*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*Santo Tomás de Aquino*
TIEMPO
ORDINARIO
JUEVES DE LA SEMANA III
Del común de doctores de la Iglesia. Salterio III
28 de enero
SANTO
TOMÁS DE AQUINO, presbítero
y doctor de la Iglesia. (MEMORIA)
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Himno: PARA VOSOTROS, EL MISTERIO DEL PADRE.
Para vosotros, el misterio del Padre;
con vosotros, la luz del Verbo;
en vosotros, la llama del Amor
que es fuego.
¡Hontanares de Dios!,
¡hombres del Evangelio!,
¡humildes inteligencias luminosas!,
¡grandes hombres de barro tierno!
El mundo tiene hambre de infinito
y sed de cielo;
las criaturas nos atan a lo efímero
y nos vamos perdiendo en el tiempo.
Para nosotros,
el misterio que aprendisteis del Padre;
con nosotros, la luz que os dio el Verbo;
en nosotros, el Amor ingénito.
¡Hombres de Cristo, maestros de la Iglesia!
dadnos una vida y un anhelo,
la angustia por la verdad,
por el error el miedo.
Dadnos una vida de rodillas
ante el misterio,
una visión de este mundo de muerte
y una esperanza de cielo.
Padre, te pedimos para la Iglesia
la ciencia de estos maestros. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Salmo 86 - HIMNO A JERUSALÉN, MADRE DE TODOS LOS PUEBLOS.
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí.»
Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.»
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Ant 2. El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.
Cántico: EL BUEN PASTOR ES EL DIOS ALTISIMO Y SAPIENTÍSIMO - Is 40,
10-17
Mirad, el Señor Dios llega con poder,
y su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario
y su recompensa lo precede.
Como un pastor que apacienta el rebaño,
su brazo lo reúne,
toma en brazos los corderos
y hace recostar a las madres.
¿Quién ha medido a puñados el mar
o mensurado a palmos el cielo,
o a cuartillos el polvo de la tierra?
¿Quién ha pesado en la balanza los montes
y en la báscula las colinas?
¿Quién ha medido el aliento del Señor?
¿Quién le ha sugerido su proyecto?
¿Con quién se aconsejó para entenderlo,
para que le enseñara el camino exacto,
para que le enseñara el saber
y le sugiriese el método inteligente?
Mirad, las naciones son gotas de un cubo
y valen lo que el polvillo de balanza.
Mirad, las islas pesan lo que un grano,
el Líbano no basta para leña,
sus fieras no bastan para el holocausto.
En su presencia, las naciones todas,
como si no existieran,
son ante él como nada y vacío.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.
Ant 3. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus
pies.
Salmo 98 - SANTO ES EL SEÑOR, NUESTRO DIOS.
El Señor reina, tiemblen las naciones;
sentado sobre querubines, vacile la tierra.
El Señor es grande en Sión,
encumbrado sobre todos los pueblos.
Reconozcan tu nombre, grande y terrible:
Él es santo.
Reinas con poder y amas la justicia,
tú has establecido la rectitud;
tú administras la justicia y el derecho,
tú actúas en Jacob.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo.
Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía.
Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón
y un Dios vengador de sus maldades.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus
pies.
LECTURA BREVE Sb 7, 13-14
Aprendí la sabiduría sin malicia, reparto sin envidia, y no me guardo sus
riquezas. Porque es un tesoro inagotable para los hombres: los que lo adquieren
se atraen la amistad de Dios, porque el don de su enseñanza los recomienda.
RESPONSORIO BREVE
V. El pueblo cuenta su sabiduría.
R. El pueblo cuenta su sabiduría.
V. La asamblea pregona su alabanza.
R. Cuenta su sabiduría.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El pueblo cuenta su sabiduría.
V. En ti,
Señor, está la fuente viva.
R. Y tu luz nos hace ver la luz.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los Romanos 10, 1-21
DIOS ES SEÑOR DE TODOS
Hermanos, el mayor afecto de mi corazón y mis súplicas a Dios son en favor de
los judíos, para que alcancen la salvación. Yo lo reconozco: tienen celo por la
gloria de Dios, pero no según la verdadera ciencia del espíritu. Entendiendo
mal el plan salvífico de Dios y por querer establecer el suyo propio, no se
sometieron a la acción salvadora de Dios. Cristo es el término y el fin de la
ley mosaica para justificación de todo el que tiene fe.
Escribe, en efecto, Moisés, acerca de la justificación que proviene de la ley:
«Quien observe la ley vivirá por ella.» En cambio, de la justificación que
proviene de la fe, se expresa así: «No digas en tu corazón: "¿Quién subirá
al cielo?"» Se entiende: para hacer bajar a Cristo. «O bien: "¿Quién
bajará a los infiernos?"» Es decir: para hacer subir a Cristo de entre los
muertos.
Lo que afirma de la justificación que proviene de la fe es lo que sigue: «Cerca
de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la
fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como Señor
y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo.
Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos
profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.
Pues dice la Escritura: «Todo el que crea en él no será confundido.» Porque ya
no hay distinción entre judío y gentil, ya que uno mismo es el Señor de todos,
rico para todos los que lo invocan. Pues todo el que invoque el nombre del
Señor se salvará.
Pero, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? Y ¿cómo van a creer en
aquel de quien nada han oído? Y ¿cómo oirán si nadie les predica? Y ¿cómo
predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: «¡Qué hermosos son los
pies de los que anuncian el bien!»
Sin embargo, no todos los judíos se han sometido al Evangelio. Ya lo dijo
Isaías: «Señor, ¿quién ha dado fe a nuestra predicación?» Por consiguiente, es
claro que la fe depende de la predicación, y que la predicación se hace por
misión de Cristo. Pero, pregunto yo: ¿Es que los judíos no han oído hablar de
él? Claro que han oído: «A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites
del orbe su lenguaje.»
Y vuelvo a preguntar: ¿Es que los judíos no lo entendieron? Sí, lo entendieron.
Moisés es el primero en afirmar: «Yo os provocaré a celos de un pueblo que no
es mío. Y os provocaré a cólera por un pueblo insensato.» E Isaías hasta se
atreve a decir: «Me dejé hallar de aquellos que por mí no venían; me dejé ver
de quienes por mí no preguntaban.» Y, en cambio, de Israel asegura: «Todo el
día mis manos extendí hacia un pueblo reacio y contumaz.»
RESPONSORIO Rm 10, 12b-13; 15, 8-9a
R. Cristo es el mismo Señor de todos, rico para todos los que lo
invocan; * pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
V. Cristo consagró su ministerio al servicio de los judíos, por
exigir la fidelidad de Dios el cumplimiento de las promesas hechas a los
patriarcas; y por otra parte para que los gentiles glorifiquen a Dios por su
misericordia.
R. Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
SEGUNDA LECTURA
De las Conferencias de santo Tomás de Aquino, presbítero
(Conferencia 6 sobre el Credo)
EN LA CRUZ HALLAMOS EL EJEMPLO DE TODAS LAS VIRTUDES
¿Era necesario que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Lo era, ciertamente,
y por dos razones fáciles de deducir: la una, para remediar nuestros pecados;
la otra, para darnos ejemplo de cómo hemos de obrar.
Para remediar nuestros pecados, en efecto, porque en la pasión de Cristo
encontramos el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a causa del
pecado.
La segunda razón tiene también su importancia, ya que la pasión de Cristo basta
para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo aquel que quiera
llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que
Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz
hallamos el ejemplo de todas las virtudes.
Si buscas un ejemplo de amor: Nadie tiene más amor que el que da la vida por
sus amigos. Esto es lo que hizo Cristo en la cruz. Y por esto, si él entregó su
vida por nosotros, no debemos considerar gravoso cualquier mal que tengamos que
sufrir por él.
Si buscas un ejemplo de paciencia, encontrarás el mejor de ellos en la cruz.
Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente
grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, unos males que podrían evitarse. Ahora
bien, Cristo, en la cruz, sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya
que en su pasión no profería amenazas; como cordero llevado al matadero,
enmudecía y no abría la boca. Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz:
corramos también nosotros con firmeza y constancia la carrera para nosotros
preparada. Llevemos los ojos fijos en Jesús, caudillo y consumador de la fe,
quien, para ganar el gozo que se le ofrecía, sufrió con toda constancia la
cruz, pasando por encima de su ignominia.
Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios, quiso
ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir.
Si buscas un ejemplo de obediencia, imita a aquel que se hizo obediente al
Padre hasta la muerte: Como por la desobediencia de un solo hombre -es decir,
de Adán- todos los demás quedaron constituidos pecadores, así también por la
obediencia de uno solo todos quedarán constituidos justos.
Si buscas un ejemplo de desprecio de las cosas terrenales, imita a aquel que es
Rey de reyes y Señor de señores, en el cual están escondidos todos los tesoros
de la sabiduría y de la ciencia, desnudo en la cruz, burlado, escupido,
flagelado, coronado de espinas, a quien, finalmente, dieron a beber hiel y
vinagre.
No te aficiones a los vestidos y riquezas, ya que se reparten mi ropa; ni a los
honores, ya que él experimentó las burlas y azotes; ni a las dignidades, ya
que, entretejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre mi cabeza; ni a los
placeres, ya que para mi sed me dieron vinagre.
RESPONSORIO Sb 7, 7-8; 9, 17
R. Supliqué y se me concedió la prudencia, invoqué y vino a mí un
espíritu de sabiduría. * La preferí a los cetros y a
los tronos, y en su comparación tuve en nada la riqueza.
V. Señor, ¿quién hubiera conocido tu voluntad, si tú no le hubieses
dado la sabiduría y no le hubieses enviado de lo alto tu Espíritu Santo?
R. La preferí a los cetros y a los tronos, y en su comparación tuve
en nada la riqueza.
*Marcos 4,21-25*
*El candil se trae para ponerlo en el candelero. La medida que uséis
la usarán con vosotros*
21 Les decía también: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del
celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero?
22 Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido
en secreto, sino para que venga a ser descubierto.
23 Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
24 Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que
midáis, se os medirá y aun con creces.
25 Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene
se le quitará.»
*Palabra del Señor*
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, por cuyo amor santo Tomás estudió con
esfuerzo, oró asiduamente y trabajó sin desfallecer.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, por cuyo amor santo Tomás estudió con
esfuerzo, oró asiduamente y trabajó sin desfallecer.
PRECES
Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus
ovejas, y supliquémosle diciendo:
Apacienta a tu pueblo, Señor.
Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu
misericordia y tu amor,
haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único
pastor de tu pueblo,
no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los
cuerpos y de las almas,
haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas
de una vida santa.
Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el
amor de los santos,
haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios nuestro, que hiciste admirable a santo Tomás de Aquino
por su sed de santidad y por su amor a las ciencias sagradas, te pedimos que
nos des su luz para entender sus enseñanzas y fuerza para imitar su vida. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*Santo Tomás de Aquino*
Nace en el Castillo de Rocaseca, cerca de Nápoles, Italia, en
1225.
Es el último hijo varón de una numerosa familia de doce hijos. Su
padre se llamaba Landulfo de Aquino.
Alto, grueso, bien proporcionado, frente despejada, porte
distinguido, una gran amabilidad en el trato, y mucha delicadeza de
sentimientos.
Cerca del Castillo donde nació estaba el famoso convento de los
monjes Benedictinos llamado Monte Casino. Allí lo llevaron a hacer sus primeros
años de estudios.
Los monjes le enseñaron a meditar en silencio. Es el más piadoso,
meditabundo y silencioso de todos los alumnos del convento. Lo que lee o
estudia lo aprende de memoria con una facilidad portentosa.
Continúa sus estudios por cinco años en la Universidad de Nápoles.
Allí supera a todos sus compañeros en memoria e inteligencia. Conoce a los
Padres Dominicos y se entusiasma por esa Comunidad. Quiere entrar de religioso
pero su familia se opone. El religiosos huye hacia Alemania, pero por el camino
lo sorprenden sus hermanos que viajan acompañados de un escuadrón de militares
y lo ponen preso. No logran quitarle el hábito de dominico, pero lo encierran
en una prisión del castillo de Rocaseca.
Tomás aprovecha su encierro de dos años en la prisión para
aprenderse de memoria muchísimas frases de la S. Biblia y para estudiar muy a
fondo el mejor tratado de Teología que había en ese tiempo, y que después él
explicará muy bien en la Universidad.
Sus hermanos al ver que por más que le ruegan y lo amenazan no
logran quitarle la idea de seguir de religioso, le envían a una mujer de mala
vida para que lo haga pecar. Tomás toma en sus manos un tizón encendido y se
lanza contra la mala mujer, amenazándola con quemarle el rostro si se atreve a
acercársele. Ella sale huyendo y así al vencer él las pasiones de la carne,
logró la Iglesia Católica conseguir un gran santo. Si este joven no hubiera
sabido vencer la tentación de la impureza, no tendríamos hoy a este gran Doctor
de la Iglesia.
Esa noche contempló en sueños una visión Celestial que venía a
felicitarlo y le traía una estola o banda blanca, en señal de la virtud, de la pureza
que le concedía Nuestro Señor.
Liberado ya de la prisión lo enviaron a Colonia, Alemania, a
estudiar con el más sabio Padre Dominico de ese tiempo: San Alberto Magno. Al
principio los compañeros no imaginaban la inteligencia que tenía Tomás, y al verlo
tan robusto y siempre tan silencioso en las discusiones le pusieron de apodo:
"El buey mudo". Pero un día uno de sus compañeros leyó los apuntes de
este joven estudiante y se los presentó al sabio profesor. San Alberto al
leerlos les dijo a los demás estudiantes: "Ustedes lo llaman el buey mudo.
Pero este buey llenará un día con sus mugidos el mundo entero". Y así
sucedió en verdad después.
Sus compañeros de ese tiempo dejaron este comentario: "La
ciencia de Tomás es muy grande, pero su piedad es más grande todavía. Pasa
horas y horas rezando, y en la Misa, después de la elevación, parece que
estuviera en el Paraíso. Y hasta se le llena el rostro de resplandores de vez
en cuando mientras celebra la Eucaristía.
A los 27 años, en 1252, ya es profesor de la famosísima
Universidad de París. Sus clases de teología y filosofía son las más
concurridas de la Universidad. El rey San Luis lo estima tanto que lo consulta
en todos los asuntos de importancia. Y en la Universidad es tan grande el
prestigio que tiene y su ascendiente sobre los demás, que cuando se traba una
enorme discusión acerca de la Eucaristía y no logran ponerse de acuerdo, al fin
los bandos aceptan que sea Tomás de Aquino el que haga de árbitro y diga la
última palabra, y lo que él dice es aceptado por todos sin excepción.
En 1259 el Sumo Pontífice lo llama a Italia y por siete años
recorre el país predicando y enseñando, y es encargado de dirigir el colegio
Pontificio de Roma para jóvenes que se preparan para puestos de importancia
especial.
En 4 años escribe su obra más famosa: "La Suma
Teológica", obra portentosa en 14 tomos, donde a base de Sagrada
Escritura, de filosofía y teología y doctrina de los santos va explicando todas
las enseñanzas católicas. Es lo más profundo que se haya escrito en la Iglesia
Católica.
En Italia la gente se agolpaba para escucharle con gran respeto
como a un enviado de Dios, y lloraban de emoción al oírle predicar acerca de la
Pasión de Cristo, y se emocionaban de alegría cuando les hablaba de la
Resurrección de Jesús y de la Vida Eterna que nos espera.
El Romano Pontífice le encargó que escribiera los himnos para la
Fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, y compuso entonces el Pange Lingua y el
Tantum Ergo y varios otros bellísimos cantos de la Eucaristía (dicen que el
Santo Padre encargó a Santo Tomás y a San Buenaventura que cada uno escribiera
unos himnos, pero que mientras oía leer los himnos tan bellos que había
compuesto Santo Tomás, San Buenaventura fue rompiendo los que él mismo había
redactado, porque los otros le parecían más hermosos). Después de haber escrito
tratados hermosísimos acerca de Jesús en la Eucaristía, sintió Tomás que Jesús
le decía en una visión: "Tomás, has hablado bien de Mi. ¿Qué quieres a
cambio?". Y el santo le respondió: "Señor: lo único que yo quiero es
amarte, amarte mucho, y agradarte cada vez más".
De tal manera se concentraba en los temas que tenía que tratar,
que un día estando almorzando con el rey, de pronto dio un puñetazo a la mesa y
exclamó: "Ya encontré la respuesta para tal y tal pregunta". Después
tuvo que presentar excusas al rey por estar pensando en otros temas distintos a
los que estaban tratando los demás en la conversación.
Pocos meses antes de morir tuvo una visión acerca de lo
sobrenatural y celestial, y desde entonces dejó de escribir. Preguntado por el
Hermano Reginaldo acerca de la causa por la cual ya no escribía más, exclamó:
"Es que, comparando con lo que vi en aquella visión, lo que he escrito es
muy poca cosa".
Santo Tomás logró que la filosofía de Aristóteles llegara a ser
parte de las enseñanzas de los católicos. Este santo ha sido el más famoso
profesor de filosofía que ha tenido la Iglesia.
Tan importantes son sus escritos que en el Concilio de Trento (o
sea la reunión de los obispos del mundo), los tres libros de consulta que había
sobre la mesa principal eran: la Sagrada Biblia, los Decretos de los Papas, y
la Suma Teológica de Santo Tomás.
Decía nuestro santo que él había aprendido más, arrodillándose
delante del crucifijo, que en la lectura de los libros. Su secretario Reginaldo
afirmaba que la admirable ciencia de Santo Tomás provenía más de sus oraciones
que de su ingenio. Este hombre de Dios rezaba mucho y con gran fervor para que
Dios le iluminara y le hiciera conocer las verdades que debía explicar al
pueblo.
Su humildad: Cumplía exactamente aquel consejo de San Pablo:
"Consideren superiores a los demás". Siempre consideraba que los
otros eran mejores que él. Aun en las más acaloradas discusiones exponía sus
ideas con total calma; jamás se dejó llevar por la cólera aunque los
adversarios lo ofendieran fuertemente y nunca se le oyó decir alguna cosa que
pudiera ofender a alguno. Su lema en el trato era aquel mandato de Jesús:
"Tratad a los demás como deseáis que los demás os traten a vosotros".
Su devoción por la Virgen María era muy grande. En el margen de
sus cuadernos escribía: "Dios te salve María". Y compuso un tratado
acerca del Ave María.
El Sumo Pontífice lo envió al Concilio de Lyon, pero por el camino
se sintió mal y fue recibido en el monasterio de los monjes cistercienses de
Fosanova. Cuando le llevaron por última vez la Sagrada Comunión exclamó:
"Ahora te recibo a Ti mi Jesús, que pagaste con tu sangre el precio de la
redención de mi alma. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en
Jesucristo y mi amor por la Santa Iglesia Católica, de quien me profeso hijo
obediente".
Murió el 7 de marzo de 1274 a la edad de 49 años.
Fue declarado santo en 1323 apenas 50 años después de muerto. Y
sus restos fueron llevados solemnemente a la Catedral de Tolouse un 28 de
enero. Por eso se celebra en este día su fiesta.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: VERBO DE DIOS, ETERNA LUZ DIVINA.
Verbo de Dios, eterna luz divina,
fuente eternal de toda verdad pura,
gloria de Dios, que el cosmos ilumina,
antorcha toda luz en noche oscura.
Palabra eternamente pronunciada
en la mente del Padre, ¡oh regocijo!,
que en el tiempo a los hombres nos fue dada
en el seno de Virgen, hecha Hijo.
Las tinieblas de muerte y de pecado,
en que yacía el hombre, así vencido,
su verdad y su luz han disipado,
con su vida y su muerte ha redimido.
Con destellos de luz que Dios envía,
no dejéis de brillar, faros divinos;
de los hombres y pueblos sed su guía,
proclamad la verdad en los caminos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Que tus fieles, Señor, te aclamen al entrar en tu morada.
Salmo 131 I - PROMESAS A LA CASA DE DAVID.
Señor, tenle en cuenta a David
todos sus afanes:
cómo juró al Señor
e hizo voto al Fuerte de Jacob:
«No entraré bajo el techo de mi casa,
no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob.»
Oímos que estaba en Efrata,
la encontramos en el Soto de Jaar:
entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.
Levántate, Señor, ven a tu mansión,
ven con el arca de tu poder:
que tus sacerdotes se vistan de gala,
que tus fieles te aclamen.
Por amor a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Que tus fieles, Señor, te aclamen al entrar en tu morada.
Ant 2. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.
Salmo 131 II.
El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono.
Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono.»
Porque el Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.
Bendeciré sus provisiones,
a sus pobres los saciaré de pan;
vestiré a sus sacerdotes de gala,
y sus fieles aclamarán con vítores.
Haré germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos
le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap. 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos
le servirán.
LECTURA BREVE St 3, 17-18
La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la
paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante,
sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la justicia.
RESPONSORIO BREVE
V. En la asamblea le da la palabra.
R. En la asamblea le da la palabra.
V. Lo llena de espíritu, sabiduría e inteligencia.
R. Le da la palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En la asamblea le da la palabra.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Dios le concedió una sabiduría e inteligencia extraordinarias, en
las que profundizó portentosamente y comunicó luego con generosidad.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios le concedió una sabiduría e inteligencia extraordinarias, en
las que profundizó portentosamente y comunicó luego con generosidad.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los
hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:
Salva a tu pueblo, Señor.
Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban
por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los
santos.
Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu,
los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado
de ti.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas
para que nadie las arrebate de tu mano,
salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios nuestro, que hiciste admirable a santo Tomás de Aquino
por su sed de santidad y por su amor a las ciencias sagradas, te pedimos que
nos des su luz para entender sus enseñanzas y fuerza para imitar su vida. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.