Musica Para el Alma
martes, 31 de mayo de 2022
JUAN 17,11b-19 CICLO C
*Lecturas del Miércoles de la 7ª semana de
Pascua*
Miércoles, 1 de junio de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan (17,11b-19)*
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre
santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como
nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste,
y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que
se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que
ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo
los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego
que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como
tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me
consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros
corazones antes que mis palabras*
(«Que
sean uno, como nosotros »).
*El Señor me hace ver que tengo cualidades que él me
ha dado y que me pueden ayudar, me recuerda que tenga mucho cuidado de no caer,
de vivir de las apariencias. Si no que mi vida este en amorosa sintonía con Su
corazón. El Señor me conoce y escruta mi corazón y me dice: que mi corazón
tiene que estar dispuesto hacer como Él, mi corazón está invitado a obedecer,
mi corazón tiene un trabajo especial que es preocuparme por hacer voluntad del
Padre. Estoy invitado a crecer, y a madurar en el amor, porque el amor es mi
camino para llegar hacer uno con Él*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MIERCOLES 1 DE JUNIO 2022
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*MIÉRCOLES
DE LA SEMANA VII DE PASCUA*
De la Feria. Salterio III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. A Cristo, el Señor, que nos prometió el Espíritu Santo, venid,
adorémosle. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole
gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la
tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus
manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en
Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a
prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto
mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: EMPRENDA LA ESPERANZA RAUDO VUELO
Emprenda la esperanza raudo vuelo
siguiendo los caminos de nuestro
Salvador,
y libre de nostalgias, camino de los
cielos,
alegre el corazón.
Dijeron que te fuiste a las alturas
juntándote a los coros del «Gloria» de
Belén,
acaban hoy su canto en melodías puras
con un solemne «Amén».
Jamás te irás, Señor, porque eres
nuestro,
serás Hijo del hombre sin fin de
eternidad;
los hombres, por tu nombre, de Dios
hijos dilectos,
hermanos te serán.
Asciende victorioso del combate,
derrama sobre el mundo tu Espíritu de
amor,
retorna jubiloso al seno de tu Padre,
tú volverás Señor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Todos los pueblos vendrán a adorar al Señor. Aleluya.
Salmo 85 - ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES.
Inclina tu oído, Señor; escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y
clemente,
rico en misericordia con los que te
invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.
En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses,
Señor,
ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.»
Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu grande piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan
contra mí,
una banda de insolentes atenta contra
mi vida,
sin tenerte en cuenta a ti.
Pero tú, Señor, Dios clemente y
misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y
leal,
mírame, ten compasión de mí.
Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y
consuelas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todos los pueblos vendrán a adorar al Señor. Aleluya.
Ant 2. Nuestros ojos contemplarán al Rey en su gloria. Aleluya.
Cántico: DIOS JUZGARÁ CON JUSTICIA Is 33,13-16
Los lejanos, escuchad lo que he hecho;
los cercanos, reconoced mi fuerza.
Temen en Sión los pecadores,
y un temblor se apodera de los
perversos:
«¿Quién de nosotros habitará un fuego
devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera
perpetua?».
El que procede con justicia y habla con
rectitud
y rehúsa el lucro de la opresión;
el que sacude la mano rechazando el
soborno
y tapa su oído a propuestas
sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la
maldad:
ése habitará en lo alto,
tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestros ojos contemplarán al Rey en su gloria. Aleluya.
Ant 3. Toda carne contemplará la salvación de Dios. Aleluya.
Salmo 97 - EL SEÑOR, JUEZ VENCEDOR
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su
fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han
contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:
tocad la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas
aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la
tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Toda carne contemplará la salvación de Dios. Aleluya.
LECTURA BREVE Rm 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con
Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo,
una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no tiene ya
poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas
su vida es un vivir para Dios. Así también, considerad vosotros que estáis
muertos al pecado, pero que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor ha resucitado del sepulcro.
Aleluya, aleluya.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro.
Aleluya, aleluya.
V. El que por nosotros colgó del
madero.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro.
Aleluya, aleluya.
V. Dios resucitó a Cristo de
entre los muertos. Aleluya.
R. Para que nuestra fe y
esperanza se centren en Dios. Aleluya.
PRIMERA LECTURA
De los Hechos de los Apóstoles 27, 1-20
VIAJE DE PABLO POR MAR HACIA ROMA
En aquellos días, cuando se
determinó que embarcásemos para Italia, pusieron a Pablo y a algunos otros
presos bajo la custodia de un centurión, llamado Julio, de la cohorte Augusta.
Subimos a bordo de una nave de Adramitio que estaba a punto de zarpar para los
puertos de la costa de Asia, y nos hicimos a la mar llevando en nuestra
compañía a Aristarco, macedonio, natural de Tesalónica. Al otro día llegamos a
Sidón; y Julio, usando de consideración con Pablo, le permitió ir a casa de sus
amigos, para que le prestaran sus cuidados. De allí levamos anclas y, al abrigo
de la isla, bordeamos Chipre, por ser los vientos contrarios; navegando a
través de los mares de Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira de Licia. Allí el
centurión encontró una nave alejandrina que se dirigía a Italia, y nos hizo
transbordar a ella. Navegando después lentamente durante muchos días, y después
de haber llegado con dificultad a la altura de Gnido, por no permitirnos el
viento entrar en puerto, hubimos de navegar al abrigo de Creta por la parte de
Salmona. Costeamos penosamente la isla y llegamos a un lugar llamado Puerto
Hermoso, cerca de la ciudad de Lasea.
Transcurrido mucho tiempo, y
siendo peligrosa la navegación por haber pasado ya el día del gran ayuno, vino
Pablo a advertirles:
«Amigos, veo que el navegar ahora
va a ser con peligro y con mucho daño, no sólo para la carga y para la nave,
sino también para nuestras mismas personas.»
Pero el centurión se fió más del
piloto y del patrón del barco que de las advertencias de Pablo. Como el puerto
no era a propósito para invernar, la mayoría tomó el acuerdo de salir de allí,
para ver si podían alcanzar Fenice, puerto de Creta, que mira• al sudoeste y al
noroeste, y allí pasar el invierno. Comenzó a soplar un ligero viento sur y, creyendo
que lograrían su propósito, levaron anclas, costeando lo más cerca posible la
isla de Creta. Pero de pronto se desencadenó, proveniente de la isla, un viento
huracanado, llamado euroaquilón, que arrastraba consigo la nave, sin que ésta
pudiese resistir; y así nos dejamos ir a merced del viento. Cuando pasábamos al
abrigo de un islote llamado Cauda, a duras penas logramos hacernos con el
esquife. Después de haberlo izado a bordo, comenzaron a realizar las maniobras
de seguridad y refuerzo; sujetaron la nave con cables y, por miedo a ir a
encallar en la Sirte, echaron el áncora flotante, dejándose llevar a la deriva.
Como la tempestad continuaba azotándonos furiosamente, al día siguiente echaron
parte del cargamento al mar y, al tercer día, arrojaron con sus propias manos
el aparejo de la nave. Ni el sol ni las estrellas habían aparecido hacía ya
muchos días; y, como continuábamos con la fuerte tempestad encima, íbamos
perdiendo ya toda esperanza de salvación.
RESPONSORIO Mt 8, 24. 26. 25
R. Se levantó una marejada tan
fuerte que las olas llegaban a cubrir la barca. * Jesús se levantó, increpó al
viento y al mar, y sobrevino una gran bonanza. Aleluya.
V. Los discípulos gritaron:
«¡Señor, sálvanos, que perecemos!»
R. Jesús se levantó, increpó al
viento y al mar, y sobrevino una gran bonanza. Aleluya.
SEGUNDA LECTURA
De la Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, del
Concilio Vaticano segundo
(Núms. 4. 12)
LA MISIÓN DEL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA
Consumada la obra que el Padre confió
al Hijo en la tierra, fue enviado el Espíritu Santo en el día de Pentecostés,
para que indeficientemente santificara a la Iglesia y, de esta forma, los que
creen en Cristo pudieran acercarse al Padre en un mismo Espíritu. Él es el
Espíritu de vida o la fuente del agua que brota para comunicar vida eterna; por
el cual el Padre vivifica a todos los muertos por el pecado, hasta que el mismo
Espíritu resucite en Cristo sus cuerpos mortales.
El Espíritu habita en la Iglesia
y en los corazones de los fieles como en un templo, y en ellos ora y da
testimonio de la adopción de hijos. Con diversos dones jerárquicos y
carismáticos dirige a la Iglesia, a la que guía hacia toda verdad, y la unifica
en comunión y ministerio, enriqueciéndola con todos sus frutos.
Con la fuerza del Evangelio hace
rejuvenecer a la Iglesia, la renueva constantemente y la conduce a la unión
consumada con su Esposo. Pues el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús:
«¡Ven!»
Así se manifiesta la Iglesia como
una muchedumbre reunida por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo.
La universalidad de los fieles
que tiene la unción del Espíritu Santo no puede fallar en su creencia, y ejerce
esta peculiar propiedad mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el
pueblo, cuando desde los obispos hasta los últimos fieles seglares manifiestan
un asentimiento universal en las cosas de fe y de costumbres.
Con ese sentido de la fe, que el
Espíritu Santo mueve y sostiene, el pueblo de Dios, bajo la dirección del
magisterio, al que sigue fidelísimamente, recibe no ya la palabra de los
hombres, sino la verdadera palabra de Dios; se adhiere indefectiblemente a la
fe que ha sido transmitida de una vez para siempre a los fieles; penetra
profundamente en ella con rectitud de juicio y la aplica más íntegramente en la
vida.
Además, el mismo Espíritu Santo
no solamente santifica y dirige al pueblo de Dios por los sacramentos y los
ministerios y lo enriquece con las virtudes, sino que, distribuyéndolos a cada
uno en particular según le place, reparte entre los fieles dones de todo
género, incluso especiales, con que los dispone y prepara para realizar
variedad de obras y de oficios provechosos para la renovación y una más amplia
edificación de la Iglesia, según aquellas palabras: A cada uno se le otorga la
manifestación del Espíritu para común utilidad.
Estos carismas, tanto los
extraordinarios como los más sencillos y comunes, por el hecho de que son muy
conformes y útiles a las necesidades de la Iglesia, hay que recibirlos con
agradecimiento y consuelo.
RESPONSORIO Jn 7, 37. 38. 39
R. El último día de la fiesta,
Jesús clamaba en alta voz: «Del que crea en mí brotarán torrentes de agua
viva.» * Esto lo dijo del Espíritu, que habían de recibir los que a él se
unieran por la fe. Aleluya.
V. El que tenga sed que venga a
mí y que beba; brotarán de él torrentes de agua viva.
R. Esto lo dijo del Espíritu, que
habían de recibir los que a él se unieran por la fe. Aleluya.
*Lecturas del Miércoles de la 7ª semana de
Pascua*
Miércoles, 1 de junio de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan (17,11b-19)*
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre
santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como
nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste,
y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que
se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que
ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo
los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego
que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como
tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me
consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor
Jesucristo. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su
pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de
nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos
odian;
ha realizado así la misericordia que
tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del
Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de
nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo
alto,
para iluminar a los que viven en
tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor
Jesucristo. Aleluya.
PRECES
Dando gracias al Padre, porque el
Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios,
digamos confiados:
*Padre nuestro, escucha la voz de tus hijos*.
Señor, fuente de toda paciencia y
consuelo, concédenos estar de acuerdo entre nosotros, como es propio de
cristianos,
para que, unánimes, a una voz, te
alabemos a ti, Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Haz que nos esforcemos por complacer y
servir a nuestro prójimo,
para que realicemos el bien en favor de
nuestros hermanos y los edifiquemos con nuestro ejemplo.
No permitas que nos seduzca el espíritu
del mundo, que está bajo el influjo del maligno,
y haz que seamos siempre dóciles al
Espíritu que procede de ti.
Tú que penetras el corazón del hombre,
guíanos por las sendas de la sinceridad
y de la verdad.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Concluyamos nuestra oración, diciendo
juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro:
Padre nuestro...
ORACION
Dios misericordioso, concede a tu
Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, que se entregue plenamente a ti y
que viva siempre unificada por el amor, según tú se lo has mandado. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de
todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA
TERCIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ESPÍRITU DE DIOS, LA TIERRA
LLENAS
Espíritu de Dios, la tierra llenas,
las mentes de los hombres las bañas en
tu luz,
tú que eres Luz de Dios, divino fuego,
infunde en todo hombre la fuerza de la
cruz.
Sé luz resplandeciente en las tinieblas
de quienes el pecado sumió en la
obscuridad,
reúne en la asamblea de los hijos
los justos que te amaron, los muertos
por la paz.
Acaba en plenitud al Cristo vivo,
confirma en el creyente la gracia y el
perdón,
reúnelos a todos en la Iglesia,
testigos jubilosos de la resurrección.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 119 - DESEO DE LA PAZ
En mi aflicción llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de los labios
mentirosos,
de la lengua traidora.
¿Qué te va a dar o a mandar Dios,
lengua traidora?
Flechas de arquero, afiladas
con ascuas de retama.
¡Ay de mí, desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo viviendo
con los que odian la paz;
cuando yo digo: «Paz»,
ellos dicen: «Guerra».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de
justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Cf. Rm 4,
24-25
Creemos en aquel que resucitó de entre
los muertos a Jesús, nuestro Señor, que fue entregado a la muerte por nuestros
pecados, y resucitado para nuestra justificación.
V. Verdaderamente ha resucitado el
Señor. Aleluya.
R. Y se ha aparecido a Simón. Aleluya.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios misericordioso, concede a tu
Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, que se entregue plenamente a ti y
que viva siempre unificada por el amor, según tú se lo has mandado. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
HORA
SEXTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL DÍA ESTÁ EN SU
CUMBRE
Cuando la luz del día está en su
cumbre,
eres, Señor Jesús, luz y alegría
de quienes en la fe y en la esperanza
celebran ya la fiesta de la Vida
Eres resurrección, palabra y prenda
de ser y de vivir eternamente;
sembradas de esperanzas nuestras vidas,
serán en ti cosecha para siempre.
Ven ya, Señor Jesús, Salvador nuestro,
de tu radiante luz llena este día,
camino de alegría y de esperanza,
cabal acontecer de nueva vida.
Concédenos, oh Padre omnipotente,
por tu Hijo Jesucristo, hermano
nuestro,
vivir ahora el fuego de tu Espíritu,
haciendo de esta tierra un cielo nuevo.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL
PUEBLO
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL
NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no hubiera estado de
nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de
nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el
cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU
PUEBLO.
Los que confían en el Señor son como el
monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas
tortuosas,
que los rechace el Señor con los
malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE 1Jn 5, 5-6a
¿Quién es el que vence al mundo, sino
el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Él, Jesucristo, vino por el agua y
por la sangre; no con el agua solamente, sino con el agua y con la sangre.
V. Los discípulos se llenaron de
alegría. Aleluya.
R. Al ver al Señor. Aleluya.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios misericordioso, concede a tu
Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, que se entregue plenamente a ti y
que viva siempre unificada por el amor, según tú se lo has mandado. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
HORA
NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: SALVADOR DEL MUNDO
Salvador del mundo,
Señor de los ángeles:
por tu cruz gloriosa
la muerte venciste.
Oh Señor, consérvanos
los dones amables
que, con sufrimientos,
tú nos mereciste.
Y a quienes a precio
de dolor salvaste,
llévalos al cielo
para que te alaben.
Llévanos a todos,
Señor, suplicámoste,
pues que nos hiciste
reino de tu Padre. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 118, 105-112
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.
Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 69 - DIOS MÍO, VEN EN MI AUXILIO
Dios mío, dígnate librarme;
Señor, date prisa en socorrerme.
Sufran una derrota ignominiosa
los que me persiguen a muerte;
vuelvan la espalda afrentados
los que traman mi daño;
que se retiren avergonzados
los que se ríen de mí.
Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
y digan siempre: «Dios es grande»
los que desean tu salvación.
Yo soy pobre y desdichado:
Dios mío, socórreme,
que tú eres mi auxilio y mi liberación.
¡Señor, no tardes!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 74 - EL SEÑOR, JUEZ SUPREMO
Te damos gracias, ¡oh Dios!, te damos
gracias,
invocando tu nombre, pregonando tus
maravillas.
«Cuando elija la ocasión,
yo juzgaré rectamente.
Aunque tiemble la tierra con sus
habitantes,
yo he afianzado sus columnas.»
Digo a los jactanciosos: no os jactéis;
a los malvados: no alcéis la testuz,
no alcéis la testuz contra el cielo,
no digáis insolencias contra la Roca.
La justicia no vendrá
ni del oriente ni del occidente,
ni del desierto ni de los montes,
sólo Dios gobierna:
a uno humilla, a otro ensalza.
El Señor tiene una copa en la mano,
un vaso lleno de vino drogado:
lo da a beber hasta las heces
a todos los malvados de la tierra.
Y yo siempre proclamaré su grandeza,
y tañeré para el Dios de Jacob:
derribaré el poder de los malvados,
y se alzará el poder del justo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Cf. Ef 4,
23-24
Renovaos en la mente y en el espíritu y
vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y
santidad verdaderas.
V. Quédate con nosotros, Señor.
Aleluya.
R. Porque ya es tarde. Aleluya.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios misericordioso, concede a tu
Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, que se entregue plenamente a ti y
que viva siempre unificada por el amor, según tú se lo has mandado. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: VEN, CREADOR, ESPÍRITU AMOROSO
Ven, Creador, Espíritu amoroso,
ven y visita el alma que a ti clama
y con tu soberana gracia inflama
los pechos que criaste poderoso.
Tú que abogado fiel eres llamado,
del Altísimo don, perenne fuente
de vida eterna, caridad ferviente,
espiritual unción, fuego sagrado.
Tú te infundes al alma en siete dones,
fiel promesa del Padre soberano;
tú eres el dedo de su diestra mano,
tú nos dictas palabras y razones.
Ilustra con tu luz nuestros sentidos,
del corazón ahuyenta la tibieza,
haznos vencer la corporal flaqueza,
con tu eterna virtud fortalecidos.
Por ti, nuestro enemigo desterrado,
gocemos de paz santa duradera,
y, siendo nuestro guía en la carrera,
todo daño evitemos y pecado.
Por ti al eterno Padre conozcamos,
y al Hijo, soberano omnipotente,
y a ti, Espíritu, de ambos procedente,
con viva fe y amor siempre creamos.
Amén
SALMODIA
Ant 1. Vuestra tristeza se convertirá
en gozo. Aleluya.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA
NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de
Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vuestra tristeza se convertirá en
gozo. Aleluya.
Ant 2. Ya vivamos, ya muramos, del
Señor somos. Aleluya.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES
INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros
sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras
duermen!
La herencia que da el Señor son los
hijos;
una recompensa es el fruto de las
entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ya vivamos, ya muramos, del Señor
somos. Aleluya.
Ant 3. De él todo procede, por él
existe todo, en él todo subsiste: a él la gloria por los siglos. Aleluya.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE
TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las
tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo
querido,
por cuya sangre hemos recibido la
redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas
todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e
invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados,
Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se
mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de
la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de
entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera
toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo
todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su
cruz
con todos los seres, así del cielo como
de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De él todo procede, por él existe
todo, en él todo subsiste: a él la gloria por los siglos. Aleluya.
LECTURA BREVE 1Co 2, 9-10
Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino
a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los que le aman. Pero a
nosotros nos lo ha revelado por su Espíritu: y el Espíritu todo lo penetra,
hasta la profundidad de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
R. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
V. Os lo enseñará todo.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Cristo os bautizará con Espíritu
Santo y con fuego. Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN
EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi
salvador;
porque ha mirado la humillación de su
esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros
padres-
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cristo os bautizará con Espíritu
Santo y con fuego. Aleluya.
PRECES
Unidos a los apóstoles y a todos los
que poseen las primicias del Espíritu Santo, glorifiquemos a Dios y
supliquémosle, diciendo:
Escúchanos, Señor.
Padre todopoderoso, que has glorificado
a Cristo en el cielo,
haz que todos reconozcan que está
presente en tu Iglesia.
Padre santo, que dijiste de Cristo:
«Éste es mi Hijo amado, escuchadlo»,
haz que todos atendamos su voz y nos
salvemos.
Envía tu Espíritu al corazón de tus
fieles,
para que purifique lo manchado y
fecunde lo que es árido.
Que venga, Señor, tu Espíritu, para
regir el curso de la historia
y renovar la faz de la tierra.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Te pedimos, Señor, por los difuntos: admítelos
en tu reino
y acrecienta nuestra esperanza en la
resurrección futura.
Digamos ahora todos juntos la oración
que el mismo Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios misericordioso, concede a tu
Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, que se entregue plenamente a ti y
que viva siempre unificada por el amor, según tú se lo has mandado. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de
todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de
esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y
omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran
culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre
Virgen,
a los ángeles, a los santos y a
vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios,
nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga
misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
Himno: EN TI, SEÑOR, REPOSAN NUESTRAS
VIDAS
En ti, Señor, reposan nuestras vidas
en el descanso santo de la noche;
tú nos preparas para la alborada
y en el Espíritu Santo nos acoges.
En apartadas y lejanas tierras
el sol ha despertado las ciudades;
amigo de los hombres, ve sus penas
y ensancha de tu amor los manantiales.
Vencedor de la muerte y de las sombras,
Hijo eterno de Dios, resucitado,
líbranos del peligro de la noche
al dormirnos confiados en tus brazos.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 30 - SÚPLICA CONFIADA Y ACCIÓN DE
GRACIAS.
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí;
ven aprisa a librarme,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame:
sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
En tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO,
SEÑOR.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Ef 4,26-27
No lleguéis a pecar; que la puesta del
sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu. Aleluya, aleluya.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu. Aleluya, aleluya.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi
espíritu. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos,
protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Aleluya.
CÁNTICO DE
SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu
Salvador,
a quien has presentado ante todos los
pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos,
protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Aleluya.
ORACION
OREMOS,
Señor Jesucristo, tú que eres manso y
humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga
ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos
terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado
nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda
una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque Cristo,
a quien llevaste en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra,
aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.