*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
23 de diciembre, feria
Laudes
Inicio
†
(se hace la señal de la cruz sobre
los labios mientras se dice:)
V/. -Señor,
Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la
alabanza divina
Ant: El Señor está cerca, venid, adorémosle.
Animaos los unos a los otros, día tras día, mientras dure este
«hoy» (Hb 3,13)
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
-se repite la antífona
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
-se repite la antífona
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
-se repite la antífona
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
-se repite la antífona
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
-se repite la antífona
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El Señor está cerca, venid, adorémosle.
Himno
¡Cielos, lloved vuestra justicia!
¡Ábrete, tierra!
¡Haz germinar al Salvador!
Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
que conduces a tu pueblo,
ven a rescatarnos por el poder de tu brazo.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Oh Sabiduría, salida de la boca del Padre,
anunciada por profetas,
ven a enseñarnos el camino de la salvación.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Oh Hijo de David, estandarte de los pueblos y los reyes,
a quien clama el mundo entero,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel,
tú que reinas sobre el mundo,
ven a libertar a los que en tinieblas te esperan.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Oh Sol naciente, esplendor de la luz eterna
y sol de justicia,
ven a iluminar a los que yacen en sombras de muerte.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Oh Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia,
tú que unes a los pueblos,
ven a libertar a los hombres que has creado.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Oh Emmanuel, nuestro rey, salvador de las naciones,
esperanza de los pueblos,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos. Amén.
Primer Salmo
Salmo 142,1-11: Lamentación y súplica ante la angustia
Ant: A ti, Señor, levanto mi alma; ven y líbrame, Señor, que en ti
confío.
El hombre no se justifica por cumplir la ley, sino por creer en
Cristo Jesús (Ga 2,16)
Señor, escucha mi oración;
tú, que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú, que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
Mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.
Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.
Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.
En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti.
Indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.
Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.
Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: A ti, Señor, levanto mi alma; ven y líbrame, Señor, que en ti
confío.
Cántico AT
Isaías 66, 10-14a: Consuelo y gozo para la ciudad santa
Ant: Da su paga, Señor, a los que esperan en ti, para que tus profetas
sean hallados veraces.
La Jerusalén de arriba es libre, ésa es nuestra madre (Ga 4,26)
Festejad a Jerusalén, gozad con
ella,
todos los que la amáis,
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto;
mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.
Porque así dice el Señor:
"Yo haré derivar hacia ella,
como un río, la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.
Llevarán en brazos a sus criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo,
y en Jerusalén seréis consolados.
Al verlo, se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como un prado."
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Da su paga, Señor, a los que esperan en ti, para que tus profetas
sean hallados veraces.
Segundo Salmo
Salmo 146: Poder y bondad de Dios
Ant: Vuélvete, Señor, a nosotros y no tardes más en venir.
A ti, oh Dios, te alabamos; a ti, Señor, te reconocemos.
Alabad al Señor, que la música es
buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel;
él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados.
Entonad la acción de gracias al Señor,
tocad la cítara para nuestro Dios,
que cubre el cielo de nubes,
preparando la lluvia para la tierra;
que hace brotar hierba en los montes,
para los que sirven al hombre;
que da su alimento al ganado
y a las crías de cuervo que graznan.
No aprecia el vigor de los caballos,
no estima los jarretes del hombre:
el Señor aprecia a sus fieles,
que confían en su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Vuélvete, Señor, a nosotros y no tardes más en venir.
Lectura Bíblica
Jr 30,21-22
Esto dice
el Señor: «Saldrá de Jacob un príncipe, su señor saldrá de en medio de él; me
lo acercaré y se llegará a mí; vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro
Dios.»
V/. Sobre ti,
Jerusalén, amanecerá el Señor.
R/. Sobre ti,
Jerusalén, amanecerá el Señor.
V/. Su gloria
aparecerá sobre ti.
R/. Amanecerá
el Señor.
V/. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Sobre ti,
Jerusalén, amanecerá el Señor.
Lectura Bíblica
V/. Señor, que me alcance tu favor.
R/. Tu salvación, según tu promesa.
Promesa de salvación para los
descendientes de Abrahán
Is 51,1-11
Escuchadme, los que vais tras la justicia, los que buscáis al
Señor: Mirad la roca de donde os tallaron, la cantera de donde os extrajeron;
mirad a Abrahán, vuestro padre; a Sara, que os dio a luz: cuando lo llamé, era
uno, pero lo bendije y lo multipliqué.
El Señor consuela a Sión, consuela a sus ruinas: convertirá su
desierto en un edén, su yermo en jardín del Señor; allí habrá gozo y alegría,
con acción de gracias al son de instrumentos.
Hacedme caso, pueblos, dadme oído, naciones, pues de mí sale la
ley, mis mandatos son luz de los pueblos. En un momento haré llegar mi
victoria, amanecerá como el día mi salvación, mi brazo gobernará los pueblos:
me están aguardando las islas, ponen su esperanza en mi brazo.
Levantad los ojos al cielo, mirad abajo, a la tierra: el cielo se
disipa como humo, la tierra se consume como ropa, sus habitantes mueren como
mosquitos; pero mi salvación dura por siempre, mi victoria no tendrá fin.
Escuchadme, los entendidos en derecho, el pueblo que lleva mi ley
en el corazón: no temáis la afrenta de los hombres, no desmayéis por sus
oprobios: pues la polilla los roerá como a la ropa, como los gusanos roen la
lana; pero mi victoria dura por siempre, mi salvación de edad en edad.
¡Despierta, despierta, revístete de fuerza, brazo del Señor,
despierta como antaño, en las antiguas edades! ¿No eres tú quien destrozó al
monstruo y traspasó al dragón? ¿No eres tú quien secó el mar y las aguas del
gran océano, el que hizo un camino por el fondo del mar para que pasaran los
redimidos?
Los rescatados del Señor volverán, vendrán a Sión con cánticos: en
cabeza, alegría perpetúa; siguiéndolos, gozo y alegría; pena y aflicción se
alejarán.
R/. Hazme caso, pueblo mío, dame oído, nación mía. En un momento haré
llegar a mi justo, amanecerá como el día mi Salvador.
V/. Y entonces volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con
cánticos.
R/. En un momento haré llegar a mi justo, amanecerá como el día mi
Salvador.
Manifestación del misterio
escondido
San Hipólito, mártir
Contra la herejía de Noeto 9-12
Hay un único Dios, hermanos, que sólo puede ser conocido a través
de las Escrituras santas. Por ello debemos esforzarnos por penetrar en todas
las cosas que nos anuncian las divinas Escrituras y procurar profundizar en lo
que nos enseñan. Debemos conocer al Padre como él desea ser conocido, debemos
glorificar al Hijo como el Padre desea que lo glorifiquemos, debemos recibir al
Espíritu Santo como el Padre desea dárnoslo. En todo debemos proceder no según
nuestro arbitrio ni según nuestros propios sentimientos ni haciendo violencia a
los deseos de Dios, sino según los caminos que el mismo Señor nos ha dado a
conocer en las santas Escrituras.
Cuando sólo existía Dios y nada había aún que coexistiera con él,
el Señor quiso crear al mundo. Lo creó por su inteligencia, por su voluntad y
por su palabra; y el mundo llegó a la existencia tal como él lo quiso y cuando
él lo quiso. Nos basta, por tanto, saber que, al principio, nada coexistía con
Dios, nada había fuera de él. Pero Dios, siendo único, era también múltiple.
Porque con él estaba su sabiduría, su razón, su poder y su consejo; todo esto
estaba en él, y él era todas estas cosas. Y, cuando quiso y como quiso, y en el
tiempo por él mismo predeterminado, manifestó al mundo su Palabra, por quien
fueron hechas todas las cosas.
Y como Dios contenía en sí mismo a la Palabra, aunque ella fuera
invisible para el mundo creado, cuando Dios hizo oír su voz, la Palabra se hizo
entonces visible; así, de la luz que es el Padre salió la luz que es el Hijo, y
la imagen del Señor fue como reproducida en el ser de la creatura; de esta
manera el que al principio era sólo visible para el Padre empezó a ser visible
también para el mundo, para que éste, al contemplarlo, pudiera alcanzar la
salvación.
El sentido de todo esto es que, al entrar en el mundo, la Palabra
quiso aparecer como hijo de Dios; pues, en efecto todas las cosas fueron hechas
por el Hijo, pero él es engendrado únicamente por el Padre.
Dios dio la ley y los profetas, impulsando a éstos a hablar bajo
la moción del Espíritu Santo, para que, habiendo recibido la inspiración del
poder del Padre, anunciaran su consejo y su voluntad.
La Palabra, pues, se hizo visible, como dice san Juan. Y repitió
en síntesis todo lo que dijeron los profetas, demostrando así que es realmente
la Palabra por quien fueron hechas todas las cosas. Dice: En el principio ya
existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se
ha hecho. Y más adelante: El mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la
conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
R/. Un niño nos nacerá, y será su nombre: Dios guerrero. Se sentará
sobre el trono de David, su padre, y reinará: lleva al hombro el principado.
V/. En él había vida, y la vida era la luz de los hombres.
R/. Se sentará sobre el trono de David, su padre, y reinará: lleva al
hombro el principado.
*Lecturas del 23 de Diciembre. Feria de
Adviento*
Jueves, 23 de diciembre de 2021
Primera
lectura
Lectura de
la profecía de Malaquías (3,1-4.23-24):
ESTO dice el Señor Dios:
«Voy a enviar a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí.
De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y
el mensajero de la alianza en quien os regocijáis, mirad que está llegando,
dice el Señor del universo.
¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su
mirada? Pues es como el fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará
como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como
oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas.
Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos
pasados, como antaño.
Mirad, os envío al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor, día
grande y terrible. Él convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el
corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir a castigar y
destruir la tierra».
Palabra de Dios
Cántico Evangélico
Ant: Se ha cumplido ya todo lo que el ángel dijo de la Virgen María.
†
(se hace la señal de la cruz
mientras se comienza a recitar)
Bendito sea el Señor, Dios de
Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Se ha cumplido ya todo lo que el ángel dijo de la Virgen María.
Preces
Oremos, hermanos, a Cristo, nuestro Redentor, que ha venido para
darnos la justificación, y digámosle con júbilo:
Ven, Señor Jesús
· - Señor,
cuya venida en la carne anunciaron los profetas,
haz germinar en nosotros la semilla de las virtudes.
· - Concede
a los que anunciamos al mundo tu salvación,
que la encontremos también en ti.
· - Tú que
viniste a librar a los oprimidos,
cura las dolencias de los que sufren.
· - Tú que
reconciliaste al mundo con Dios en tu primera venida,
absuélvenos de toda condenación cuando vengas como juez.
Se pueden
añadir algunas intenciones libres.
Por Jesús
hemos sido hechos hijos de Dios; por esto, nos atrevemos a decir:
Padre
nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a
nosotros tu reino;
hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos
dejes caer en la tentación,
y
líbranos del mal.
Final
Dios
todopoderoso y eterno, al acercarnos a las fiestas de Navidad, te pedimos que
tu Hijo, que se encarnó en las entrañas de la Virgen María y quiso vivir entre
nosotros, nos haga partícipes de la abundancia de su misericordia. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un
ministro ordenado, o en el rezo individual:
†
(se hace la señal de la cruz
mientras se dice:)
V/. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.
23 de diciembre, feria
Vísperas
Inicio
†
(Se hace la señal de la cruz
mientras se dice)
V/. -Dios
mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
Himno
Ven, ven, Señor, no tardes.
Ven, ven, que te esperamos.
Ven, ven, Señor, no tardes,
ven pronto, Señor.
El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.
Envuelto en sombría noche,
el mundo, sin paz, no ve;
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe.
Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta el cielo,
al mundo le faltas tú. Amén
Primer Salmo
Salmo 143 - I: Oración por la victoria y la paz
Ant: A ti, Señor, levanto mi alma; ven y líbrame, Señor, que en ti
confío.
Su brazo se adiestró en la pelea cuando venció al mundo; dijo, en
efecto: "Yo he vencido al mundo" (S. Hilario)
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea;
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.
Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?;
¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.
Señor, inclina tu cielo y desciende;
toca los montes, y echarán humo;
fulmina el rayo y dispérsalos;
dispara tus saetas y desbarátalos.
Extiende la mano desde arriba:
defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,
de la mano de los extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: A ti, Señor, levanto mi alma; ven y líbrame, Señor, que en ti
confío.
Segundo Salmo
Salmo 143 - II:
Ant: Da su paga, Señor, a los que esperan en ti, para que tus profetas
sean hallados veraces.
Dios mío, te cantaré un cántico
nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo.
Defiéndeme de la espada cruel,
sálvame de las manos de extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.
Sean nuestros hijos un plantío,
crecidos desde su adolescencia;
nuestras hijas sean columnas talladas,
estructura de un templo.
Que nuestros silos estén repletos
de frutos de toda especie;
que nuestros rebaños a millares
se multipliquen en las praderas,
y nuestros bueyes vengan cargados;
que no haya brechas ni aberturas,
ni alarma en nuestras plazas.
Dichoso el pueblo que esto tiene,
dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Da su paga, Señor, a los que esperan en ti, para que tus profetas
sean hallados veraces.
Cántico NT
Apocalipsis 11, 17-18;12, 10b-12a: El juicio de Dios
Ant: Vuélvete, Señor, a nosotros y no tardes más en venir.
Gracias te damos, Señor Dios
omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las gentes,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos, los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Vuélvete, Señor, a nosotros y no tardes más en venir.
Lectura Bíblica
2P 3,8b-9
Para el
Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en
cumplir su promesa, como creen algunos. lo que ocurre es que tiene mucha
paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se
conviertan.
V/. Despierta
tu poder y ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
R/. Despierta
tu poder y ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
V/. Que
brille tu rostro y nos salve.
R/. Señor
Dios de los ejércitos.
V/. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Despierta
tu poder y ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
Cántico Evangélico
Ant: Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y
salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.
†
(se hace la señal de la cruz
mientras se comienza a recitar)
Proclama mi alma la grandeza del
Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y
salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.
Preces
Roguemos
a nuestro Redentor, que viene a dar la Buena Noticia a los pobres, y digámosle:
Manifiesta, Señor, tu gloria a los hombres
· -
Manifiéstate, Señor, a todos los que no te conocen
para que también ellos vean tu salvación.
· - Que tu
nombre, Señor, se anuncie hasta el confín de la tierra
y que todos los hombres descubran el camino que conduce
a ti.
· - Tú que
viniste por vez primera para salvar al mundo,
ven de nuevo para salvar a los que en ti creen.
· - Aquella
libertad que tu venida dio a los redimidos,
consérvala, Señor, con tu poder, y defiéndela siempre.
· - Tú que
ya viniste en la carne y vendrás de nuevo a juzgar al mundo,
da en tu venida el premio eterno a los difuntos.
Se pueden
añadir algunas intenciones libres.
Porque
todos nos sabemos hermanos, hijos de un mismo Dios, confiadamente nos atrevemos
a decir:
Padre
nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a
nosotros tu reino;
hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos
dejes caer en la tentación,
y
líbranos del mal.
Final
Dios
todopoderoso y eterno, al acercarnos a las fiestas de Navidad, te pedimos que
tu Hijo, que se encarnó en las entrañas de la Virgen María y quiso vivir entre
nosotros, nos haga partícipes de la abundancia de su misericordia. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un
ministro ordenado, o en el rezo individual:
†
(se hace la señal de la cruz
mientras se dice:)
V/. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.