*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*21 de diciembre, feria*
*LAUDES, NONA, VISPERAS Y COMPLETA*
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. El Señor está cerca, venid adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis
obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor está cerca, venid adorémosle.
Himno: LA PENA QUE LA TIERRA SOPORTABA
La pena que la tierra soportaba,
a causa del pecado, se ha trocado
en canto que brota jubiloso
en labios de María pronunciado.
El sí de las promesas ha llegado,
la alianza se cumple, poderosa,
el Verbo eterno de los cielos
con nuestra débil carne se desposa.
Misterio que sólo la fe alcanza,
María es nuevo templo de la gloria,
rocío matinal, nube que pasa,
luz nueva en presencia misteriosa.
A Dios sea la gloria eternamente,
al Hijo suyo amado Jesucristo,
que quiso nacer para nosotros
y darnos su Espíritu divino. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Desde Sión vendrá el Señor todopoderoso a salvar a su pueblo.
Salmo 107 - ALABANZA AL SEÑOR Y PETICIÓN DE AUXILIO.
Dios mío, mi corazón está firme,
para tí cantaré y tocaré, gloria mía.
Despertad, cítara y arpa,
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor,
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los
cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria;
para que se salven tus predilectos,
que tu mano salvadora nos responda.
Dios habló en su santuario:
«Triunfante ocuparé Siquén,
parcelaré el valle de Sucot;
mío es Galaad, mío Manasés,
Efraín es yelmo de mi cabeza,
Judá es mi cetro;
Moab, una jofaina para lavarme,
sobre Edom echo mi sandalia,
sobre Filistea canto victoria.»
Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,
quién me conducirá a Edom,
si tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas?
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil;
con Dios haremos proezas,
El pisoteará a nuestros enemigos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desde Sión vendrá el Señor todopoderoso a salvar a su pueblo.
Ant 2. Por amor de Sión no callaré, hasta que amanezca, como una aurora, su
Justo.
Cántico: ALEGRIA DEL PROFETA ANTE LA NUEVA JERUSALÉN Is 61, 10--62, 5
Desbordo de gozo con el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como a un novio que se pone la corona,
o a una novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos, ante todos los pueblos.
Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que despunte la aurora de su justicia
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes, tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada»;
ni a tu tierra, «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra, «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.
Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su
esposa,
la encontrará tu Dios contigo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por amor de Sión no callaré, hasta que amanezca, como una aurora, su
Justo.
Ant 3. El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado para dar la Buena
Noticia a los pobres.
Salmo 145 - FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Espíritu del Señor está sobre mí;
me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres.
LECTURA BREVE Is 11,1-3a
Saldrá un renuevo del tronco
de Jesé, y de su raíz brotará un vástago. Sobre él se posará el espíritu del
Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de
fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor.
RESPONSORIO BREVE
V. Sobre ti, Jerusalén,
amanecerá el Señor.
R. Sobre ti, Jerusalén,
amanecerá el Señor.
V. Su gloria aparecerá sobre
ti.
R. Amanecerá el Señor.
V. Señor, Dios nuestro, restáuranos.
R. Haz brillar tu rostro sobre nosotros y sálvanos.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 42, 10-25
HIMNO AL DIOS SALVADOR. CEGUERA DE ISRAEL
Cantad al Señor un cántico
nuevo, llegue su alabanza hasta el confín de la tierra; muja el mar y lo que
contiene, las islas y sus habitantes; alégrese el desierto con sus tiendas, los
cercados que habita Cadar; exulten los habitantes de Petra, clamen desde la
cumbre de las montañas; den gloria al Señor, anuncien su alabanza en las islas.
El Señor sale como un héroe,
excita su ardor como un guerrero, lanza el alarido, mostrándose valiente frente
al enemigo. «Desde antiguo guardé silencio, me callaba y aguantaba; mas ahora
grito como la mujer cuando da a luz, jadeo y resuello. Agostaré montes y
collados, secaré toda su hierba, convertiré los ríos en yermo, desecaré los
estanques; conduciré a los ciegos por el camino que no conocen, los guiaré por
senderos que ignoran. Ante ellos convertiré la tiniebla en luz, lo escabroso en
llano. Esto es lo que pienso hacer, y no dejaré de hacerlo.»
Retrocederán avergonzados
los que confían en el ídolo, los que dicen a la estatua: «Tú eres nuestro
Dios.» Sordos, escuchad y oíd; ciegos, mirad y ved: ¿Quién es ciego sino mi
siervo, quién es sordo, sino el mensajero que envío? ¿Quién es ciego como mi
enviado, quién es sordo como el siervo del Señor? Mirabas mucho sin sacar nada,
con los oídos abiertos no te enterabas.
El Señor, por amor de su
justicia, quería glorificar y engrandecer su ley: pero son un pueblo saqueado y
despojado, atrapados todos en cuevas, encerrados en mazmorras. Lo saqueaban, y
nadie lo libraba; lo despojaban, y nadie decía: «Devuélvelo.»
¿Quién de vosotros prestará
oído, y atento escuchará el futuro? ¿Quién entregó a Jacob al saqueo, a Israel
al despojo? ¿No fue el Señor contra quien pecamos, no queriendo seguir sus
caminos ni obedecer su ley? Derramó sobre él el ardor de su ira, el furor de la
guerra; lo rodeaban sus llamas, y no se daba cuenta; lo quemaban, y no hacía
caso.
RESPONSORIO
Is 42, 16; Jn 8, 12
R. Conduciré a los ciegos
por el camino que no conocen, los guiaré por senderos que ignoran; * ante ellos
convertiré la tiniebla en luz, lo escabroso en llano.
V. El que me sigue no camina
en tinieblas.
R. Ante ellos convertiré la
tiniebla en luz, lo escabroso en llano.
SEGUNDA LECTURA
Del Comentario de san Ambrosio, obispo, sobre el evangelio de san
Lucas
(Libro 2, 19. 22-23. 26-27: CCL 14, 39-42)
VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Cuando el ángel reveló a
María los misterios recónditos de Dios, para fortificar la fe con un ejemplo,
habló a la Virgen de la maternidad de una mujer ya anciana y estéril; con ello
le quiso demostrar que para Dios no hay nada imposible.
Al oír María este anuncio,
llena de gozo y sin demora, partió hacia las montañas, no porque dudara de las
palabras del ángel ni porque estuviera incierta de la veracidad del hecho ni
porque vacilara ante la realidad del ejemplo, sino porque se sentía impulsada
por el deseo de cumplir un deber de piedad, anhelante de prestar sus servicios
y presurosa por la intensidad de su alegría.
Llena ya totalmente de Dios,
¿a dónde podía dirigirse María con prisa sino hacia las alturas? En efecto, la
gracia del Espíritu Santo ignora la lentitud. Los beneficios de María y los
dones de la presencia del Señor se manifestaron en seguida, pues, así que
Isabel oyó el saludo de María, su criatura saltó de gozo en su seno y ella
quedó llena del Espíritu Santo.
Considera la precisión y
exactitud de cada una de las palabras: Isabel fue la primera en oír la voz,
pero Juan fue el primero en experimentar la gracia, porque Isabel escuchó según
las facultades de la naturaleza, pero Juan, en cambio, se alegró a causa del
misterio. Isabel sintió la proximidad de María, Juan la del Señor; la mujer oyó
la salutación de la mujer, el hijo sintió la presencia del Hijo; ellas
proclaman la gracia, ellos, viviéndola interiormente, logran que sus madres se
aprovechen de este don hasta tal punto que, con un doble milagro, ambas
empiezan a profetizar por inspiración de sus propios hijos.
El niño saltó de gozo y la
madre fue llena del Espíritu Santo, pero no fue enriquecida la madre antes que
el hijo, sino que, después que fue repleto el hijo, quedó también colmada la
madre. Juan salta de gozo y María se alegra en su espíritu. En el momento que
Juan salta de gozo, Isabel se llena del Espíritu, pero, sí observas bien, de
María no se dice que fuera llena del Espíritu, sino que se afirma únicamente
que se alegró en su espíritu (pues en ella actuaba ya el Espíritu de una manera
incomprensible); en efecto: Isabel fue llena del Espíritu después de concebir;
María, en cambio, lo fue ya antes de concebir, porque de ella se dice: Dichosa
tú que has creído.
Pero también vosotros sois
dichosos porque habéis oído y creído, pues todo el que cree, como María,
concibe y da a luz al Verbo de Dios y proclama sus obras.
Que resida, pues, en todos
el alma de María, y que esta alma proclame la grandeza del Señor; que resida en
todos el espíritu de María, y que este espíritu se alegre en Dios; porque, si
bien según la carne hay sólo una madre de Cristo, según la fe Cristo es fruto
de todos nosotros, pues todo aquel que se conserva puro y vive alejado de los
vicios, guardando íntegra la castidad, puede concebir en sí la Palabra de Dios.
El que alcanza, pues, esta
perfección proclama, como María, la grandeza del Señor y siente que su
espíritu, también como el de María, se alegra en Dios, su salvador; así se
afirma también en otro lugar: Proclamad conmigo la grandeza del Señor.
El Señor es engrandecido
ciertamente, pero no en el sentido de que reciba por medio de nuestras palabras
algo que a él le faltaba, sino porque con estas palabras él queda engrandecido
en nosotros. En efecto, porque Cristo es la imagen de Dios, cuando alguien
actúa con piedad y con justicia engrandece la imagen de Dios -pues todo hombre
ha sido creado a su imagen y semejanza- y, al engrandecer esta imagen, también él
queda engrandecido por una mayor participación de la grandeza divina.
RESPONSORIO Lc 1, 45. 46; Sal 65, 16
R. Dichosa tú que has
creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Y dijo María: *
«Proclama mi alma la grandeza del Señor.»
V. Venid a escuchar, os
contaré lo que Dios ha hecho conmigo.
R. Proclama mi alma la
grandeza del Señor.
V. Derrama, Señor, tu
misericordia sobre nosotros.
R. Danos tu salvación, según
tu promesa.
*Lecturas del 21 de
Diciembre. Feria de Adviento*
Miércoles, 21 de diciembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(1,39-45)*
En aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña,
a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su
vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu
saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se
cumplirá».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. No temáis, dentro de cinco días vendrá a vosotros el Señor, nuestro
Dios.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1,
68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros
enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo
con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del
Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro
Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No temáis, dentro de cinco días vendrá
a vosotros el Señor, nuestro Dios.
PRECES
Oremos, hermanos, a nuestro Señor
Jesucristo, que en su misericordia nos visita,
y digámosle con insistencia:
Ven, Señor Jesús.
Tú que viniste del seno del Padre para
revestirte de nuestra carne mortal,
libra de toda corrupción a nuestra
naturaleza caída.
Tú que cuando vengas al final de los
tiempos aparecerás glorioso ante tus elegidos,
al venir ahora muéstrate clemente y
compasivo con los pecadores.
Nuestra gloria, oh Cristo, es
alabarte;
visítanos, pues, con tu salvación.
Tú Que por la fe nos has llevado a la luz,
haz que te agrademos también con nuestras
obras.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Pidamos que el reino de Dios llegue a todos
los hombres:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, acoge benignamente las plegarias de
tu pueblo, que se alegra por la venida de tu Hijo en nuestra carne mortal;
concédele que, cuando vuelva él revestido de gloria y majestad, pueda también
alegrarse al recibir de sus manos la recompensa de la vida eterna. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
Himno: FUNDAMENTO DE TODO LO QUE EXISTE
Fundamento de todo lo que existe,
de tu pueblo elegido eterna roca,
de los tiempos Señor, que prometiste
dar tu vigor al que con fe te invoca.
Mira al hombre que es fiel y no te olvida,
tu Espíritu, tu paz háganlo fuerte
para amarte y servirte en esta vida
y gozarte después de santa muerte.
Jesús, Hijo del Padre, ven aprisa
en este atardecer que se avecina,
serena claridad y dulce brisa
será tu amor que todo lo domina. Amén.
SALMODIA
Ant 1. María dijo: «¿Qué significa este saludo?
Me quedo perpleja ante estas palabras de que daré a luz un Rey sin perder mi
virginidad.»
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA
NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL
SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL
JUSTO
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. María dijo: «¿Qué significa este
saludo? Me quedo perpleja ante estas palabras de que daré a luz un Rey sin
perder mi virginidad.»
LECTURA BREVE Dn 9, 19
¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor,
atiende y obra! ¡No tardes más, por ti mismo, oh Dios mío, pues tu nombre se
invoca sobre tu pueblo!
V. Ven, Señor, y no tardes.
R. Perdona los pecados de tu pueblo.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor, acoge benignamente las plegarias de
tu pueblo, que se alegra por la venida de tu Hijo en nuestra carne mortal;
concédele que, cuando vuelva él revestido de gloria y majestad, pueda también
alegrarse al recibir de sus manos la recompensa de la vida eterna. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ESCUCHA, CASA DE DAVID
Escucha, casa de David:
La Virgen pura se halla encinta;
Dios la acaricia y la fecunda
y la hace Madre de la vida.
La Virgen grávida nos lleva
en el secreto de su dicha;
la Virgen fiel nos abre ruta
por su obediencia de discípula.
Espera en calma la agraciada,
con ella el mundo se arrodilla;
levanta el pobre la mirada,
con ella pide la venida.
Nacido en tiempos sin aurora,
el Hijo espera con María.
¡Oh Dios de amor, nuestra esperanza,
cambia tu espera en parusía!
¡A ti, Jesús, Hijo esperado,
aparecido en nuestros días,
con santo júbilo cantamos!
¡Ven en tu reino, ven de prisa! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Desde Sión vendrá el Señor
todopoderoso a salvar a su pueblo.
Salmo 138, 1-18. 23-24 - I TODO ESTÁ PRESENTE
A LOS OJOS DE DIOS.
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me envuelves por doquier,
me cubres con tu mano.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te
encuentro;
si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
tu diestra llegará hasta mí.
Si digo: «Que al menos la tiniebla me
encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desde Sión vendrá el Señor
todopoderoso a salvar a su pueblo.
Ant 2. Por amor de Sión no callaré, hasta
que amanezca, como una aurora, su Justo.
Salmo 138 II
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has formado portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la
tierra,
tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro,
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.
¡Qué incomparables encuentro tus designios,
Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
Si me pongo a contarlos, son más que arena;
si los doy por terminados, aún me quedas
tú.
Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por amor de Sión no callaré, hasta que
amanezca, como una aurora, su Justo.
Ant 3. El Espíritu del Señor está sobre mí;
me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE
TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las
tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo
querido,
por cuya sangre hemos recibido la
redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas
las cosas:
celestes y terrestres, visibles e
invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados,
Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene
en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la
Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre
los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda
plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas
las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de
la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por
los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Espíritu del Señor está sobre mí;
me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres.
LECTURA BREVE 1 Co 4, 5
No juzguéis antes de tiempo; dejad que
venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y pondrá
al descubierto las intenciones del corazón. Entonces vendrá a cada uno su
alabanza de parte de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Ven a salvarnos, Señor Dios de los
ejércitos.
R. Ven a salvarnos, Señor Dios de los
ejércitos.
V. Que brille tu rostro y nos salve.
R. Señor Dios de los ejércitos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. Ven a salvarnos, Señor Dios de los
ejércitos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Oh sol que naces de lo alto,
resplandor de la luz eterna, sol de justicia, ven a iluminar a los que viven en
tinieblas y en sombras de muerte.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL
SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su
esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por
siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh sol que naces de lo alto,
resplandor de la luz eterna, sol de justicia, ven a iluminar a los que viven en
tinieblas y en sombras de muerte.
PRECES
Roguemos, amados hermanos, a Jesucristo,
que nos salvó de las tinieblas de nuestros pecados, y con humildad
invoquémoslo, diciendo:
Ven, Señor Jesús.
Congrega, Señor, a todos los pueblos de la
tierra
y establece con todos tu alianza eterna.
Cordero de Dios, que viniste para quitar el
pecado del mundo,
purifícanos de nuestras faltas y pecados.
Tú que viniste a salvar lo que se había
perdido,
ven de nuevo para que no perezcan los que
salvaste.
Cuando vengas, danos parte en tu gozo
eterno,
pues ya desde ahora hemos puesto nuestra fe
en ti.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que has de venir a juzgar a los vivos y
a los muertos,
recibe, entre tus elegidos, a nuestros
hermanos difuntos.
Digamos juntos con fe las palabras que
Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, acoge benignamente las plegarias de
tu pueblo, que se alegra por la venida de tu Hijo en nuestra carne mortal;
concédele que, cuando vuelva él revestido de gloria y majestad, pueda también
alegrarse al recibir de sus manos la recompensa de la vida eterna. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta
jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran
culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre
Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros,
hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro
Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia
de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.
Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve.
Salmo 30, 2-6 - SÚPLICA CONFIADA Y ACCIÓN
DE GRACIAS.
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí;
ven aprisa a librarme,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame:
sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
En tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve.
Ant 2. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO,
SEÑOR.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
LECTURA BREVE Ef 4, 26-27
No lleguéis a pecar; que la puesta del sol
no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos,
protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc
2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los
pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos,
protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor Jesucristo, tú que eres manso y
humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga
ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos
terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado
nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una
noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Madre del Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.