Lecturas de
la semana 2º de Adviento - Ciclo B
Miércoles, 9 de diciembre de 2020
Primera lectura
Lectura del
libro de Isaías (40,25-31):
«¿CON quién podréis compararme,
quién es semejante a mi?», dice el Santo.
Alzad los ojos a lo alto y mirad:
¿quién creó esto?
Es él, que despliega su ejército al completo
y a cada uno convoca por su nombre.
Ante su grandioso poder, y su robusta fuerza,
ninguno falta a su llamada.
¿Por qué andas diciendo, Jacob,
y por qué murmuras, Israel:
«Al Señor no le importa mi destino,
mi Dios pasa por alto mis derechos»?
¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído?
El Señor es un Dios eterno
que ha creado los confines de la tierra.
No se cansa, no se fatiga,
es insondable su inteligencia.
Fortalece a quien está cansado,
acrecienta el vigor del exhausto.
Se cansan los muchachos, se fatigan,
los jóvenes tropiezan y vacilan;
pero los que esperan en el Señor
renuevan sus fuerzas,
echan alas como las águilas,
corren y no se fatigan,
caminan y no se cansan.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
102,1-2.3-4.8.10
R/. Bendice, alma mía, al Señor
V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
R/. Bendice, alma mía, al Señor
V/. Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. R/.
R/. Bendice, alma mía, al Señor
V/. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestro pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.
R/. Bendice,
alma mía, al Señor
Miércoles,
9 de diciembre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Mateo (11,28-30):
28 «Venid a mí todos los que estáis
fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.
29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón; = y hallaréis descanso para vuestras
almas. =
30 Porque mi yugo es suave y mi carga
ligera.»
Palabra del
Señor
(Venid a
mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso)
*Me llama a la atención la parte que dice: “Venid a mí los fatigados y
sobrecargados”. Siento dentro de mí como que el Señor, abre de par en par, las
puertas de su corazón. Un corazón lleno de amor y de misericordia. Estás
palabras sólo pueden tener sentido, si me siento fatigado y sobrecargado, ese
es el boleto de entrada, para poderme acercar al corazón del Señor. La buena
noticia para mi es que el Señor que me conoce y sabe de todas las
intranquilidades que hay dentro de mí, que vivo muchas veces en el esfuerzo
humano, y esto me produce desaliento, desanimo, cada vez que veo mi esfuerzo
tirado por tierra. Pero el Señor me abre hoy las puertas de su corazón para que,
aprenda a descansar en él, en su amor y en su misericordia*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.