuz contra el cielo, no digáis insolencias contra la Roca. La justicia no vendrá ni del oriente ni del occidente, ni del desierto ni de los montes, sólo Dios gobierna: a uno humilla, a otro ensalza. El Señor tiene una copa en la mano, un vaso lleno de vino drogado: lo da a beber hasta las heces a todos los malvados de la tierra. Y yo siempre proclamaré su grandeza, y tañeré para el Dios de Jacob: derribaré el poder de los malvados, y se alzará el poder del justo. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. No juzgará por apariencias, sino con justicia y equidad. LECTURA BREVE Col 3, 14-15 Por encima de todo, procurad el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. V. Los sufridos poseen la tierra. R. Y disfrutan de paz abundante. ORACIÓN OREMOS, Señor Jesucristo, que por la salvación de los hombres extendiste tus brazos en la cruz: haz que todas nuestras acciones te sean agradables y sirvan para manifestar al mundo tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. |