Viernes, 5 de junio de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos
(12,35-37):
35 Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: « ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
35 Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: « ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
36 David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: = Dijo el Señor a mi
Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.
=
37 El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?»
La muchedumbre le oía con agrado.
Palabra del Señor
*(Siéntate a mi diestra hasta que
ponga a tus enemigos debajo de tus pies)*
*En
muchas ocasiones pienso que la palabra está dirigida o enfocada para el otro, porque
pienso soy bueno: no mato, ni robo, y los malos son otros. Yo estoy en la luz y
el otro es que necesita de la palabra, necesita convertirse. Mi mayor error es
que me aplico la palabra según me conviene, claro para los casos buenos. Es por
eso por lo que para mí es muy difícil de entender al apóstol Santiago en su
carta en el capítulo 4 en la parte que dice: (Hermanos no habléis mal unos de
otros. El que habla mal de un hermano o juzga a un hermano, habla mal de la ley
y juzga a la ley. Y si juzga a la ley no eres cumplidor de la ley sino un juez.
Pero tú, ¿Quién eres para juzgar al prójimo?) Es incomodo aplicarme esta
palabra a mí mismo. El Señor me quiere ayudar y me hace una invitación para
que pueda ver que mis enemigo no están allá, mis enemigo están aquí cerca, muy cerca,
tan cerca que están dentro de mí y una forma de vencer esos enemigos que tengo
dentro es aplicándome la palabra sin devaluarla, aplicándome también aquellas
palabras que no me gustan que me resultan incomoda porque me hacen una invitación
a entregarle mi ama al Señor, y entregar mi alma, es dejar que sea el Señor
quien actúe no yo, es la mejor manera de rompen con mis enemigos interiores*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.