*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*5 DE ENERO JUEVES II DE FERIA DE NAVIDAD*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo, que
por nosotros ha nacido, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN
A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor
es un Dios grande,
soberano de
todos los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis
el corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó,
y dije:
Es un pueblo de corazón
extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi
descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, que
por nosotros ha nacido, venid, adorémosle.
Himno: VER A DIOS EN
LA CRIATURA
Ver a Dios en la criatura,
ver a Dios hecho mortal,
ver en humano portal
la celestial hermosura.
¡Gran merced y gran ventura
a quien verlo mereció!
¡Quién lo viera y fuera yo!
Ver llorar a la alegría,
ver tan pobre a la riqueza,
ver tan baja a la grandeza
y ver que Dios lo quería.
¡Gran merced fue en aquel día
la que el hombre recibió!
¡Quién lo viera y fuera yo!
Poner paz en tanta guerra,
calor donde hay tanto frío,
ser de todos lo que es mío,
plantar un cielo en la tierra.
¡Qué misión de escalofrío
la que Dios nos confió!
¡Quién lo hiciera y fuera yo!
Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despierta tu
poder, Señor, y ven a salvarnos.
Salmo 79 - VEN A
VISITAR TU VIÑA
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a un
rebaño;
tú que te sientas sobre
querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y
Manasés;
despierta tu poder y ven a
salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Señor Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica?
Le diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las disputas
de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de
nosotros.
Dios de los ejércitos,
restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y
la trasplantaste;
le preparaste el terreno y
echó raíces
hasta llenar el país;
su sombra cubría las montañas,
y sus pámpanos, los cedros
altísimos;
extendió sus sarmientos hasta
el mar,
y sus brotes hasta el Gran
Río.
¿Por qué has derribado su
cerca
para que la saqueen los
viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas?
Dios de los ejércitos,
vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han
prendido fuego:
con un bramido hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu
escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que
invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los ejércitos,
restáuranos,
que brille tu rostro y nos
salve.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despierta tu
poder, Señor, y ven a salvarnos.
Ant 2. Anunciad a
toda la tierra que el señor hizo proezas.
Cántico: ACCION DE
GRACIAS DEL PUEBLO SALVADO - Is 12, 1-6
Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado contra
mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.
Él es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es
el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la
salvación.
Aquel día, diréis:
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus
hazañas,
proclamad que su nombre es
excelso.
Tañed para el Señor, que hizo
proezas;
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes
de Sión:
«¡Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel!».
Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anunciad a toda
la tierra que el señor hizo proezas.
Ant 3. Aclamad a
Dios, nuestra fuerza.
Salmo 80 - SOLEMNE
RENOVACIÓN DE LA ALIANZA
Aclamad a Dios, nuestra
fuerza;
dad vítores al Dios de Jacob:
acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las
arpas;
tocad la trompeta por la luna
nueva,
por la luna llena, que es
nuestra fiesta;
porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para
José
al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la
carga,
y sus manos dejaron la
espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te
libré,
te respondí oculto entre los
truenos,
te puse a prueba junto a la
fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy
testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel!
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios
extranjero;
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de
Egipto;
abre tu boca y yo la saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó mi
voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón
obstinado,
para que anduviesen según sus
antojos.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi
camino!:
en un momento humillaría a sus
enemigos
y volvería mi mano contra sus
adversarios;
los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de
harina,
te saciaría con miel
silvestre.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios,
nuestra fuerza.
LECTURA BREVE
Sb 7, 26-27
La Sabiduría es un reflejo de
la luz eterna, un espejo sin mancha de la actividad de Dios, una imagen de su
bondad. Aun siendo sola, lo puede todo; sin salir de sí misma, todo lo renueva;
en todas las edades entra en las almas santas y forma en ellas amigos de Dios y
profetas.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor revela su
salvación. Aleluya, aleluya.
R. El Señor revela su
salvación. Aleluya, aleluya.
V. Los confines de la tierra
la han contemplado.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
R. El Señor revela su
salvación. Aleluya, aleluya.
V. La Palabra era la luz
verdadera.
R. Que ilumina a todos los
hombres
PRIMERA LECTURA
De la carta a los
Colosenses 4, 2-18
CONCLUSIÓN DE LA
CARTA
Hermanos: Sed perseverantes en
la oración, velando en ella con acción de gracias. Rogad también incesantemente
por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la predicación de la
palabra. Que pueda yo anunciar el misterio de Cristo -por él me encuentro
encadenado- y que lo dé a conocer, como debo hacerlo.
Proceded con toda discreción
con los de fuera, aprovechando la ocasión para ganarlos. Vuestra palabra sea
siempre agradable, sazonada con gracia, de modo que sepáis dar a cada uno la
respuesta apropiada.
De todo lo referente a mi
situación os informará Tíquico, mi amado hermano, fiel ministro y esclavo del
mismo amo que yo. Os lo envío con este fin, para que tengáis noticias nuestras
y para que infunda ánimo en vuestros corazones. Os envío también a Onésimo, el
fiel y querido hermano, que es de vuestra comunidad. Ellos os pondrán al
corriente de lo que pasa por aquí.
Os saluda Aristarco, mi
compañero de cautividad, y Marcos, primo de Bernabé, acerca del cual ya os han
dado instrucciones; cuando vaya por ahí, acogedlo benignamente. Os saluda
también Jesús, el llamado Justo. Éstos son los únicos judíos colaboradores míos
en la propagación del reino de Dios. Son para mí un verdadero consuelo.
Saludos de vuestro compatriota
Epafras, esclavo de Cristo Jesús, que no cesa de luchar por vosotros con sus
oraciones, para que os mantengáis bien fundados en Cristo y dispuestos a
cumplir siempre la voluntad de Dios. Os aseguro que se toma él mucho interés
por vosotros y por los de Laodicea y por los de Hierápolis. Saludos de Lucas,
el querido médico, y de Demas.
Saludad a los hermanos de
Laodicea, así como a Ninfa y a la Iglesia que se congrega en su casa. Cuando
hayáis leído esta carta, haced que la lea también la Iglesia de Laodicea. Y
vosotros procurad leer también la que dirigí a los laodicenses. Decid a
Arquipo: «Considera bien el ministerio que recibiste en el servicio del Señor,
para cumplirlo debidamente.»
Aquí va el saludo de mi propia
mano: Pablo. Acordaos de mis cadenas. La gracia sea con vosotros.
RESPONSORIO
Cf. Col 4, 3; cf. Sal 50, 17
R. Oremos unos por otros, para
que Dios nos abra una puerta para la predicación de la palabra, * para que
podamos anunciar el misterio de Cristo.
V. El Señor abra nuestros
labios, y proclame nuestra boca su alabanza.
R. Para que podamos anunciar
el misterio de Cristo.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de
san Agustín, obispo
(Sermón 194, 3-4: PL
38, 1016-1017)
NOS SACIAREMOS CON
LA VISIÓN DEL VERBO
¿Quién puede conocer los
tesoros de sabiduría y ciencia ocultos en Cristo y escondidos en la pobreza de
su carne? Él, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, para que nos
enriqueciéramos con su pobreza. Al asumir nuestra condición mortal, destruyendo
así la muerte, se mostró en pobreza; pero con ello nos garantizó las riquezas
futuras, sin perder las que había dejado.
¡Cuán grande es la bondad que
ha reservado para sus fieles, y que comunica a los que esperan en él!
Ahora nuestro conocimiento es
parcial, hasta que llegue lo perfecto. Para hacernos capaces de esta perfección
futura, él, igual al Padre por su condición de Dios, se hizo semejante a
nosotros, tomando la condición de esclavo, para restituirnos nuestra semejanza
con Dios; él, Hijo único de Dios, se hizo Hijo del hombre, para convertir en
hijos de Dios a todos los hijos de los hombres; tomando la condición visible de
esclavo, abolió nuestra condición de esclavos, haciéndonos libres y capaces de
contemplar la naturaleza de Dios.
Ahora somos hijos de Dios y
aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste,
seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Aquellos tesoros de
sabiduría y ciencia, aquellas riquezas divinas, son llamados así porque ellos
nos bastarán. Y aquella gran bondad es llamada así porque nos saciará.
Muéstranos, pues, al Padre, y eso nos bastará.
Y, en uno de los salmos, uno
de nosotros, en nosotros y por nosotros, le dice al Señor: Me saciaré cuando
aparezca tu gloria. Él y el Padre son una misma cosa, y el que lo ve a él ve
también al Padre. Por tanto, el Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la
gloria. Cuando se vuelva a nosotros, nos mostrará su rostro; y seremos salvados
y quedaremos saciados, y eso nos bastará.
Hasta que llegue este momento,
hasta que nos muestre aquello que ha de bastarnos, hasta que podamos beber y
saciarnos de aquella fuente de vida que es él mismo, mientras caminamos por la
vía de la fe y vivimos en el destierro, lejos de él, mientras tenemos hambre y
sed de perfección y santidad y deseamos con ardor inefable contemplar la
belleza de Dios, celebremos con humilde devoción su nacimiento en condición de
esclavo.
No podemos aún contemplar cómo
es engendrado por el Padre antes de la aurora; festejemos su nacimiento de la
Virgen en plena noche. Aún no percibimos cómo su nombre es eterno y su fama
dura como el sol; reconozcamos que su tienda ha sido puesta en el sol.
Aún no vemos al Unigénito que
permanece en el Padre; recordemos al Esposo que sale de su alcoba. Aún no ha
llegado el momento de sentarnos a la mesa de nuestro Padre; veneremos el
pesebre de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO
1Jn 1, 2; 5, 20
R. La vida se ha manifestado,
y nosotros hemos visto y os anunciamos esta vida eterna, * que estaba con el
Padre y se nos ha manifestado.
V. Sabemos que el Hijo de Dios
ha venido y nos ha dado inteligencia, para que conozcamos al Dios verdadero y
para que estemos en él, su verdadero Hijo, el cual es Dios verdadero y es vida
eterna.
R. Que estaba con el Padre y
se nos ha manifestado.
*Lecturas del 5 de Enero.
Feria de Navidad*
Jueves, 5
de enero de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(1,43-51)*
En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le
dice: «Sígueme.»
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a
Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los
profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó: «Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de
verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la
higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?
Has de ver cosas mayores.»
Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios
subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor ha visitado y
redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS
Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de
Israel,
porque ha visitado y redimido
a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de
salvación
en la casa de David, su
siervo,
según lo había predicho desde
antiguo
por boca de sus santos
profetas:
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que
nos odian;
ha realizado así la
misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a
nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres
de temor,
arrancados de la mano de los
enemigos,
le sirvamos con santidad y
justicia,
en su presencia, todos
nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán
Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la
salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia
de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace
de lo alto,
para iluminar a los que viven
en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor ha visitado y redimido
a su pueblo.
PRECES
Alabemos a Cristo, que se ha
hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención, y
supliquémosle confiados, diciendo:
Que tu nacimiento, Señor, nos
salve.
Rey del universo, a quien los
pastores encontraron envuelto en pañales,
ayúdanos a imitar siempre tu
pobreza y tu sencillez.
Señor del cielo, que desde tu
solio real bajaste a lo más humilde de la tierra,
enséñanos a honrar siempre a
nuestros hermanos de condición más humilde.
Oh Cristo, luz eterna, que al
asumir nuestra carne no fuiste contaminado por nuestro pecado,
haz que tus fieles, al usar de
los bienes de este mundo, no se vean manchados por ellos.
Esposo divino de la Iglesia,
que eres para ella torre de fortaleza,
haz que todos tus fieles perseveren
unidos a ella y en ella encuentren la salvación.
Se pueden añadir algunas
intenciones libres
Ya que somos la familia de
Dios, digamos con grande confianza a nuestro Padre del cielo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que iniciaste
admirablemente la obra de la redención con el nacimiento de tu Hijo, fortalece
en nosotros la fe, para que, siguiendo sus enseñanzas, podamos alcanzar la
prometida recompensa de la gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos
guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en
socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: FUNDAMENTO DE TODO LO
QUE EXISTE
Fundamento de todo lo que
existe,
de tu pueblo elegido eterna
roca,
de los tiempos Señor, que
prometiste
dar tu vigor al que con fe te
invoca.
Mira al hombre que es fiel y
no te olvida,
tu Espíritu, tu paz háganlo
fuerte
para amarte y servirte en esta
vida
y gozarte después de santa
muerte.
Jesús, Hijo del Padre, ven
aprisa
en este atardecer que se
avecina,
serena claridad y dulce brisa
será tu amor que todo lo
domina. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mis ojos han visto a tu
Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.
Salmo 118, 65-72
Has dado bienes a tu siervo,
Señor, conforme a tus
palabras;
enséñame a gustar y a
comprender,
porque me fío de tus mandatos;
antes de sufrir, yo andaba
extraviado,
pero ahora me ajusto a tu
promesa.
Tú eres bueno y haces el bien;
instrúyeme en tus leyes;
los insolentes urden engaños
contra mí,
pero yo custodio tus leyes;
tienen el corazón espeso como
grasa,
pero mi delicia es tu
voluntad,
Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus mandamientos;
más estimo yo los preceptos de
tu boca
que miles de monedas de oro y
plata.
Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 55, 2-7b. 9-14 -
CONFIANZA EN LA PALABRA DE DIOS
Misericordia, Dios mío, que me
hostigan,
me atacan y me acosan todo el
día;
todo el día me hostigan mis
enemigos,
me atacan en masa.
Levántame en el día terrible,
yo confío en ti.
En Dios, cuya promesa alabo,
en Dios confío y no temo:
¿qué podrá hacerme un mortal?
Todos los días discuten y
planean
pensando sólo en mi daño;
buscan un sitio para espiarme,
acechan mis pasos y atentan
contra mi vida.
Anota en tu libro mi vida
errante,
recoge mis lágrimas en tu
odre, Dios mío.
Que retrocedan mis enemigos
cuando te invoco,
y así sabré que eres mi Dios.
En Dios, cuya promesa alabo;
en el Señor, cuya promesa
alabo,
en Dios confío y no temo:
¿qué podrá hacerme un hombre?
Te debo, Dios mío, los votos
que hice,
los cumpliré con acción de
gracias;
porque libraste mi alma de la
muerte,
mis pies de la caída;
para que camine en presencia
de Dios
a la luz de la vida.
Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE
UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus
alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la
salvación,
confundirá a los que ansían
matarme,
enviará su gracia y su
lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y
flechas,
su lengua es una espada
afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios
mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis
pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una
fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios
mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los
pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las
naciones:
por tu bondad, que es más
grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza
a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios
mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mis ojos han visto a tu
Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.
LECTURA BREVE Mi 2, 12
Yo te he de reunir, Jacob;
congregaré tus supervivientes, Israel. Los juntaré como ovejas en un redil,
como un rebaño en el aprisco.
V. La misericordia y la
fidelidad se encuentran. Aleluya.
R. La justicia y la paz se
besan. Aleluya.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor Dios, que iniciaste
admirablemente la obra de la redención con el nacimiento de tu Hijo, fortalece
en nosotros la fe, para que, siguiendo sus enseñanzas, podamos alcanzar la
prometida recompensa de la gloria. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: REYES QUE VENÍS POR ELLAS
Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.
No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.
Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.
Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.
Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurecen ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Te hago luz de las naciones, para que seas
mi salvación hasta el fin de la tierra.
Salmo 71 I - PODER REAL DEL MESÍAS
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.
Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna.
Que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.
Que en su presencia se inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan el polvo;
que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te hago luz de las naciones, para que seas mi
salvación hasta el fin de la tierra.
Ant 2. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre;
rescatará sus vidas de la violencia.
Salmo 71 II
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres;
él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.
Que viva y que le traigan el oro de Saba;
él intercederá por el pobre
y lo bendecirá.
Que haya trigo abundante en los campos,
y ondee en lo alto de los montes,
den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como hierba del campo.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la
tierra.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso,
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre;
rescatará sus vidas de la violencia.
Ant 3. Ahora se estableció la salud y el reinado de
nuestro Dios.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12,
10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del
Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ahora se estableció la salud y el reinado de
nuestro Dios.
LECTURA BREVE 1Jn 1, 5b. 7
Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna. Si
caminamos en la luz, lo mismo que está él en la luz, entonces vivimos en
comunión unos con otros; y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo
pecado.
RESPONSORIO BREVE
V. Será la bendición de todos los pueblos.
R. Será la bendición de todos los pueblos.
V. Lo proclamarán dichoso todas las razas de la
tierra.
R. Todos los pueblos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Será la bendición de todos los pueblos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Vendrán todos de Saba, cargados de oro e
incienso. Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc
1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todos de Saba, cargados de oro e
incienso. Aleluya.
PRECES
Unidos en oración con todos nuestros hermanos de
todo el mundo, bendigamos a Dios y supliquémosle, diciendo:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Padre santo, te pedimos por los que te conocen
únicamente a través de la luz de su razón;
haz que sean iluminados también con la luz del
Evangelio, para que vean con mayor claridad la grandeza de tu amor.
Pon, Señor, tus ojos en aquellos que, sin formar
parte de la Iglesia, se esfuerzan en librar a los hombres de la miseria y de la
esclavitud;
haz que descubran que Cristo es el camino, la
verdad y la vida para todos los hombres.
Sal al encuentro de aquellos que te adoran por
medio de las diversas religiones;
ilumínalos, Señor, con la admirable luz de Cristo.
Purifica sin cesar los corazones de tus fieles,
para que te conozcan cada día con mayor plenitud.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Manifiesta a los difuntos tu misericordia
y dales parte en la gloria de tus elegidos.
Gracias a Jesucristo somos hijos de Dios, por ello,
nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que por medio de tu Hijo has hecho
brillar la luz eterna de tu divinidad ante todas las naciones, haz que tu
pueblo descubra plenamente el misterio de Cristo, su Redentor, para que, en
virtud de este misterio, pueda llegar a gozar de aquella luz que no tiene
ocaso. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y
nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO ACABAMOS EL DÍA
Cuando acabamos el día
te suplicamos, Señor,
nos hagas de centinela
y otorgues tu protección.
Que te sintamos: contigo
sueñe nuestro corazón
para cantar tus loores
de nuevo al salir el sol.
Danos vida saludable,
alienta nuestro calor,
tu claridad ilumine
la oscuridad que llegó.
Dánoslo, Padre piadoso,
por Jesucristo, el Señor,
que reina con el Espíritu
Santo vivificador. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi carne descansa serena.
Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA
RESURRECCIÓN.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi carne descansa serena.
LECTURA BREVE 1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente
y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la
Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos
mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos
mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso
tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del
día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro
cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche
tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.