*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*Bautismo del Señor, solemnidad*
Laudes
Inicio
†
(se hace la señal de la cruz sobre los labios
mientras se dice:)
V/. -Señor, Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: A Cristo, el Hijo amado, en quien el Padre se ha complacido, venid,
adorémosle.
Animaos los unos a los otros, día tras día,
mientras dure este «hoy» (Hb 3,13)
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
-se repite la antífona
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
-se repite la antífona
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
-se repite la antífona
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
-se repite la antífona
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
-se repite la antífona
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: A Cristo, el Hijo amado, en quien el Padre se ha complacido, venid,
adorémosle.
Himno
A la orilla del Jordán,
descalza el alma y los pies,
bajan buscando pureza
doce tribus de Israel.
Piensan que a la puerta está
el Mesías del Señor
y que, para recibirlo,
gran limpieza es menester.
Bajan hombres y mujeres,
pobres y ricos también,
y Juan sobre todos ellos
derrama el agua y la fe.
Mas ¿por qué se ha de lavar
el Autor de la limpieza?
Porque el bautismo hoy empieza,
y él lo quiere inaugurar. Amén.
Primer Salmo
Salmo 62,2-9: El alma sedienta de Dios
Ant: El soldado bautiza a su Rey, el siervo a su Señor, Juan al
Salvador, el agua del Jordán se estremece, la
Paloma da testimonio, la voz del Padre declara: «Éste es mi Hijo.»
Madruga por Dios todo el que rechaza las obras de
las tinieblas
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El soldado bautiza a su Rey, el siervo a su Señor, Juan al Salvador, el
agua del Jordán se estremece, la Paloma da testimonio, la voz del Padre
declara: «Éste es mi Hijo.»
Cántico AT
Daniel 3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor
Ant: Al manifestarse al mundo la gloria de Cristo, la aguas del
Jordán son santificadas; sacad aguas con gozo de
las fuentes del Salvador; Cristo, el Señor, ha santificado la creación entera.
Alabad al Señor, sus siervos todos (Ap 19,5)
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant: Al manifestarse al mundo la gloria de Cristo, la aguas del Jordán son
santificadas; sacad aguas con gozo de las fuentes del Salvador; Cristo, el
Señor, ha santificado la creación entera.
Segundo Salmo
Salmo 149: Alegría de los santos
Ant: Te glorificamos, oh Señor, Dios y redentor, a ti, que con el Espíritu y
el fuego purificas el pecado de los hombres.
Los hijos de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios, se
alegran por su Rey, Cristo, el Señor (Hesiquio)
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Te glorificamos, oh Señor, Dios y redentor, a ti, que con el Espíritu y
el fuego purificas el pecado de los hombres.
Lectura Bíblica
Is 61,1-2ª
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el
Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren,
para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los
cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del
Señor.
V/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V/. Tú que te has manifestado hoy.
R/. Ten piedad de nosotros.
V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Lectura Bíblica
V/. Éste es mi Hijo amado.
R/. Escuchadlo.
El siervo del Señor, con su mansedumbre, es luz de
las naciones
Is 42,1-9; 49,1-9
Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a
quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a
las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña
cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente
el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la
tierra, y sus leyes que esperan las islas.
Así dice el Señor Dios, que creó y desplegó los
cielos, consolidó la tierra con su vegetación, dio el respiro al pueblo que la
habita y el aliento a los que se mueven en ella:
«Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he
cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de
las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de
la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.
Yo soy el Señor, éste es mi nombre; no cedo mi
gloria a ningún otro, ni mi honor a los ídolos. Lo antiguo ya ha sucedido, y
algo nuevo yo anuncio, antes de que brote os lo hago oír.»
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba
yo en el vientre, y el Señor me llamó en las entrañas maternas, y pronunció mi
nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su
mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi
siervo, de quien estoy orgulloso.»
Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado, en
viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el
Señor, mi salario lo tenía mi Dios.
Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me
formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel
-tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza-:
«Es poco que seas mi siervo y restablezcas las
tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las
naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»
Así dice el Señor, redentor y Santo de Israel, al
despreciado, al aborrecido de las naciones, al esclavo de los tiranos: «Te
verán los reyes, y se alzarán; los príncipes, y se postrarán; porque el Señor
es fiel, porque el Santo de Israel te ha elegido.»
Así dice el Señor: «En el tiempo de gracia te he
respondido, en el día de salvación te he auxiliado; te he defendido y
constituido alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir heredades
desoladas, para decir a los cautivos: "Salid", a los que están en
tinieblas: "Venid a la luz"; aun por los caminos pastarán, tendrán
praderas en todas las dunas.»
R/. Hoy en el Jordán, bautizado el Señor, se abrió el cielo, y el Espíritu,
en forma de paloma, se posó sobre él, y resonó la voz del Padre: «Éste es mi
Hijo, el amado, mi predilecto.»
V/. Bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del
cielo:
R/. «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto.»
Lectura Patrística
El bautismo de Cristo
San Gregorio Nacianceno, Obispo
Sermón 39, En las sagradas Luminarias (14-16.20: PG
36, 350-351. 354. 358-359)
Cristo es iluminado: dejémonos iluminar junto con
él; Cristo se hace bautizar: descendamos al mismo tiempo que él, para ascender
con él.
Juan está bautizando, y Cristo se acerca; tal vez
para santificar al mismo por quien va a ser bautizado; y sin duda para sepultar
en las aguas a todo el viejo Adán, santificando el Jordán antes de nosotros y
por nuestra causa; y así, el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra
mediante el Espíritu y el agua.
Juan se niega, Jesús insiste. Entonces: Soy
yo el que necesito que tú me bautices, le dice la lámpara al Sol, la voz a
la Palabra, el amigo al Esposo, el mayor entre los nacidos de mujer al
Primogénito de toda la creación, el que había saltado de júbilo en el seno
materno al que había sido ya adorado cuando estaba en él, el que era y habría
de ser precursor al que se había manifestado y se manifestará. Soy yo
el que necesito que tú me bautices; y podría haber añadido: «Por tu causa».
Pues sabía muy bien que habría de ser bautizado con el martirio; o que, como a
Pedro, no sólo le lavarían los pies.
Pero Jesús, por su parte, asciende también de las
aguas; pues se lleva consigo hacia lo alto al mundo, y mira cómo se abren de
par en par los cielos que Adán había hecho que se cerraran para sí y para su
posteridad, del mismo modo que se había cerrado el paraíso con la espada de
fuego.
También el Espíritu da testimonio de la divinidad,
acudiendo en favor de quien es su semejante; y la voz desciende del cielo, pues
del cielo procede precisamente Aquel de quien se daba testimonio; del mismo
modo que la paloma, aparecida en forma visible, honra el cuerpo de Cristo, que
por deificación era también Dios. Así también, muchos siglos antes, la paloma
había anunciado el fin del diluvio.
Honremos hoy nosotros, por nuestra parte, el
bautismo de Cristo, y celebremos con toda honestidad su fiesta.
Ojalá que estéis ya purificados, y os purifiquéis
de nuevo. Nada hay que agrade tanto a Dios como el arrepentimiento y la
salvación del hombre, en cuyo beneficio se han pronunciado todas las palabras y
revelado todos los misterios; para que, como astros en el firmamento, os
convirtáis en una fuerza vivificadora para el resto de los hombres; y los
esplendores de aquella luz que brilla en el cielo os hagan resplandecer, como
lumbreras perfectas, junto a su inmensa luz, iluminados con más pureza y
claridad por la Trinidad, cuyo único rayo, brotado de la única Deidad, habéis
recibido inicialmente en Cristo Jesús, Señor nuestro, a quien le sean dados la
gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
R/. Hoy se han abierto los cielos, y el mar se ha vuelto dulce, la tierra se
alegra, los montes y colinas saltan de gozo. Porque, en el Jordán, Cristo ha
sido bautizado por Juan.
V/. ¿Qué te pasa, mar, que huyes, y a ti, Jordán, que te echas atrás?
R/. Porque, en el Jordán, Cristo ha sido bautizado por Juan.
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,15-16.21-22)*
EN aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y
todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les
respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no
merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu
Santo y fuego».
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue
bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo
sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del
cielo:
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».
Palabra del Señor
Cántico Evangélico
Ant: Cristo es bautizado y el universo entero se purifica; el Señor nos
obtiene el perdón de los pecados; limpiémonos todos por el agua y el Espíritu.
†
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a
recitar)
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Cristo es bautizado y el universo entero se purifica; el Señor nos
obtiene el perdón de los pecados; limpiémonos todos por el agua y el Espíritu.
Roguemos a nuestro Redentor, bautizado por Juan en
el Jordán y digámosle:
Señor, ten piedad
Oh Cristo que, al manifestarte al mundo, has
iluminado a todos los hombres,
concede luz abundante a cuantos hoy se relacionen con nosotros.
Oh Cristo, que para enseñarnos un camino de
humildad te abajaste recibiendo el bautismo de Juan,
danos un espíritu de humilde servicio a todos los hombres.
Oh Cristo, que por tu bautismo nos purificaste de
todo pecado y nos hiciste hijos del Padre,
concede el espíritu de adopción a todos los que buscan a Dios con
sinceridad.
Oh Cristo, que en tu bautismo abriste una puerta de
salvación para los cristianos y santificaste la creación entera,
haz de todos nosotros ministros de tu Evangelio en el mundo.
Oh Cristo, que en tu bautismo nos revelaste a la
Trinidad,
renueva el espíritu de adopción y el sacerdocio real de los bautizados.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por
esto, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase
tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro
pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en
la tentación, y líbranos del mal.
Final
Dios todopoderoso y eterno, que en el bautismo de
Cristo, en el Jordán, quisiste revelar solemnemente que él era tu Hijo amado
enviándole tu Espíritu Santo, concede a tus hijos de adopción, renacidos del
agua y del Espíritu Santo, perseverar siempre en tu benevolencia. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en
el rezo individual:
†
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R/. Amén.
Bautismo del Señor, solemnidad
Vísperas
Inicio
†
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
Himno
Mas ¿por qué se ha de lavar
el Autor de la limpieza?
Porque el Bautismo hoy empieza
y él lo quiere inaugurar.
Juan es gracia y tiene tantas,
que confiesa el mundo de él
que hombre no nació mayor
ni delante, ni después.
Y, para que hubiera alguno
mayor que él, fue menester
que viniera a hacerse hombre
la Palabra que Dios es.
Esta Palabra hecha carne
que ahora Juan tiene a sus pies,
esperando que la lave
sin haber hecho por qué.
Y se rompe todo el cielo,
y entre las nubes se ve
una paloma que viene
a posarse sobre él.
Y se oye la voz del Padre
que grita: "Tratadlo bien;
mi hijo querido es."
Y así Juan, al mismo tiempo,
vio a Dios en personas tres,
voz y paloma en los cielos,
y al Verbo eterno a sus pies. Amén.
Primer Salmo
Salmo 109,1-5.7: El Mesías, Rey y Sacerdote
Ant: Vino una voz del cielo y se oyó la voz del Padre: «Éste es mi Hijo, el
amado, mi predilecto; escuchadlo.»
Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus
enemigos estrado de sus pies (1Co 15,25)
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora».
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso, levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Vino una voz del cielo y se oyó la voz del Padre: «Éste es mi Hijo, el
amado, mi predilecto; escuchadlo.»
Segundo Salmo
Salmo 111: Felicidad del justo
Ant: En el rió Jordán aplastó nuestro Salvador la cabeza del antiguo dragón y
nos libró a todos de su esclavitud.
Caminad como hijos de la luz: toda bondad, justicia
y verdad son el fruto de la luz (Ef 5,8-9)
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: En el rió Jordán aplastó nuestro Salvador la cabeza del antiguo dragón y
nos libró a todos de su esclavitud.
Cántico NT
Apocalipsis 15, 3-4: Himno de adoración
Ant: Hoy se nos revela un gran misterio, porque el Creador de los hombres
purifica en el Jordán nuestros pecados.
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Hoy se nos revela un gran misterio, porque el Creador de los hombres
purifica en el Jordán nuestros pecados.
Lectura Bíblica
Hch 10,37-38
Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos,
cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero
a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó
haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba
con él.
V/. Éste es el que vino, con agua y con sangre.
R/. Éste es el que vino, con agua y con sangre.
V/. Jesucristo nuestro Señor.
R/. Con agua y con sangre.
V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Éste es el que vino, con agua y con sangre.
Cántico Evangélico
Ant: Cristo Jesús nos amó, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre,
nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre, a él la
gloria y el poder por los siglos de los siglos.
†
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a
recitar)
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Cristo Jesús nos amó, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre,
nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre, a él la
gloria y el poder por los siglos de los siglos.
Preces
Roguemos a nuestro Redentor, bautizado por Juan en
el Jordán, y supliquémosle diciendo:
Envía, Señor, tu Espíritu sobre nosotros
Oh Cristo, servidor de Dios, en quien el Padre
tiene todo su gozo,
envía tu Espíritu sobre nosotros
Oh Cristo, elegido de Dios, tú que no quebraste la
caña cascada ni apagaste el pábilo vacilante,
compadécete de cuantos te buscan con sinceridad
Oh Cristo, Hijo de Dios, a quien el Padre ha elegido
como alianza del pueblo y luz de las naciones,
abre por el bautismo los ojos de los que no ven
Oh Cristo, salvador de los hombres, a quien el
Padre ungió con el Espíritu Santo y envió para salvación del mundo,
haz que todos los hombres te conozcan y crean en ti, para que así obtengan
la vida eterna
Oh Cristo, esperanza nuestra, que llevas la luz de
la salvación a los pueblos que yacen en las tinieblas de la ignorancia,
recibe junto a ti, en tu reino, a nuestros difuntos
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Concluyamos nuestra súplica con la oración que el
mismo Señor nos enseñó:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase
tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro
pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en
la tentación, y líbranos del mal.
Final
Dios todopoderoso y eterno, que en el bautismo de
Cristo, en el Jordán, quisiste revelar solemnemente que él era tu Hijo amado
enviándole tu Espíritu Santo, concede a tus hijos de adopción, renacidos del
agua y del Espíritu Santo, perseverar siempre en tu benevolencia. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en
el rezo individual:
†
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R/. Amén.