*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*Santa Teresa de Jesús Jornet*
JUEVES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Himno: CRECE LA LUZ BAJO TU HERMOSA MANO.
Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Padre celeste, y suben
los hombres matutinos al encuentro
de Cristo Primogénito.
El hizo amanecer ante tus ojos
y enalteció la aurora,
cuando aún no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.
El es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.
Él es quien nos reanima y fortalece,
y hace posible el himno
que, ante las maravillas de tus manos,
cantamos jubilosos.
He aquí la nueva luz que asciende y busca
su cuerpo misterioso;
he aquí, en la claridad de la mañana,
el signo de tu rostro.
Envía, Padre eterno, sobre el mundo
el soplo de tu Hijo,
potencia de tu diestra y primogénito
de todos los que mueren. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Ant 2. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
Cántico: FELICIDAD DEL PUEBLO REDIMIDO Jr 31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
Ant 3. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro
Dios.
Salmo 47 - HIMNO A LA GLORIA DE JERUSALÉN
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios.»
Él nos guiará por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro
Dios.
LECTURA BREVE Is 66,1-2
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies:
¿Qué templo podréis construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo
hicieron mis manos, todo es mío —oráculo del Señor—. En ése pondré mis ojos: en
el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras.»
RESPONSORIO BREVE
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
Primera Lectura
De la carta a los Efesios 6, 1-9
DEBERES EN LA VIDA DOMÉSTICA
Vosotros, hijos, obedeced a vuestros padres, como lo quiere el Señor, pues esto
es lo justo: «Honra a tu padre y a tu madre.» Éste es el primer mandamiento que
lleva consigo una promesa: «Para que te vaya bien y vivas muchos años sobre la
tierra.»
Y los padres, por vuestra parte, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos
y educadlos según el espíritu del Señor.
Esclavos, obedeced a vuestros amos de este mundo con solicitud y respeto, con sinceridad
de corazón, como a Cristo. Servidles no sólo cuando están delante, como si buscaseis
agradar a los hombres, sino como auténticos esclavos de Cristo, cumpliendo de corazón
la voluntad de Dios; servidles con buena voluntad, como quien sirve al Señor y
no a los hombres, sabiendo que cada cual, sea esclavo o libre, recibirá la
recompensa del Señor conforme al bien que haya realizado.
Y los amos, por vuestra parte, haced otro tanto con ellos; dejad a un lado las amenazas,
sabiendo que el Señor de unos y otros está en los cielos y que en él no hay acepción
de personas.
Responsorio 1 Co 7, 22-23; cf. Ga
3, 28
R. El que, siendo esclavo, ha sido convocado en el Señor es un
liberto del Señor; y el que, siendo libre, ha sido convocado es un esclavo de
Cristo. *Habéis sido comprados a precio; no os hagáis esclavos de los
hombres.
V. Ya no hay distinción entre judío y gentil, ni entre libre y
esclavo: todos somos uno en Cristo Jesús.
R. Habéis sido comprados a precio; no os hagáis esclavos de los
hombres.
Segunda Lectura
De las instrucciones de san Columbano, abad
(Instrucción 13, Sobre Cristo, fuente de vida, 2-3: Opera, Dublín 1957, pp.
118-120)
TÚ, SEÑOR, ERES TODO LO NUESTRO
Hermanos, seamos fieles a nuestra vocación. A través de ella nos
llama a la fuente de la vida aquel que es la vida misma, que es fuente de agua
viva y fuente de vida eterna, fuente de luz y fuente de resplandor, ya que de
él procede todo esto: sabiduría y vida, luz eterna. El autor de la vida es
fuente de vida, el creador de la luz es fuente de resplandor.
Por eso, dejando a un lado lo visible y prescindiendo de las cosas de este
mundo, busquemos en lo más alto del cielo la fuente de la luz, la fuente de la
vida, la fuente de agua viva, como si fuéramos peces inteligentes y que saben
discurrir; allí podremos beber el agua viva que salta hasta la vida eterna.
Dios misericordioso, piadoso Señor, haznos dignos de llegar a esa fuente. En ella
podré beber también yo, con los que tienen sed de ti, un caudal vivo de la
fuente viva de agua viva. Si llegara a deleitarme con la abundancia de su
dulzura, lograría levantar siempre mi espíritu para agarrarme a ella y podría
decir: "¡Qué grata resulta una fuente de agua viva de la que siempre mana
agua que salta hasta la vida eterna!"
Señor, tú mismo eres esa fuente que hemos de anhelar cada vez más, aunque no cesemos
de beber de ella. Cristo Señor, danos siempre esa agua, para que haya también en
nosotros un surtidor de agua viva que salta hasta la vida eterna. Es verdad que
pido grandes cosas, ¿quién lo puede ignorar? Pero tú eres el rey de la gloria y
sabes dar cosas excelentes, y tus promesas son magníficas. No hay ser que te
aventaje. Y te diste a nosotros. Y te diste por nosotros.
Por eso, te pedimos que vayamos ahondando en el conocimiento de lo que tiene
que constituir nuestro amor. No pedimos que nos des cosa distinta de ti. Porque
tú eres todo lo nuestro: nuestra vida, nuestra luz, nuestra salvación, nuestro
alimento, nuestra bebida, nuestro Dios. Infunde en nuestros corazones, Jesús
querido, el soplo de tu Espíritu e inflama nuestras almas en tu amor, de modo
que cada uno de nosotros pueda decir con verdad: "Muéstrame al amado de mi
alma, porque estoy herido de amor".
Que no falten en mí esas heridas, Señor. Dichosa el alma que está así herida de
amor.
Ésa va en busca de la fuente. Ésa va a beber. Y, por más que bebe, siempre
tiene sed.
Siempre sorbe con ansia, porque siempre bebe con sed. Y, así, siempre va
buscando con amor, porque halla la salud en las mismas heridas. Que se digne
dejar impresas en lo más íntimo de nuestras almas esas saludables heridas el compasivo
y bienhechor médico de nuestras almas, nuestro Dios y Señor Jesucristo, que es uno
con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
Responsorio Jn 4, 13-15
R. El que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá
sed; *el agua que yo le dé se convertirá en él en manantial, cuyas aguas
brotan para comunicar vida eterna.
V. Señor, dame de esa agua, para que no sienta ya más sed.
R. El agua que yo le dé se convertirá en él en manantial, cuyas
aguas brotan para comunicar vida eterna.
*Lecturas del Jueves de la 21ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 26 de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (24,42-51)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis
qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué
hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete
en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que
menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso,
a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues,
dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os
aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el
criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus
compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos
se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a
los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de
nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de
nuestros enemigos.
PRECES
Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y
supliquémosle diciendo:
Bendícenos y santifícanos, Señor.
Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados,
acepta los deseos y las acciones de este día.
Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día,
sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones.
Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean
para que logremos así ser imágenes de tu bondad.
En la mañana haznos escuchar tu gracia
y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del salvador, digamos llenos de confianza filial:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar
el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros
las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*Santa Teresa de Jesús Jornet*
En 1868 ingresó en el monasterio
de Clarisas de Briviesca (Burgos), del que tuvo que salir poco después por
motivos de salud (1870). Durante algunos años recibió el influjo espiritual de
un tío suyo, el P. Francisco de Jesús María y José Palau y Quer, carmelita
descalzo exclaustrado, celoso misionero, gran contemplativo y apologista
militante, creador de diversas instituciones de enseñanza. Durante algún
tiempo, Teresa trabajó en las escuelas del P. Palau sin ligarse a compromiso de
vida religiosa, abandonando estas actividades poco después (1872), fallecido el
P. Palau.
Circunstancias providenciales
decidieron definitivamente su vida, en el mismo a. 1872; en Barbastro (Huesca)
entró en relación casual con un celoso sacerdote, D. Pedro Llacera, que le dio
a conocer los planes de fundación en favor de la ancianidad desvalida que por
entonces inspiraban la actividad de otro ilustre sacerdote, D. Saturnino López
Novoa, chantre de la Catedral de Huesca; Teresa vio abierto el camino de su
vida y se ofreció inmediatamente a ser colaboradora en tal empresa caritativa,
uniéndose a las primeras aspirantes del nuevo Instituto fundado en Barbastro el
3 octubre 1872: pocos días después fue nombrada con carácter provisional
superiora de aquel grupo por el Vicario capitular de la diócesis. Es fundadora
de las conocidas Hermanitas de los ancianos desamparados.
Trasladada la Fundación a
Valencia, Teresa fue confirmada en su cargo de directora general por el
arzobispo Mons. Mariano Barrio Fernández (10 mayo 1875). Emitió la primera
profesión el 29 noviembre 1874, pronunciando los votos perpetuos el 8 diciembre
1877.
El arzobispo de Valencia Mons.
Antolín Monescillo (31 enero 1878) renovó el nombramiento de directora general.
En 1887 fue elegida Superiora general del Instituto, de acuerdo con las
Constituciones aprobadas por la Santa Sede, por un periodo de nueve años,
siendo postulada para continuar en el cargo terminado este periodo,
confirmándola en tal designación la Santa Sede (14 julio 1896) para otro
periodo de nueve años que no pudo terminar.
Murió santamente en Liria
(Valencia) el 26 agosto 1897, dejando 103 Casas-Asilos de su Congregación en
plena actividad en España y América. Había recibido en la Congregación a 1.260
hermanitas, de las cuales muchas se le habían anticipado en la muerte.
Sus restos mortales fueron
trasladados a Valencia, a la Casa Madre de la Congregación, y son objeto de
fervoroso culto. Fue beatificada por Pío XII el 27 abril 1958 y canonizada el
27 enero 1974 por Pablo VI, que con tal motivo pronunció una homilía exaltando
el valor de su santidad y de su vocación en favor de los ancianos desvalidos.
Se celebra su fiesta el 26 de agosto.
JUEVES SEMANA I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: VENGO, SEÑOR, CANSADO.
Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.
Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.
¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.
Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a cuestas,
te alabo, Padre.
Quiero todos los días
salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos,
dándote gracias. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por
siempre.
Salmo 29 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN
PELIGRO DE MUERTE
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.»
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por
siempre.
Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
Salmo 31 - ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto
un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.
Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor,
aclamadlo, los de corazón sincero.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos
le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos
le servirán.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 6-9
Saltad de júbilo, aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversas
pruebas. Así la pureza de vuestra fe resultará más preciosa que el oro (que,
aun después de acrisolado por el fuego, perece) y será para vuestra alabanza y
gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo. A él no lo habéis
visto, y lo amáis; en él creéis ahora, aunque no lo veis; y os regocijaréis con
un gozo inefable y radiante, al recibir el fruto de vuestra fe, la salud de
vuestras almas.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y
digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios de amor que has hecho alianza con tu pueblo,
haz que recordemos siempre tus maravillas.
Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad
y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz.
Que el mundo prospere y avance según tus designios
y que los que lo construyen no trabajen en vano.
Envía, Señor, operarios a tu mies
para que tu nombre sea conocido en el mundo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos
y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las
tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora
comienza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día,
podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.