Musica Para el Alma

domingo, 30 de abril de 2023

LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL 1 DE MAYO


 

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

 

LUNES SEMANA IV DE PASCUA

 

 

1 de mayo

 

*SAN JOSÉ OBRERO. (MEMORIA)*

 

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)


V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Venid, adoremos a Cristo, el Señor, que quiso ser tenido como hijo del carpintero. Aleluya. 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Venid, adoremos a Cristo, el Señor, que quiso ser tenido como hijo del carpintero. Aleluya.

Himno: LLAMANDO A TRABAJO AL MUNDO

Llamando a trabajo al mundo
la aurora de la mañana,
saluda al son del martillo
la casa nazaretana.

Salve, padre de familia,
de cuyas manos sudadas
el Artífice divino
copió labor artesana.

Reinando en la cumbre del cielo
junto a tu esposa sin mácula,
oye a tus fieles devotos
sumergidos en desgracias.

Quita violencias y engaños
y hurtos al pobre en ganancias,
baste a todos el vivir
con una sencilla holganza.

Por ti, José, Dios altísimo
dirija nuestras pisadas
en paz y santa alegría
por las sendas de la Patria. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Mi corazón y mi carne se alegran por ti, Dios vivo. Aleluya.

Salmo 83 - AÑORANZA DEL TEMPLO

¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
se alegran por el Dios vivo.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.

Dichosos los que viven en tu casa
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:

cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de altura en altura
hasta ver a Dios en Sión.

Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.

Un solo día en tu casa
vale más que otros mil,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.

Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria,
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.

¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en ti!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mi corazón y mi carne se alegran por ti, Dios vivo. Aleluya.

Ant 2. Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya.

Cántico: EL MONTE DE LA CASA DEL SEÑOR EN LA CIMA DE LOS MONTES Is 2, 2-5

Al final de los días estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas.

Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.
Dirán : «Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob:

Él nos instruirá en sus caminos,
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la Ley,
de Jerusalén la palabra del Señor.»

Será el árbitro de las naciones,
el juez de pueblos numerosos.

De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.

Casa de Jacob, ven;
caminemos a la luz del Señor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya.

Ant 3. Decid a los pueblos: El Señor es rey. Aleluya.

Salmo 95 - EL SEÑOR, REY Y JUEZ DEL MUNDO.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.

Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.

Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.»

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,

delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Decid a los pueblos: El Señor es rey. Aleluya.

LECTURA BREVE   2S 7, 28-29

Mi Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo. Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Lo nombró administrador de su casa. Aleluya, aleluya.
R. Lo nombró administrador de su casa. Aleluya, aleluya.

V. Señor de todas sus posesiones.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lo nombró administrador de su casa. Aleluya, aleluya.

 

 

 

V. En tu resurrección, oh Cristo. Aleluya.

R. El cielo y la tierra se alegran. Aleluya.

 

PRIMERA LECTURA

 

Del libro del Apocalipsis 17, 1-18

 

BABILONIA LA GRANDE

 

Yo, Juan, tuve otra visión:

 

Vi a uno de los siete ángeles portadores de las siete copas y, hablando conmigo, me dijo:

 

«Ven, voy a mostrarte el juicio contra la gran Ramera, la que está sentada sobre muchas aguas, con la que han fornicado los reyes de la tierra, y con la que se han embriagado los moradores de la tierra, con el vino de su prostitución.»

 

Llevóme en espíritu a un desierto, y vi a una mujer sentada sobre una bestia roja, llena de nombres blasfemos, que tenía siete cabezas y diez cuernos. La mujer estaba vestida de púrpura y grana; iba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas; y tenía en su mano una copa de oro, rebosante de abominaciones y de las inmundicias de su prostitución. Sobre su frente llevaba escrito un nombre misterioso: «Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.» Vi a la mujer embriagándose con la sangre de los santos y con la sangre de los testigos de Jesús; y a su vista me asombré grandemente. El ángel me dijo:

 

«¿De qué te admiras? Yo te declararé el misterio de la mujer y de la Bestia que la lleva, de la Bestia de siete cabezas y diez cuernos. La Bestia que has visto era, pero ya no es; está a punto de subir del abismo pero va a su perdición. Quedarán atónitos los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la creación del mundo, cuando vean aparecer la Bestia que era y que no es, y que reaparecerá.

 

Aquí se requiere inteligencia, tener sabiduría. Las siete cabezas son las siete montañas sobre las que está sentada la mujer. Son también siete reyes. Cinco de ellos han caído ya; uno permanece aún; el otro no ha venido todavía. Pero, cuando venga, permanecerá poco tiempo. La Bestia que era y que ya no es hace el octavo rey; y es uno de los siete, pero va a su perdición.

 

Los diez cuernos que viste son diez reyes, que todavía no han recibido su reino; pero recibirán autoridad como de reyes por una hora, juntamente con la Bestia. No tienen más que una intención: entregar a la Bestia su poder y su autoridad. Lucharán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y vencerán también los que con él están, los convocados, los elegidos, los fieles.»

 

Y continuó el ángel:

 

«Las aguas que has visto, sobre las cuales está sentada la Ramera, son los pueblos, multitudes, naciones y lenguas. Los diez cuernos que has visto y la Bestia van a aborrecer a la Ramera, la dejarán despojada y desnuda, comerán sus carnes y la consumirán con fuego. Dios ha movido sus corazones para que ejecuten su designio, obrando bajo el mismo y único designio de Dios, y entregarán su soberanía a la Bestia, hasta que se cumplan los oráculos divinos. La mujer que has visto es la gran Ciudad que ejerce la soberanía sobre todos los reyes de la tierra.»

 

RESPONSORIO    Ap 17, 14; 6, 2

 

R. Los reyes de la tierra lucharán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, * porque él es Señor de señores y Rey de reyes. Aleluya.

V. Le fue dada una corona, y salió como vencedor para alcanzar más victorias.

R. Porque él es Señor de señores y Rey de reyes. Aleluya.

 

SEGUNDA LECTURA

 

De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios

(Cap. 36, 1-2; 37-38: Funk 1, 145-149)

 

MUCHOS SON LOS SENDEROS, PERO UNO SOLO ES EL CAMINO

 

Éste es, amados hermanos, el camino por el que llegamos a la salvación, Jesucristo, el sumo sacerdote de nuestras oblaciones, sostén y ayuda de nuestra debilidad.

 

Por él, podemos elevar nuestra mirada hasta lo alto de los cielos; por él, vemos como en un espejo el rostro inmaculado y excelso de Dios; por él, se abrieron los ojos de nuestro corazón; por él, nuestra mente, insensata y entenebrecida, se abre al resplandor de la luz; por él, quiso el Señor que gustásemos el conocimiento inmortal, ya que él es el resplandor de su gloria y ha llegado a ser tanto mayor que los ángeles, cuanto es más augusto que el de ellos el nombre que ha recibido en herencia.

 

Militemos, pues, hermanos, con todas nuestras fuerzas, bajo sus órdenes irreprochables.

 

Fijémonos en los soldados que prestan servicio bajo las órdenes de nuestros gobernantes: su disciplina, su obediencia, su sometimiento en cumplir las órdenes que reciben. No todos son generales ni comandantes ni centuriones ni oficiales ni todos tienen alguna graduación; sin embargo, cada cual, en el sitio que le corresponde, cumple lo que le manda el rey o cualquiera de sus jefes. Ni los grandes podrían hacer nada sin los pequeños, ni los pequeños sin los grandes; la efectividad depende precisamente de la conjunción de todos.

 

Tomemos como ejemplo a nuestro cuerpo. La cabeza sin los pies no es nada, como tampoco los pies sin la cabeza; los miembros más ínfimos de nuestro cuerpo son necesarios y útiles a la totalidad del cuerpo; más aún, todos ellos se coordinan entre sí para el bien de todo el cuerpo. Procuremos, pues, conservar la integridad de este cuerpo que formamos en Cristo Jesús, y que cada uno se ponga al servicio de su prójimo según la gracia que le ha sido asignada por donación de Dios.

 

El fuerte sea protector del débil, el débil respete al fuerte; el rico dé al pobre, el pobre dé gracias a Dios por haberle deparado quien remedie su necesidad. El sabio manifieste su sabiduría no con palabras, sino con buenas obras; el humilde no dé testimonio de sí mismo, sino deje que sean los demás quienes lo hagan. El que es casto en su cuerpo no se gloríe de ello, sabiendo que es otro quien le otorga el don de la continencia.

 

Consideremos, pues, hermanos, de qué materia fuimos hechos, cuáles éramos al entrar en este mundo; de qué sepulcro y tinieblas nos sacó nuestro Creador, para introducirnos en su mundo, donde ya de antemano, antes de nuestra existencia, nos tenía preparados sus dones.

 

Por esto debemos dar gracias a aquel de quien nos vienen todos estos bienes, al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

 

RESPONSORIO    Col 1, 18; 2, 12b. 9-10. 12a

 

R. Él es la cabeza del cuerpo de la Iglesia; él es el principio, el primogénito de entre los muertos; * con él resucitasteis mediante la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.

V. En él, en su cuerpo glorificado, habita toda la plenitud de la divinidad e, incorporados a él, alcanzáis también vosotros esa plenitud en él, al ser sepultados con él en el bautismo.

R. Con él resucitasteis mediante la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.

 

 

 

 

Memoria de San José, Obrero

Miércoles, 1 de mayo

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,54-58):


54 Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: « ¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?
55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
56 Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?»
57 Y se escandalizaban a causa de él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio.»
58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe.


Palabra del Señor



CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Por medio del honrado desempeño del oficio de carpintero, José ha venido a ser el modelo admirable de todos los trabajadores. Aleluya.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Por medio del honrado desempeño del oficio de carpintero, José ha venido a ser el modelo admirable de todos los trabajadores. Aleluya.

PRECES

Acudamos suplicantes al Señor, el único que puede hacernos justos, y digámosle suplicantes:

Con tu justicia, Señor, danos vida.

Tú, Señor, que llamaste a nuestros padres en la fe para que caminasen en tu presencia con un corazón sincero,
haz que también nosotros, siguiendo sus huellas, seamos santos ante tus ojos.

Tú que elegiste a José, varón justo, para que cuidara de tu Hijo durante su niñez y adolescencia,
haz que también nosotros nos consagremos al servicio del cuerpo de Cristo, sirviendo a nuestros hermanos.

Tú que entregaste la tierra a los hombres para que la llenaran y la sometieran,
ayúdanos a trabajar con empeño en nuestro mundo, pero teniendo siempre nuestros ojos puestos en tu gloria.

No te olvides, Padre del universo, de la obra de tus manos
y haz que todos los hombres, mediante su trabajo honesto, tengan una vida digna.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Porque somos miembros de la familia de Dios, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACION

Dios nuestro, creador del universo, que has establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu obra, haz que, guiados por el ejemplo de san José y ayudados por sus plegarias, realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

 

 

 

 

VÍSPERAS

(Oración de la tarde)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: CANTARÁN, LLORARÁN RAZAS Y HOMBRES

 

Cantarán, llorarán razas y hombres,

buscarán la esperanza en el dolor,

el secreto de vida es ya presente:

resucitó el Señor.

 

Dejarán de llorar los que lloraban,

brillará en su mirar la luz del sol,

ya la causa del hombre está ganada:

resucitó el Señor.

 

Volverán entre cánticos alegres

los que fueron llorando a su labor,

traerán en sus brazos la cosecha:

resucitó el Señor.

 

Cantarán a Dios Padre eternamente

la alabanza de gracias por su don,

en Jesús ha brillado su Amor santo:

resucitó el Señor. Amén.

 

 

SALMODIA

 

Ant 1. El que está en Cristo es una nueva creación. Aleluya.

 

Salmo 135 I - HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y DEL ÉXODO.

 

Dad gracias al Señor porque es bueno:

porque es eterna su misericordia.

 

Dad gracias al Dios de los dioses:

porque es eterna su misericordia.

 

Dad gracias al Señor de los señores:

porque es eterna su misericordia.

 

Sólo él hizo grandes maravillas:

porque es eterna su misericordia.

 

Él hizo sabiamente los cielos:

porque es eterna su misericordia.

 

El afianzó sobre las aguas la tierra:

porque es eterna su misericordia.

 

Él hizo lumbreras gigantes:

porque es eterna su misericordia.

 

El sol que gobierna el día:

porque es eterna su misericordia.

 

La luna que gobierna la noche:

porque es eterna su misericordia.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El que está en Cristo es una nueva creación. Aleluya.

 

Ant 2. Amemos a Dios porque él nos ha amado antes. Aleluya.

 

Salmo 135 II

 

El hirió a Egipto en sus primogénitos:

porque es eterna su misericordia.

 

Y sacó a Israel de aquel país:

porque es eterna su misericordia.

 

Con mano poderosa, con brazo extendido:

porque es eterna su misericordia.

 

Él dividió en dos partes el mar Rojo:

porque es eterna su misericordia.

 

Y condujo por en medio a Israel:

porque es eterna su misericordia.

 

Arrojó en el mar Rojo al Faraón:

porque es eterna su misericordia.

 

Guió por el desierto a su pueblo:

porque es eterna su misericordia.

 

Él hirió a reyes famosos:

porque es eterna su misericordia.

 

Dio muerte a reyes poderosos:

porque es eterna su misericordia.

 

A Sijón, rey de los amorreos:

porque es eterna su misericordia.

 

Y a Hog, rey de Basán:

porque es eterna su misericordia.

 

Les dio su tierra en heredad:

porque es eterna su misericordia.

 

En heredad a Israel, su siervo:

porque es eterna su misericordia.

 

En nuestra humillación se acordó de nosotros:

porque es eterna su misericordia.

 

Y nos libró de nuestros opresores:

porque es eterna su misericordia.

 

Él da alimento a todo viviente:

porque es eterna su misericordia.

 

Dad gracias al Dios del cielo:

porque es eterna su misericordia.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Amemos a Dios porque él nos ha amado antes. Aleluya.

 

Ant 3. De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.

 

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10

 

Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha bendecido en la persona de Cristo

con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

 

El nos eligió en la persona de Cristo,

antes de crear el mundo,

para que fuésemos consagrados

e irreprochables ante él por el amor.

 

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,

por pura iniciativa suya,

a ser sus hijos,

para que la gloria de su gracia,

que tan generosamente nos ha concedido

en su querido Hijo,

redunde en alabanza suya.

 

Por este Hijo, por su sangre,

hemos recibido la redención,

el perdón de los pecados.

El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia

ha sido un derroche para con nosotros,

dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

 

Éste es el plan

que había proyectado realizar por Cristo

cuando llegase el momento culminante:

hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,

las del cielo y las de la tierra.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.

 

LECTURA BREVE   Hb 8, 1b-3a

 

Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.

R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.

 

V. Al ver al Señor.

R. Aleluya. Aleluya.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. Tengo otras ovejas que no son de este redil; es necesario que las recoja, y oirán mi voz, para que se forme un solo rebaño y un solo pastor. Aleluya.

 

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de su misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Tengo otras ovejas que no son de este redil; es necesario que las recoja, y oirán mi voz, para que se forme un solo rebaño y un solo pastor. Aleluya.

 

PRECES

 

Llenos de gozo, oremos a Cristo, el Señor, que con su resurrección ha iluminado al mundo entero, y digámosle:

 

Cristo, vida nuestra, escúchanos.

 

Señor Jesús, que te hiciste compañero de camino de los discípulos que dudaban de ti,

acompaña también a tu Iglesia peregrina entre las dificultades e incertidumbres de esta vida.

 

No permitas que tus fieles sean tardos y necios para creer,

y aumenta su fe para que te proclamen vencedor de la muerte.

 

Mira, Señor, con bondad a cuantos no te reconocieron en su camino,

y manifiéstate a ellos para que te confiesen como salvador suyo.

 

Tú que por la cruz reconciliaste a todos los hombres, uniéndolos, en tu cuerpo,

concede la paz y la unidad a las naciones.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres

 

Tú que eres el juez de vivos y muertos,

otorga a los difuntos que creyeron en ti la remisión de todas sus culpas.

 

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:

 

Padre nuestro...

 

ORACION

 

Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los gozos del cielo a quienes has librado de la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

COMPLETAS

(Oración antes del descanso nocturno)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

EXAMEN DE CONCIENCIA

 

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

 

Yo confieso ante Dios todopoderoso

y ante vosotros, hermanos,

que he pecado mucho

de pensamiento, palabra, obra y omisión:

por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

 

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,

a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,

que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

 

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

Himno: EN TI, SEÑOR, REPOSAN NUESTRAS VIDAS

 

En ti, Señor, reposan nuestras vidas

en el descanso santo de la noche;

tú nos preparas para la alborada

y en el Espíritu Santo nos acoges.

 

En apartadas y lejanas tierras

el sol ha despertado las ciudades;

amigo de los hombres, ve sus penas

y ensancha de tu amor los manantiales.

 

Vencedor de la muerte y de las sombras,

Hijo eterno de Dios, resucitado,

líbranos del peligro de la noche

al dormirnos confiados en tus brazos. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.

 

Salmo 85 - ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES.

 

Inclina tu oído, Señor; escúchame,

que soy un pobre desamparado;

protege mi vida, que soy un fiel tuyo;

salva a tu siervo, que confía en ti.

 

Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,

que a ti te estoy llamando todo el día;

alegra el alma de tu siervo,

pues levanto mi alma hacia ti;

 

porque tú, Señor, eres bueno y clemente,

rico en misericordia con los que te invocan.

Señor, escucha mi oración,

atiende a la voz de mi súplica.

 

En el día del peligro te llamo,

y tú me escuchas.

No tienes igual entre los dioses, Señor,

ni hay obras como las tuyas.

 

Todos los pueblos vendrán

a postrarse en tu presencia, Señor;

bendecirán tu nombre:

«Grande eres tú, y haces maravillas;

tú eres el único Dios.»

 

Enséñame, Señor, tu camino,

para que siga tu verdad;

mantén mi corazón entero

en el temor de tu nombre.

 

Te alabaré de todo corazón, Dios mío;

daré gloria a tu nombre por siempre,

por tu grande piedad para conmigo,

porque me salvaste del abismo profundo.

 

Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,

una banda de insolentes atenta contra mi vida,

sin tenerte en cuenta a ti.

 

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,

lento a la cólera, rico en piedad y leal,

mírame, ten compasión de mí.

 

Da fuerza a tu siervo,

salva al hijo de tu esclava;

dame una señal propicia,

que la vean mis adversarios y se avergüencen,

porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

 

LECTURA BREVE   1Ts 5, 9-10

 

Dios nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

 

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.

R. Aleluya, aleluya.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.

 

CÁNTICO DE SIMEÓN       Lc 2, 29-32

 

Ahora, Señor, según tu promesa,

puedes dejar a tu siervo irse en paz,

 

porque mis ojos han visto a tu Salvador,

a quien has presentado ante todos los pueblos

 

luz para alumbrar a las naciones

y gloria de tu pueblo Israel.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.

 

ORACION

 

OREMOS,

Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

BENDICIÓN

 

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.

R. Amén.

 

ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN

 

Reina del cielo, alégrate, aleluya,

porque Cristo,

a quien llevaste en tu seno, aleluya,

ha resucitado, según su palabra, aleluya.

Ruega al Señor por nosotros, aleluya.