Musica Para el Alma

jueves, 4 de junio de 2020

LAS LECTURAS DEL VIERNES 5 DE JUNIO 2020


La 9ª semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Viernes, 5 de junio de 2020
Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (3,10-17):

Tú seguiste paso a paso mi doctrina y mi conducta, mis planes, fe y paciencia, mi amor fraterno y mi aguante en las persecuciones y sufrimientos, como aquellos que me ocurrieron en Antioquía, Iconio y Listra. ¡Qué persecuciones padecí! Pero de todas me libró el Señor. Por otra parte, todo el que se proponga vivir piadosamente en Cristo Jesús será perseguido. En cambio, esos perversos embaucadores irán de mal en peor, extraviando a los demás y extraviándose ellos mismos. Pero tú permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 118

R/.
 Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor

Muchos son los enemigos que me persiguen,
pero yo no me aparto de tus preceptos. R/.

R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor

El compendio de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios son eternos. R/.

Los nobles me perseguían sin motivo,
pero mi corazón respetaba tus palabras. R/.

R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor

Mucha paz tienen los que aman tus leyes,
y nada los hace tropezar. R/.

R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor

Aguardo tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandatos. R/.

R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor

Guardo tus decretos,
y tú tienes presentes mis caminos. R/.

R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor

Viernes, 5 de junio de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,35-37):

   35 Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: « ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
   36 David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: = Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies. =
   37 El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?» La muchedumbre le oía con agrado.

Palabra del Señor

*(Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies)*

*En muchas ocasiones pienso que la palabra está dirigida o enfocada para el otro, porque pienso soy bueno: no mato, ni robo, y los malos son otros. Yo estoy en la luz y el otro es que necesita de la palabra, necesita convertirse. Mi mayor error es que me aplico la palabra según me conviene, claro para los casos buenos. Es por eso por lo que para mí es muy difícil de entender al apóstol Santiago en su carta en el capítulo 4 en la parte que dice: (Hermanos no habléis mal unos de otros. El que habla mal de un hermano o juzga a un hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si juzga a la ley no eres cumplidor de la ley sino un juez. Pero tú, ¿Quién eres para juzgar al prójimo?) Es incomodo aplicarme esta palabra a mí mismo. El Señor me quiere ayudar y me hace una invitación para que pueda ver que mis enemigo no están allá, mis enemigo están aquí cerca, muy cerca, tan cerca que están dentro de mí y una forma de vencer esos enemigos que tengo dentro es aplicándome la palabra sin devaluarla, aplicándome también aquellas palabras que no me gustan que me resultan incomoda porque me hacen una invitación a entregarle mi ama al Señor, y entregar mi alma, es dejar que sea el Señor quien actúe no yo, es la mejor manera de rompen con mis enemigos interiores*.  

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.