Musica Para el Alma

martes, 3 de noviembre de 2020

LAS LECTURAS DEL MIERCOLES 4 DE NOVIEMBRE 2020


 

Lecturas de la 31º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Miércoles, 4 de noviembre de 2020

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,12-18):

Ya que siempre habéis obedecido, no sólo cuando yo estaba presente, sino mucho más ahora en mi ausencia, seguid actuando vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros el querer y la actividad para realizar su designio de amor. Cualquier cosa que hagáis, sea sin protestas ni discusiones, así seréis irreprochables y límpidos, hijos de Dios sin tacha, en medio de una gente torcida y depravada, entre la cual brilláis como lumbreras del mundo, mostrando una razón para vivir. El día de Cristo, eso será una honra para mí, que no he corrido ni me he fatigado en vano. Y, aun en el caso de que mi sangre haya de derramarse, rociando el sacrificio litúrgico que es vuestra fe, yo estoy alegre y me asocio a vuestra alegría; por vuestra parte, estad alegres y asociaos a la mía.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 26,1.4.13-14

R/.
 El Señor es mi luz y mi salvación

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.


R/. El Señor es mi luz y mi salvación


Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.


R/. El Señor es mi luz y mi salvación


Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.

 

R/. El Señor es mi luz y mi salvación

 

Miércoles, 4 de noviembre de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,25-33):

   25 Caminaba con él mucha gente, y volviéndose les dijo:

   26 «Si alguno viene donde mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío.

   27 El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío.

   28 «Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla?

   29 No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo:

   30 "Este comenzó a edificar y no pudo terminar."

   31 O ¿qué rey, que sale a enfrentarse contra otro rey, no se sienta antes y delibera si con 10.000 puede salir al paso del que viene contra él con 20.000?

   32 Y si no, cuando está todavía lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz.

   33 Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.


Palabra del Señor

 

(Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío).

 

*El Señor me habla muy claro y me hace ver que con tantas cosas no puedo seguirle. Siento que el Señor me esta reclama su puesto, el me conoce y sabe que fácilmente tengo a alguien en su puesto, puede ser que sean mis padre, o mis hijos, o mi trabajo. El Señor me invita a reflexionar seria mente ¿Qué es lo más importante para mí en esta vida? ¿Qué está ocupando dentro de mi corazón, el puesto del Señor? Y esta palabra me pone a pensar y siento tristeza en mi corazón, porque pensaba que no era apegado a nada en esta tierra, y me encuentro con la gran sorpresa que soy muy afectivo, y esta palabra como una espada atraviesa mi corazón y me causa una herida, cuando me dice: (El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío). Tengo una esperanza y es que como el Señor es paciente y misericordioso, y me regala un poco de tiempo para pedir condiciones de paz*.    

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.