Musica Para el Alma

jueves, 26 de noviembre de 2020

LAS LECTURAS DEL VIERNES 27 DE NOVIEMBRE 2020


 

Lecturas de la 34º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Viernes, 27 de noviembre de 2020

Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis (20,1-4.11-15):

Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo y una cadena grande en la mano. Sujetó al dragón,
la antigua serpiente, o sea, el Diablo o Satanás, y lo encadenó por mil años; lo arrojó al abismo, echó la llave y puso un sello encima, para que no extravíe a las naciones antes que se cumplan los mil años. Después tiene que ser desatado por un poco de tiempo. Vi unos tronos y se sentaron sobre ellos, y se les dio el poder de juzgar; vi también las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen y no habían recibido su marca en la frente ni en la mano. Estos volvieron a la vida y reinaron con Cristo mil años.
Vi un trono blanco y grande, y al que estaba sentado en él. De su presencia huyeron cielo y tierra, y no dejaron rastro. Vi a los muertos, pequeños y grandes, de pie ante el trono. Se abrieron los libros y se abrió otro libro, el de la vida. Los muertos fueron juzgados según sus obras, escritas en los libros. El mar devolvió a sus muertos, Muerte y Abismo devolvieron a sus muertos, y todos fueron juzgados según sus obras. Después, Muerte y Abismo fueron arrojados al lago de fuego —el lago de fuego es la muerte segunda—. Y si alguien no estaba escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.
Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 83

R/.
 He aquí la morada de Dios entre los hombres.

V/. Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R/.


R/. He aquí la morada de Dios entre los hombres


V/. Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor del universo,
Rey mío y Dios mío. R/.


R/. He aquí la morada de Dios entre los hombres


V/. Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichoso el que encuentra en ti su fuerza.
Caminan de baluarte en baluarte. R/.

 

R/. He aquí la morada de Dios entre los hombres

 

Viernes, 27 de noviembre de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,29-33):

   29 Les añadió una parábola: «Mirad la higuera y todos los árboles.

   30 Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya cerca.

   31 Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el Reino de Dios está cerca.

   32 Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.

   33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.


Palabra del Señor

 

(Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán)

 

*El Señor con su gran pedagogía, me hace sentir con alegría, me hace una invitación a que me fije en los tiempos, que me hablan de él. Cuando comienzan a salir los fruto eso me indica que habrá comida, que mi hambre será saciada, que solo debo esperar un poco más de tiempo. Así también el Señor quiere que en este tiempo comience a brotar de mí, fruto de conversión, que me deje guiar, que me deje ayudar. Esto me llevará a la humildad, porque siempre me encontrare con persona que me quieren ayudar en la fe. Pero también en el camino hacia la fe, encontrare personas en mi contra porque, decidí obedecer la palabra del Señor y no a los hombres. La buena noticia es que el Señor de una manera especial me invita a ponerme al servicio de su palabra y me dice muy claro todo pasara, pero que su palabra no pasara*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.