Musica Para el Alma

viernes, 27 de enero de 2017

lectura larga

De la carta a los Romanos 11, 13-24
SI LA RAÍZ ES SANTA, OTRO TANTO LO SERÁN LAS RAMAS
A vosotros, gentiles, me dirijo ahora: Mientras yo sea apóstol de los gentiles -y ésta es mi misión-, haré honor a mi ministerio, por ver si consigo despertar la emulación de los de mi linaje, y logro salvar a algunos de ellos. Que, si su reprobación supone la reconciliación del mundo con Dios, ¿qué supondrá su reintegración sino vida que sale de la muerte?

Si las primicias son santas, lo será también la masa; y si la raíz es santa, otro tanto lo serán las ramas. Si algunas de las ramas han sido desgajadas, mientras tú, rama de olivo silvestre, has sido injertado en su lugar y has entrado a participar de la raíz y de la sustancia del olivo, no tienes por qué engreírte contra las ramas. Si te engríes contra ellas, ten entendido que no sustentas tú a la raíz, sino que la raíz te sustenta a ti.

Claro que me podrás replicar: "Las ramas han sido desgajadas para ser yo injertado en el olivo." Muy bien. Han sido desgajadas por su incredulidad; pero quien te mantiene a ti es la fe. No tienes por qué engreírte. Más bien teme. Porque, si Dios no perdonó a las ramas legítimas, tampoco te perdonará a ti.

Considera, pues, la bondad y la severidad de Dios; severidad para con los que cayeron, y bondad para contigo, con tal que te mantengas sumiso a esta bondad. De otro modo, también tú serás desgajado.

En cuanto a los judíos, si no siguen aferrados a su incredulidad, serán injertados en el olivo; que poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. En efecto, tú fuiste cortado de un olivo silvestre, al que por naturaleza pertenecías, y fuiste injertado en un olivo legítimo, extraño a tu condición natural. Pues bien, ¿cuánto mejor volverán a ser injertados en su propio, olivo los judíos, que son ramas connaturales?
RESPONSORIO    Cf. Rm 11, 23; 2Co 3, 16
R. Los que cayeron, si no siguen aferrados a su incredulidad, serán también injertados; * que poderoso es Dios para injertarlos de nuevo.
V. Cuando se vuelvan al Señor, será descorrido el velo de sus corazones.
R. Que poderoso es Dios para injertarlos de nuevo.