Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre;
limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina
mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y
devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia
de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
LUNES DE LA SEMANA
XXVIII
Del Común de la Santísima Virgen María.
12 de octubre
NUESTRA SEÑORA DEL PILAR (FIESTA)
Según una venerada tradición, la Virgen se manifestó en Zaragoza (España) sobre
una columna o pilar, signo visible de su presencia. Esta tradición encontró su
expresión cultual en la misa y en el Oficio que, para toda España, decretó
Clemente XII. Pío VII elevó la categoría litúrgica de la celebración. Pío XII
otorgó a todas las naciones sudamericanas la posibilidad de celebrar la misma
misa que se celebraba en España.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor
abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Himno: ERES TÚ LA MUJER LLENA DE
GLORIA
Eres tú la mujer llena de gloria,
alzada por encima de los astros;
con tu sagrado pecho das la leche
al que en su providencia te ha creado.
Lo que Eva nos perdió tan tristemente,
tú lo devuelves por tu fruto santo;
para que al cielo ingresen los que lloran,
eres tú la ventana del costado.
Tú eres la puerta altísima del Rey
y la entrada fulgente de la luz;
la vida que esta Virgen nos devuelve
aplauda el pueblo que alcanzó salud.
Sea la gloria a ti, Señor Jesús,
que de María Virgen has nacido,
gloria contigo al Padre y al Paráclito,
por sempiternos y gozosos siglos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dichosa
eres, María, porque de ti vino la salvación del mundo; tú que ahora vives ya en
la gloria del Señor, intercede por nosotros ante tu Hijo.
SALMO 62 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE
DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo:
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosa eres, María, porque de ti vino la salvación del mundo; tú
que ahora vives ya en la gloria del Señor, intercede por nosotros ante tu Hijo.
Ant 2. Tú eres la gloria de Jerusalén; tú, la alegría de Israel; tú, el
orgullo de nuestra raza.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL
SEÑOR - Dn 3,57-88.56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Tú eres la gloria de Jerusalén; tú, la alegría de Israel; tú, el
orgullo de nuestra raza.
Ant 3. ¡Alégrate, virgen María! Tú llevaste en el seno a Cristo, el
Salvador.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Alégrate, virgen María! Tú llevaste en el seno a Cristo, el
Salvador.
LECTURA BREVE Is
61,10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un
traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se
adorna con sus joyas.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor
la eligió y la predestinó.
R. El Señor la eligió y la predestinó.
V. La hizo morar en su templo santo.
R. Y la predestinó.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor la eligió y la predestinó.
V. María conservaba todas estas cosas.
R. Meditándolas en su corazón.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 22—4, 7
POR LA FE, SOMOS HIJOS Y HEREDEROS DE DIOS
Hermanos: La Escritura ha declarado que todos los hombres son
culpables de pecado, para que así la promesa se concediese a los creyentes, por
su fe en Jesucristo.
Antes de venir la economía de la fe, estábamos encerrados bajo la custodia de
la ley, en espera de la fe que había de revelarse. De este modo la ley fue
nuestro ayo para llevarnos a Cristo, a fin de ser justificados por la fe. Pero,
una vez llegada la era de la fe, no estamos más bajo la potestad del ayo, pues
ya sois todos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
En efecto, todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido
de Cristo. Ya no hay distinción entre judío y gentil, ni entre libre y esclavo,
ni entre hombre y mujer: todos sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo
sois por lo mismo descendencia de Abraham, herederos según la promesa.
Pongo también otra comparación: El heredero, mientras es menor de edad, con ser
dueño de todo, no se distingue en nada del esclavo: está bajo tutores y
administradores hasta el tiempo prefijado por su padre. De igual modo:
Nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos esclavizados por los
«elementos del mundo».
Pero, cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer,
nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos
el ser hijos por adopción. Y la prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado
a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Padre!» Por
consiguiente, ya no eres esclavo, sino hijo; y, si eres hijo, también eres
heredero por voluntad de Dios.
RESPONSORIO Cf. Ga 4, 4-5; Ef 2,4; Rm 8,3
R. Mirad que ya se cumplió el tiempo, y ha enviado Dios a su Hijo a
la tierra, nacido de una Virgen, nacido bajo la ley, * para
rescatar a los que estaban bajo la ley.
V. Por el gran amor con que nos amó, envió a su propio Hijo, sometido
a una existencia semejante a la de la carne de pecado.
R. Para rescatar a los que estaban bajo la ley.
SEGUNDA LECTURA
Elogio de la Virgen del Pilar
EL PILAR, LUGAR PRIVILEGIADO DE ORACIÓN Y DE GRACIA
Según una piadosa y antigua tradición, ya desde los albores
de su conversión, los primitivos cristianos levantaron una ermita en honor de
la Virgen María, a las orillas del Ebro, en la ciudad de Zaragoza. La primitiva
y pequeña capilla, con el correr de los siglos, se ha convertido hoy en una
basílica grandiosa que acoge, como centro vivo y permanente de peregrinaciones,
a innumerables fieles que, desde todas las partes del mundo, vienen a rezar a
la Virgen y a venerar su Pilar.
La advocación de nuestra Señora del Pilar ha sido objeto de un especial culto
por parte de los españoles: difícilmente podrá encontrarse en el amplio
territorio patrio un pueblo que no guarde con amor la pequeña imagen sobre la
santa columna. Muchas instituciones la veneran también como patrona.
Muy por encima de milagros espectaculares, de manifestaciones clamorosas y de
organizaciones masivas, la virgen del Pilar es invocada como refugio de
pecadores, consoladora de los afligidos, madre de España. Su quehacer es, sobre
todo, espiritual. Y su basílica en Zaragoza es un lugar privilegiado de
oración, donde sopla con fuerza el Espíritu.
La devoción al Pilar tiene una gran repercusión en Iberoamérica, cuyas naciones
celebran la fiesta del descubrimiento de su continente el doce de octubre, es
decir, el mismo día del Pilar. Como prueba de su devoción a la Virgen, los
numerosos mantos que cubren la sagrada imagen y las banderas que hacen guardia
de honor a la Señora ante su santa capilla testimonian la vinculación fraterna
que Iberoamérica tiene, por el Pilar, con la patria española.
Abierta la basílica durante todo el día, jamás faltan fieles que llegan al
Pilar en busca de reconciliación, gracia y diálogo con Dios.
RESPONSORIO Sal 71, 6. 19; Ap 21, 3
R. Que baje como lluvia sobre el césped. * Que
la gloria de Dios llene la tierra.
V. Esta es la morada de Dios con los hombres, y acampará entre ellos;
ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos.
R. Que la gloria de Dios llene la tierra.
Lecturas del Nuestra Señora del Pilar
Lunes, 12
de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,29-32):
29 Habiéndose reunido la gente, comenzó a decir: «Esta
generación es una generación perversa; pide una señal, y no se le dará otra
señal que la señal de Jonás.
30 Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas,
así lo será el Hijo del hombre para esta generación.
31 La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los
hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de
la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón.
32 Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta
generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de
Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Por Eva
se cerraron a los hombres las puertas del paraíso, y por María Virgen han sido
abiertas de nuevo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por Eva se cerraron a los hombres las puertas del paraíso, y por
María Virgen han sido abiertas de nuevo.
PRECES
Elevemos nuestras súplicas al
Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros.
Sol de justicia, a quien María Virgen precedía cual aurora luciente,
haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia.
Palabra eterna del Padre, tú que elegiste a María como arca de tu morada,
líbranos de toda ocasión de pecado.
Salvador del mundo, que quisiste que tu Madre estuviera junto a tu cruz,
por su intercesión concédenos compartir con alegría tus padecimientos.
Señor Jesús, que colgado en la cruz entregaste María a Juan como madre,
haz que nosotros vivamos también como hijos suyos.
Se pueden añadir algunas
intenciones libres
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que
en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial a cuantos la
invocan con la secular advocación del Pilar, concédenos, por su intercesión,
fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío,
ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: SALVE, DEL MAR ESTRELLA
Salve, del mar Estrella,
salve, Madre sagrada
de Dios y siempre virgen,
puerta del cielo santa.
Tomando de Gabriel
el «Ave», Virgen alma,
mudando el nombre de Eva,
paces divinas trata.
La vista restituye,
las cadenas desata,
todos los males quita,
todos los bienes causa.
Muéstrate madre, y llegue
por ti nuestra esperanza
a quien, por darnos vida,
nació de tus entrañas.
Entre todas piadosa,
Virgen, en nuestras almas,
libres de culpa, infunde
virtud humilde y casta.
Vida nos presta pura,
camino firme allana,
que quien a Jesús llega
eterno gozo alcanza.
Al Padre, al Hijo, al Santo
Espíritu alabanzas;
una a los tres le demos,
y siempre eternas gracias. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Alégrate,
María, llena de gracia, el Señor está contigo.
Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir:. «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
Ant 2. Aquí está ñla esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aquí está ñla esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.
Ant 3. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
LECTURA BREVE Ga 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de
una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley,
para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
RESPONSORIO BREVE
V. Alégrate,
María, llena de gracia, el Señor está contigo.
R. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
V. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
R. El Señor está contigo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Me
felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha mirado la humillación de su
esclava.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA
EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha mirado la
humillación de su esclava.
PRECES
Proclamemos las grandezas de Dios
Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María,
la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo:
Mira la llena de gracia y escúchanos.
Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras que has querido que la
inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de
Jesucristo,
haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria.
Tú que nos diste a María por Madre, concede por su mediación salud a los
enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores,
y a todos abundancia de salud y de paz.
Tú que hiciste de María la llena de gracia,
concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres.
Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor,
y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de
Jesús.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Tú que coronaste a María como reina del cielo,
haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu
reino.
Confiando en el Señor que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que
colme también de bienes al mundo hambriento:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que
en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial a cuantos la
invocan con la secular advocación del Pilar, concédenos, por su intercesión,
fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.