Musica Para el Alma
jueves, 30 de noviembre de 2023
LUCAS 21,29-33 CICLO A
*Lecturas del Viernes de la
34ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 1
de diciembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(21,29-33)*
En aquel tiempo, expuso Jesús una parábola a sus discípulos: «Fijaos en la
higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber
que el verano está cerca. Pues, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que
está cerca el reino de Dios. Os aseguro que antes que pase esta generación todo
eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Os aseguro que antes que pase esta generación
todo eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán)
*El
Señor con su gran pedagogía, me da muchas fuerzas y a la misma vez me llena de esperanza.
Siento una invitación especial para que me fije en los tiempos que me hablan de
él. Cuando comienzan a salir los fruto eso me indica que habrá comida, que mi
hambre será saciada, que solo debo esperar un poco más. Esperar en la palabra
del Señor, es una herramienta que me va preparando para la vida eterna, esperar
en la palabra del Señor es un entrenamiento en la humildad. En esta aceptación
de la palabra del Señor en mi vida sé que encontrare personas que me ayudaran
en la fe. Pero también en el camino hacia la fe, me encontrare con personas que
estarán en mi contra, porque decidí obedecer a la palabra del Señor y no a los
hombres. La buena noticia es que el Señor de una manera especial me invita a
ponerme al servicio de su palabra y me dice muy claro todo pasara, pero su
palabra no pasara*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 1
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*VIERENES
SEMANA II*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. El Señor es bueno, bendecid su
nombre.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es bueno, bendecid su
nombre.
Himno: TE DOY GRACIAS SEÑOR.
Te doy gracias, Señor.
¡Tanto estabas enojado conmigo!
Tú eres un Dios de amor,
y ahora soy tu amigo,
te busco a cada instante y te persigo.
Eres tú mi consuelo,
tú eres el Dios que salva y da la vida;
eres todo el anhelo
de esta alma que va herida,
ansiándote sin tasa ni medida.
En mi tierra desierta,
tú de la salvación eres la fuente;
eres el agua cierta
que se vuelve torrente,
y el corazón arrasa dulcemente.
¡Quiero escuchar tu canto!
¡Que tu Palabra abrase mi basura
con alegría y llanto!
¡Que mi vida futura
espejo sea sin fin de tu hermosura! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias, Señor.
Ant 2. En Tu juicio, Señor, acuérdate de
la misericordia.
Cántico: JUICIO DE DIOS - Ha 3, 2-4. 13a. 15-19
¡Señor, he oído tu fama,
me ha impresionado tu obra!
En medio de los años, realízala;
en medio de los años, manifiéstala;
en el terremoto acuérdate de la misericordia.
El Señor viene de Temán;
el Santo, del monte Farán:
su resplandor eclipsa el cielo,
la tierra se llena de su alabanza;
su brillo es como el día,
su mano destella velando su poder.
Sales a salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido;
pisas el mar con tus caballos,
revolviendo las aguas del océano.
Lo escuché y temblaron mis entrañas,
al oírlo se estremecieron mis labios;
me entró un escalofrío por los huesos,
vacilaban mis piernas al andar.
Tranquilo espero el día de la angustia
que sobreviene al pueblo que nos oprime.
Aunque la higuera no echa yemas
y las viñas no tienen fruto,
aunque el olivo olvida su aceituna
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios mi salvador.
El Señor soberano es mi fuerza,
él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. En Tu juicio, Señor, acuérdate de
la misericordia.
Ant 3. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Glorifica al Señor, Jerusalén.
LECTURA BREVE Ef 2,13-16
Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los
que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos,
judíos y gentiles, una sola cosa, derribando con su cuerpo el muro que los
separaba: el odio. Él ha abolido la ley con sus mandamientos y reglas, haciendo
las paces, para crear en él un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos
pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte en él al
odio.
RESPONSORIO BREVE
V. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
R. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto
por mí.
V. Desde el cielo me enviará la salvación.
R. El Dios que hace tanto por mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto
por mí.
V. Mis ojos se consumen
aguardando tu salvación.
R. Y tu promesa de justicia.
PRIMERA
LECTURA
Del libro del
profeta Ezequiel 40, 1.4; 43, 1-12; 44, 6-9
VISIÓN DE LA
RESTAURACIÓN DEL TEMPLO Y DE ISRAEL
El año veinticinco de nuestra deportación, al comienzo del año, el
diez del mes, el año catorce de la caída de la ciudad, ese mismo día, vino
sobre mí la mano del Señor; y el Señor me llevó en éxtasis a la tierra de
Israel, dejándome en un monte muy alto, en cuya cima parecía estar construida
una ciudad al mediodía.
Me llevó allí y vi junto a la entrada un hombre que parecía de
bronce, el cual tenía en la mano un cordel de lino y una caña de medir. Aquel
personaje me dijo:
«Hijo de hombre, mira y escucha atentamente, fíjate bien en lo que
voy a enseñarte, porque has sido traído aquí para que yo te lo enseñe. Anuncia
a la casa de Israel todo lo que veas.»
Luego me condujo a la puerta oriental del templo, y vi la gloria
del Dios de Israel que venía de oriente, con estruendo de aguas caudalosas: la
tierra resplandecía con su gloria. La visión que tuve era como la visión que yo
había visto cuando vine para la destrucción de la ciudad, y también como la
visión que había contemplado a orillas del río Kebar. Y caí rostro en tierra.
La gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental. Entonces me
arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior. La gloria del Señor llenaba
el templo.
El hombre seguía a mi lado, y yo oí que alguien me hablaba desde
el templo y me decía:
«Hijo de hombre, éste es el sitio de mi trono, el sitio de las
plantas de mis pies, donde voy a residir para siempre, en medio de los hijos de
Israel. La casa de Israel y sus monarcas ya no profanarán mi nombre santo con
sus fornicaciones ni con los cadáveres de sus reyes difuntos, poniendo su
umbral junto a mi umbral y las jambas de sus puertas pegadas a las mías, ellos
y yo pared de por medio. Ellos profanaron mi nombre santo con las abominaciones
que perpetraron y por eso los consumió mi ira. Pero ahora alejarán de mí sus
fornicaciones y los cadáveres de sus monarcas, y residiré en medio de ellos
para siempre.
Y tú, hijo de hombre, describe este templo a la casa de Israel, a
ver si se avergüenzan de sus culpas, y para que tomen nota de este plano. Si se
avergüenzan de toda su conducta, enséñales la estructura y disposición del
templo, sus entradas y salidas, sus preceptos y leyes. Pon todo esto por
escrito ante sus ojos, para que pongan por obra todas sus leyes y preceptos. He
aquí el fuero del templo: el área entera de la cima del monte es lugar
sacrosanto. Dile a la Casa Rebelde, a la casa de Israel: "Basta ya de
perpetrar abominaciones, casa de Israel. Profanáis mi templo metiendo en mi
santuario extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, y
ofreciéndome como alimento grasa y sangre, mientras quebrantáis mi alianza con
vuestras abominaciones. En lugar de atender a mi servicio en el santuario, les
habéis encargado a otros el ejercicio de vuestro ministerio en el santuario.
Por tanto, esto dice el Señor: Ningún extranjero incircunciso de corazón e
incircunciso de carne entrará en mi santuario, ninguno de los extranjeros que
viven entre los hijos de Israel."»
RESPONSORIO
Ez 43, 4-5; cf. Lc 2, 27
R. La gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental,
* y llenó el templo la gloria del Señor.
V. Llevaron sus padres al niño Jesús al templo.
R. Y llenó el templo la gloria del Señor.
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado
de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la muerte
(Cap. 18, 24.
26: CSEL 3, 308. 312-314)
RECHACEMOS EL
TEMOR A LA MUERTE CON EL PENSAMIENTO DE LA INMORTALIDAD QUE LA SIGUE
Nunca debemos olvidar que nosotros no hemos de cumplir nuestra
propia voluntad, sino la de Dios, tal como el Señor nos mandó pedir en nuestra
oración cotidiana. ¡Qué contrasentido y qué desviación es no someterse
inmediatamente al imperio de la voluntad del Señor, cuando él nos llama para
salir de este mundo! Nos resistimos y luchamos, somos conducidos a la presencia
del Señor como unos siervos rebeldes, con tristeza y aflicción, y partimos de
este mundo forzados por una ley necesaria, no por la sumisión de nuestra
voluntad; y pretendemos que nos honre con el premio celestial aquel a cuya
presencia llegamos por la fuerza. ¿Para qué rogamos y pedimos que venga el
reino de los cielos, si tanto nos deleita la cautividad terrena? ¿Por qué
pedimos con tanta insistencia la pronta venida del día del reino, si nuestro
deseo de servir en este mundo al diablo supera al deseo de reinar con Cristo?
Si el mundo odia al cristiano, ¿por qué amas al que te odia, y no
sigues más bien a Cristo, que te ha redimido y te ama? Juan, en su carta, nos
exhorta con palabras bien elocuentes a que no amemos el mundo ni sigamos las
apetencias de la carne: No améis al mundo -dice- ni lo que hay en el mundo.
Quien ama al mundo no posee el amor del Padre, porque todo cuanto hay en el
mundo es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y soberbia de
la vida. El mundo pasa y sus concupiscencias con él. Pero quien cumple la
voluntad de Dios permanece para siempre. Procuremos más bien, hermanos muy
queridos, con una mente íntegra, con una fe firme, con una virtud robusta,
estar dispuestos a cumplir la voluntad de Dios, cualquiera que ésta sea;
rechacemos el temor a la muerte con el pensamiento de la inmortalidad que la
sigue. Demostremos que somos lo que creemos.
Debemos pensar y meditar, hermanos muy amados, que hemos
renunciado al mundo y que mientras vivimos en él somos como extranjeros y
peregrinos. Deseemos con ardor aquel día en que se nos asignará nuestro propio
domicilio, en que se nos restituirá al paraíso y al reino, después de habernos
arrancado de las ataduras que en este mundo nos retienen. El que está lejos de
su patria es natural que tenga prisa por volver a ella. Para nosotros, nuestra
patria es el paraíso; allí nos espera un gran número de seres queridos, allí
nos aguarda el numeroso grupo de nuestros padres, hermanos e hijos, seguros ya
de su suerte, pero solícitos aún de la nuestra. Tanto para ellos como para
nosotros significará una gran alegría el poder llegar a su presencia y
abrazarlos; la felicidad plena y sin término la hallaremos en el reino
celestial, donde no existirá ya el temor a la muerte, sino la vida sin fin.
Allí está el coro celestial de los apóstoles, la multitud
exultante de los profetas, la innumerable muchedumbre de los mártires,
coronados por el glorioso certamen de su pasión; allí las vírgenes triunfantes,
que con el vigor de su continencia dominaron la concupiscencia de su carne y de
su cuerpo; allí los que han obtenido el premio de su misericordia, los que
practicaron el bien, socorriendo a los necesitados con sus bienes, los que,
obedeciendo el consejo del Señor, trasladaron su patrimonio terreno a los
tesoros celestiales. Deseemos ávidamente, hermanos muy amados, la compañía de
todos ellos. Que Dios vea estos nuestros pensamientos, que Cristo contemple
este deseo de nuestra mente y de nuestra fe, ya que tanto mayor será el premio
de su amor, cuanto mayor sea nuestro deseo de él.
RESPONSORIO Flp 3, 20-21; Col 3, 4
R. Nuestros derechos de ciudadanía radican en los cielos, de donde
esperamos que venga Como salvador Cristo Jesús, el Señor. * Él transfigurará
nuestro cuerpo de humilde condición en un cuerpo glorioso, semejante al suyo.
V. Cuando se manifieste Cristo, que es vuestra vida, os
manifestaréis también vosotros con él, revestidos de gloria.
R. Él transfigurará nuestro cuerpo de humilde condición en un
cuerpo glorioso, semejante al suyo.
*Lecturas del Viernes de la
34ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 1
de diciembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(21,29-33)*
En aquel tiempo, expuso Jesús una parábola a sus discípulos: «Fijaos en la
higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber
que el verano está cerca. Pues, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que
está cerca el reino de Dios. Os aseguro que antes que pase esta generación todo
eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el
sol que nace de lo alto.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc
1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la entrañable misericordia de
nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto.
PRECES
Adoremos a Cristo, que se ofreció a Dios como sacrificio sin
mancha para purificar nuestras conciencias de las obras muertas, y digámosle
con fe:
En tu voluntad, Señor, encontramos nuestra paz.
Tú que nos has dado la luz del nuevo día,
concédenos también caminar durante sus horas por sendas de vida nueva.
Tú que todo lo has creado con tu poder y con tu providencia lo conservas,
ayúdanos a descubrirte presente en todas tus creaturas.
Tú que has sellado con tu sangre una alianza nueva y eterna,
haz que, obedeciendo siempre tus mandatos, permanezcamos fieles a esa alianza.
Tú que colgado en la cruz quisiste que de tu costado manara sangre y agua,
purifica con esta agua nuestros pecados y alegra con este manantial a la ciudad
de Dios.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que Dios nos ha adoptado como hijos, oremos al Padre como nos enseñó
Jesucristo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios todopoderoso, te pedimos nos concedas que del mismo
modo que hemos cantado tus alabanzas en esta celebración matutina así también
las podamos cantar plenamente en la asamblea de tus santos por toda la
eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VIERENES
SEMANA II
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: OH CRISTO, TÚ NO TIENES.
Oh Cristo, tú no tienes
la lóbrega mirada de la muerte;
tus ojos no se cierran:
son agua limpia donde puedo verme.
Oh Cristo, tú no puedes
cicatrizar la llaga del costado:
un corazón tras ella
noches y días me estará esperando.
Oh Cristo, tú conoces
la intimidad oculta de mi vida;
tú sabes mis secretos:
te los voy confesando día a día.
Oh Cristo, tú aleteas
con los brazos unidos al madero;
¡oh valor que convida
a levantarse puro sobre el suelo!
Oh Cristo, tú sonríes
cuando te hieren sordas las espinas;
si mi cabeza hierve,
haz, Señor, que te mire y te sonría.
Oh Cristo, tú que esperas
mi último beso darte ante la tumba,
también mi joven beso
descansa en ti de la incesante lucha. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Arranca, Señor, mi vida de la muerte, mis pies de la caída.
Salmo 114 - ACCIÓN DE GRACIAS
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Arranca, Señor, mi vida de la
muerte, mis pies de la caída.
Ant 2. El auxilio me viene del Señor, que
hizo el cielo y la tierra.
Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El auxilio me viene del Señor, que
hizo el cielo y la tierra.
Ant 3. Justos y verdaderos son tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos!
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Justos y verdaderos son tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos!
LECTURA BREVE 1Co 2, 7-10a
Enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios
antes de los siglos para nuestra gloria, que no conoció ninguno de los
príncipes de este siglo; pues si la hubieran conocido, nunca hubieran
crucificado al Señor de la gloria. Pero, según está escrito: «Ni el ojo vio, ni
el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los
que le aman.» Pero a nosotros nos lo ha revelado por su Espíritu.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios.
R. Cristo murió por nuestros pecados, para
llevarnos a Dios.
V. Muerto en la carne, pero vivificado en el
espíritu.
R. Para llevarnos a Dios.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos
a Dios.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Acuérdate, Señor, de tu misericordia como lo habías prometido a
nuestros padres.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Acuérdate, Señor, de tu misericordia
como lo habías prometido a nuestros padres.
PRECES
Bendigamos ahora al Señor Jesús, que en su vida mortal escuchó
siempre con bondad las súplicas de los que acudían a él y enjugaba con amor las
lágrimas de los que lloraban, y digámosle también nosotros:
Señor, ten piedad.
Señor Jesucristo, tú que consolaste a los tristes y desconsolados, pon ahora
tus ojos en los sufrimientos de los pobres
y consuela a los deprimidos.
Escucha los gemidos de los agonizantes
y envíales tus ángeles para que los consuelen y conforten.
Que los emigrantes sientan el consuelo de tu amor en el destierro, que puedan
regresar a su patria
y que un día alcancen también la patria eterna.
Que los pecadores escuchando tu voz se conviertan,
y encuentren en tu Iglesia el perdón y la paz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Perdona las faltas de los que han muerto
y dales la plenitud de tu salvación.
Con el gozo que nos da el saber que somos hijos de Dios, digamos con plena
confianza:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que con el escándalo de la cruz has manifestado de
una manera admirable tu sabiduría escondida, concédenos contemplar, con tal
plenitud de fe, la gloria de la pasión de tu Hijo, que encontremos siempre
nuestra gloria en su cruz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL VIERNES 1 DE DICIEMBRE 2023
*Lecturas del Viernes de la
34ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 1 de diciembre de 2023
Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel (7,2-14):
Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: los cuatro vientos del cielo agitaban el
océano. Cuatro fieras gigantescas salieron del mar, las cuatro distintas. La
primera era como un león con alas de águila; mientras yo miraba, le arrancaron
las alas, la alzaron del suelo, la pusieron de pie como un hombre y le dieron
mente humana. La segunda era como un oso medio erguido, con tres costillas en
la boca, entre los dientes.
Le dijeron: «¡Arriba! Come carne en abundancia.»
Después vi otra fiera como un leopardo, con cuatro alas de ave en el lomo y
cuatro cabezas. Y le dieron el poder. Después tuve otra visión nocturna: una
cuarta fiera, terrible, espantosa, fortísima; tenía grandes dientes de hierro,
con los que comía y descuartizaba, y las sobras las pateaba con las pezuñas.
Era diversa de las fieras anteriores, porque tenía diez cuernos. Miré
atentamente los cuernos y vi que entre ellos salía otro cuerno pequeño; para
hacerle sitio, arrancaron tres de los cuernos precedentes. Aquel cuerno tenía
ojos humanos y una boca que profería insolencias. Durante la visión, vi que
colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve,
su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas,
llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le
servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los
libros. Yo seguía mirando, atraído por las insolencias que profería aquel
cuerno; hasta que mataron a la fiera, la descuartizaron y la echaron al fuego.
A las otras fieras les quitaron el poder, dejándolas vivas una temporada.
Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un
hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder
real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio
es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Palabra de Dios
Salmo
Dn 3,75.76.77.78.79.80.81
R/. Ensalzadlo con himnos por los siglos
Montes y cumbres,
bendecid al Señor. R/.
Cuanto germina en la tierra,
bendiga al Señor. R/.
Manantiales,
bendecid al Señor. R/.
Mares y ríos,
bendecid al Señor. R/.
Cetáceos y peces,
bendecid al Señor. R/.
Aves del cielo,
bendecid al Señor. R/.
Fieras y ganados,
bendecid al Señor. R/.
*Lecturas del Viernes de la
34ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 1
de diciembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(21,29-33)*
En aquel tiempo, expuso Jesús una parábola a sus discípulos: «Fijaos en la
higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber
que el verano está cerca. Pues, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que
está cerca el reino de Dios. Os aseguro que antes que pase esta generación todo
eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Os aseguro que antes que pase esta generación
todo eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán)
*El
Señor con su gran pedagogía, me da muchas fuerzas y a la misma vez me llena de esperanza.
Siento una invitación especial para que me fije en los tiempos que me hablan de
él. Cuando comienzan a salir los fruto eso me indica que habrá comida, que mi
hambre será saciada, que solo debo esperar un poco más. Esperar en la palabra
del Señor, es una herramienta que me va preparando para la vida eterna, esperar
en la palabra del Señor es un entrenamiento en la humildad. En esta aceptación
de la palabra del Señor en mi vida sé que encontrare personas que me ayudaran
en la fe. Pero también en el camino hacia la fe, me encontrare con personas que
estarán en mi contra, porque decidí obedecer a la palabra del Señor y no a los
hombres. La buena noticia es que el Señor de una manera especial me invita a
ponerme al servicio de su palabra y me dice muy claro todo pasara, pero su
palabra no pasara*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
miércoles, 29 de noviembre de 2023
MATEO 4,18-22 CICLO A
*Lecturas del Fiesta de San
Andrés apóstol*
Jueves, 30
de noviembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(4,18-22)*
En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a
Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo
en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré
pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a
otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la
barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron).
*Puedo ver que el Señor hace dos llamados, en formas distintas, a unos
comenzando a iniciar el trabajo y a los otros terminando de su trabajo. Esto me
invita a mí a reconocer que al comenzar el día, mi corazón lo primero que
tiene que hacer es desear que el Señor, me llame, me hable, y que mis oídos
estén limpio para escucharle y así pueda seguir esta voz tan dulce, que tiene
el poder de seducirme, hasta tal punto de ser capaz de dejarlo todo, con
tal de que él, sea lo primero. Y el segundo llamado es para que esté
pendiente porque al final del día, también me llama a escuchar su voz, para
estar con él. Me gusto la forma de Zebedeo que, no se interpone en los planes
del Señor, ni es un obstáculo para sus hijos, cuando reciben el llamado*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL JUEVES 30
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO JUEVES DE LA SEMANA XXXIV*
Del Común de Apóstoles. Salterio II
30 de noviembre
*SAN ANDRÉS APÓSTOL (FIESTA)*
Andrés, natural de Betsaida, primero fue discípulo de Juan Bautista, más tarde
siguió a Cristo y le presentó también a su hermano Pedro. Junto con Felipe,
introdujo en presencia de Cristo a unos gentiles, y también fue él quién hizo
saber a Jesús, cuando la multiplicación de los panes, que había un muchacho que
tenía unos panes y unos peces. Según la tradición, después de Pentecostés
predicó el Evangelio en muchas regiones y fue crucificado en Acaya.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de
los apóstoles.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de
los apóstoles.
Himno: VOSOTROS QUE ESCUCHASTEIS LA LLAMADA.
Vosotros, que escuchasteis la llamada
de viva voz que Cristo os dirigía,
abrid nuestro vivir y nuestra alma
al mensaje de amor que él nos envía.
Vosotros, que invitados al banquete
gustasteis el sabor del nuevo vino,
llenad el vaso, del amor que ofrece,
al sediento de Dios en su camino.
Vosotros, que tuvisteis tan gran suerte
de verle dar a muertos nueva vida,
no dejéis que el pecado y que la muerte
nos priven de la vida recibida.
Vosotros, que lo visteis ya glorioso,
hecho Señor de gloria sempiterna,
haced que nuestro amor conozca el gozo
de vivir junto a él la vida eterna. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Uno de los dos que había ido en seguimiento de Jesús era Andrés,
el hermano de Simón Pedro.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Uno de los dos que había ido en
seguimiento de Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.
Ant 2. El Señor amó a Andrés con singular
predilección.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. El Señor amó a Andrés con singular
predilección.
Ant 3. Dijo Andrés a su hermano Simón:
«Hemos encontrado al Mesías»; y lo presentó a Jesús.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dijo Andrés a su hermano Simón:
«Hemos encontrado al Mesías»; y lo presentó a Jesús.
LECTURA BREVE Ef 2, 19-22
Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos del pueblo de
Dios y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de
los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él
todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo
consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la
construcción, para ser morada de Dios por el Espíritu.
RESPONSORIO BREVE
V. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
V. Harán memorable tu nombre, Señor.
R. Sobre toda la tierra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
V. Contaron
las alabanzas del Señor y su poder.
R. Y las maravillas que realizó.
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
Corintios 1, 18—2, 5
LOS APÓSTOLES PREDICAN LA CRUZ
Hermanos: El mensaje de la cruz es necedad para
los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de
salvación —para nosotros— es fuerza de Dios. Dice la escritura: «Destruiré la
sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces.» ¿Dónde está el
sabio? ¿Dónde está el letrado? ¿Dónde esta el sofista de nuestros tiempos? ¿No
ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo?
Y, como en la sabiduría de Dios el mundo no lo conoció por el camino de la
sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a
los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría.
Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad
para los gentiles; pero para los llamados a Cristo —judíos o griegos—: fuerza
de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los
hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Fijaos en vuestra asamblea: no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni
muchos poderosos, ni muchos nobles; todo lo contrario: lo necio del mundo lo ha
escogido Dios para confundir a los sabios. Y lo débil del mundo lo ha escogido
Dios para humillar el poder. Aún más: ha escogido la gente baja del mundo, lo
despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta; de modo que nadie
pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús,
en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia,
santificación y redención. Y así —como dice la Escritura— «el que se gloría,
que se gloríe en el Señor».
Cuando vine a vosotros, hermanos, a anunciaros el testimonio de Dios, no lo
hice con sublime elocuencia ni sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié
de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a
vosotros débil y temeroso; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva
sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que
vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de
Dios.
RESPONSORIO Cf. Mt 4, 18. 19
R. Caminando
por la ribera del mar de Galilea, vio el Señor a Pedro y a Andrés, que estaban
echando la red en el mar, y los llamó: * «Venid
en pos de mí, y yo os haré pescadores de hombres.»
V. Pues eran pescadores, y les dijo:
R. «Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores de
hombres.»
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo,
sobre el evangelio de san Juan
(Homilía 19, 1: PG 59, 120-121)
HEMOS ENCONTRADO AL MESÍAS
Andrés, después de haber estado con Jesús y haber
aprendido de él muchas cosas, no guardó para sí este tesoro, sino que se
apresuró a acudir a su hermano, para hacerle participe de su dicha. Fijémonos
en lo que dice a su hermano: «Hemos encontrado al Mesías» (traducido, quiere
decir «Cristo»). ¿Te das cuenta cómo empieza, ya desde este momento, a enseñar
lo que en breve tiempo había aprendido? Con ello demuestra la eficacia del
Maestro, que tan convencidos los había dejado, y su propio interés y diligencia,
manifestada ya desde el primer momento. Este mensaje, en efecto, es propio del
alma que anhela ardientemente la llegada del Señor, que espera su venida del
cielo, que se llena de gozo con su aparición y que se apresura a anunciar a los
demás algo tan grande. Ésta es la prueba del verdadero y sincero amor
fraternal, el mutuo intercambio de bienes espirituales.
También es digna de notar la docilidad y prontitud de ánimo de Pedro. Al
momento, sin dilación, acude a Jesús. Y lo presentó —dice— a Jesús. Pero no
debemos extrañarnos de esta facilidad de Pedro, que acude sin previo examen. Lo
más verosímil es que su hermano le explicara todas estas cosas con detalle;
pero es que los evangelistas lo explican siempre todo de manera resumida, por
razón de brevedad. Por lo demás, tampoco dice que hubiese creído al instante,
sino: Y lo presentó a Jesús, para ponerlo en sus manos y para que fuese él
quien le enseñase; pues estaba ahí en calidad de un discípulo más y a eso
venía.
En efecto, si Juan Bautista —cuando dijo: Es el Cordero, y: Bautiza con el
Espíritu— dejó a Cristo la ulterior explicación de estas palabras, con mayor
razón lo hizo Andrés, ya que él no se consideraba capaz de explicarlo todo, y
por esto condujo a su hermano a la fuente de la luz, a la que éste acudió con
prisa y alegría, sin perder un instante.
RESPONSORIO
R. Tan pronto
como san Andrés oyó la voz del Señor, que le llamaba, dejó las redes, con las
cuales ganaba el sustento, * y
siguió al que otorga las recompensas de la vida eterna.
V. Éste es aquel que sufrió el martirio de la cruz
por amor de Cristo y por difundir su ley.
R. y siguió al que otorga las recompensas de la
vida eterna.
*Lecturas del Fiesta de San
Andrés apóstol*
Jueves, 30
de noviembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(4,18-22)*
En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a
Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo
en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré
pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a
otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la
barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Salve, oh cruz preciosa, recibe al discípulo de aquel que en ti
estuvo clavado, Cristo, mi maestro.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Salve, oh cruz preciosa, recibe al
discípulo de aquel que en ti estuvo clavado, Cristo, mi maestro.
PRECES
Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por
medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y
aclamémosle diciendo:
El coro de los apóstoles te alaba, Señor.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de
tu cuerpo y de tu sangre:
en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has preparado la mesa
de tu palabra:
por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia:
por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo
y la penitencia:
por ellos nos purificas de todas nuestras culpas.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, escucha la oración de tu pueblo y
concédenos que, así como el apóstol san Andrés fue en la tierra predicador del
Evangelio y pastor de tu Iglesia, así ahora en el cielo sea nuestro poderoso
abogado ante ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: COLUMNAS DE LA IGLESIA, PIEDRAS VIVAS.
¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas!
¡Apóstoles de Dios, grito del Verbo!
Benditos vuestros pies, porque han llegado
para anunciar la paz al mundo entero.
De pie en la encrucijada de la vida,
del hombre peregrino y de los pueblos,
lleváis agua de Dios a los cansados,
hambre de Dios lleváis a los hambrientos.
De puerta en puerta va vuestro mensaje,
que es verdad y es amor y es Evangelio.
no temáis, pecadores, que sus manos
son caricias de paz y de consuelo.
Gracias, Señor, que el pan de tu palabra
nos llega por tu amor, pan verdadero;
gracias, Señor, que el pan de vida nueva
nos llega por tu amor, partido y tierno. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Vio el Señor a Pedro y a Andrés y los llamó.
Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vio el Señor a Pedro y a Andrés y
los llamó.
Ant 2. «Venid en pos de mí —dice el
Señor—, y yo os haré pescadores de hombres.»
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Venid en pos de mí —dice el
Señor—, y yo os haré pescadores de hombres.»
Ant 3. Ellos, dejando al momento las
redes, siguieron al Señor, su redentor.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ellos, dejando al momento las
redes, siguieron al Señor, su redentor.
LECTURA BREVE Ef 4, 11-13
Cristo ha constituido a unos, apóstoles; a otros,
profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y doctores, para el
perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la
edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la
fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de
Cristo en su plenitud.
RESPONSORIO BREVE
V. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
V. Sus maravillas a todas las naciones.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Andrés fue siervo de Cristo, digno apóstol de Dios, hermano de
Pedro y compañero suyo en el martirio.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Andrés fue siervo de Cristo, digno
apóstol de Dios, hermano de Pedro y compañero suyo en el martirio.
PRECES
Hermanos: Edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al
Padre por su pueblo santo, diciendo:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Padre santo, que quisiste que tu Hijo resucitado de entre los muertos se
manifestara en primer lugar a los apóstoles,
haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del
mundo.
Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los
pobres,
haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.
Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus
frutos con alegría.
Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,
concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.
Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, escucha la oración de tu pueblo y
concédenos que, así como el apóstol san Andrés fue en la tierra predicador del
Evangelio y pastor de tu Iglesia, así ahora en el cielo sea nuestro poderoso
abogado ante ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.