*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
DOMINGO SEMANA III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva.
Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva.
Aleluya.
Himno: LAS SOMBRAS OSCURAS HUYEN.
Las sombras oscuras huyen,
ya va pasando la noche;
y el sol, con su luz de fuego,
nos disipa los temores.
Ya se apagan las estrellas
y se han encendido soles;
el rocío cae de los cielos
en el cáliz de las flores.
Las criaturas van vistiendo
sus galas y sus colores,
porque al nacer nuevo día
hacen nuevas las canciones.
¡Lucero, Cristo, del alba,
que paces entre esplendores,
apacienta nuestras vidas
ya sin sombras y sin noches!
¡Hermoso Cristo, el Cordero,
entre collados y montes! Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Salmo 92 - GLORIA DEL DIOS CREADOR
El Señor reina vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Ant 2. Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Ant 3. Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
Salmo 148 - ALABANZA DEL DIOS CREADOR
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles,
alabadlo todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes,
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar.
Rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes.
Montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros.
Fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo.
Los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
LECTURA BREVE Ez 37, 12b-14
Así dice el Señor. «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de
vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y cuando
abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis
que yo soy el Señor: os infundiré mi espíritu y viviréis, os colocaré en
vuestra tierra y sabréis que yo el Señor lo digo y lo hago.» Oráculo del Señor.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre.
R. Ten piedad de nosotros.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Primera Lectura
Comienza
el libro de Ben Sirá 1, 1-25
EL
MISTERIO DE LA DIVINA SABIDURÍA
Toda
sabiduría viene del Señor y está con él eternamente. La arena de las playas,
las gotas de la lluvia, los días de los siglos ¿quién los contará? La altura
del cielo, la anchura de la tierra, la hondura del abismo quién las rastreará?
Antes que todo, fue creada la sabiduría, la inteligente prudencia antes de los
siglos. La fuente de la sabiduría es la palabra de Dios en el cielo, y sus
canales son los mandamientos eternos. La raíz de la sabiduría ¿a quién se
reveló? La destreza desplegada en sus obras ¿quién la conoció? La ciencia de la
sabiduría ¿a quién se descubrió? Su experiencia ¿quién la comprendió? Uno solo
es el sabio, temible en extremo: el que está sentado en su trono. Él mismo la creó,
la conoció y la midió, la derramó sobre todas sus obras, la repartió entre los vivientes
con largueza y se la regaló a los que lo aman.
El temor del Señor es gloria y honor, es gozo y corona de júbilo. El temor del
Señor deleita el corazón, trae gozo y alegría y vida larga. El que teme al
Señor tendrá buen desenlace, el día de su muerte lo bendecirán.
El principio de la sabiduría es el temor del Señor: ya desde el seno materno
acompaña al fiel y se crea con él. Entre los hombres puso su nido para siempre
y se mantiene fiel con su descendencia. La plenitud de la sabiduría es el temor
del Señor: con sus frutos sacia a los fieles, llena de tesoros su casa y de sus
productos las despensas. La corona de la sabiduría es el temor del Señor: sus
brotes son la paz y la salud. Dios hace llover la inteligencia y la prudencia,
y exalta la gloria de los que la poseen la raíz de la sabiduría es el temor del
Señor, y sus ramas son una vida larga.
Responsorio Sir 1, 7. 10. 1. 9
R. La ciencia de la sabiduría ¿a quién se descubrió? El Altísimo
la derramó sobre todas sus obras * y
se la regaló a los que lo aman.
V. Toda sabiduría viene del Señor, él mismo la creó.
R. Y se la regaló a los que lo aman.
Segunda Lectura
De
la Regla pastoral de san Gregorio Magno, papa
(Libro 2, 4: PL 77, 30-31)
EL
PASTOR DEBE SABER GUARDAR SILENCIO CON DISCRECIÓN Y HABLAR CUANDO ES ÚTIL
El pastor debe saber guardar silencio con discreción y hablar cuando es útil,
de tal modo que nunca diga lo que se debe callar ni deje de decir aquello que
hay que manifestar. Porque, así como el hablar indiscreto lleva al error, así
el silencio imprudente deja en su error a quienes pudieran haber sido adoctrinados.
Porque, con frecuencia, acontece que hay algunos prelados poco prudentes, que
no se atreven a hablar con libertad por miedo de perder la estima de sus
súbditos; con ello, como lo dice la Verdad, no cuidan a su grey con el interés
de un verdadero pastor, sino a la manera de un mercenario, pues callar y
disimular los defectos es lo mismo que huir cuando se acerca el lobo.
Por eso, el Señor reprende a estos prelados, llamándoles, por boca del profeta:
Perros mudos, incapaces de ladrar. Y también dice de ellos en otro lugar: No
acudieron a la brecha ni levantaron cerco en torno a la casa de Israel, para que
resistiera en la batalla, el día del Señor. Acudir a la brecha significa aquí
oponerse a los grandes de este mundo, hablando con entera libertad para
defender a la grey; y resistir en la batalla el día del Señor es lo mismo que
luchar por amor a la justicia contra los males que acechan.
¿Y qué otra cosa significa no atreverse el pastor a predicar la verdad, sino
huir, volviendo la espalda, cuando se presenta el enemigo? Porque si el pastor
sale en defensa de la grey es como si en realidad levantara cerco en torno a la
casa de Israel. Por eso, en otro lugar, se dice al pueblo delincuente: Tus
profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas, y no te denunciaban tus
culpas para cambiar tu suerte. Pues hay que tener presente que en la Escritura
se da algunas veces el nombre de profeta a aquellos que, al recordar al pueblo
cuán caducas son las cosas presentes, le anuncian ya las realidades futuras.
Aquellos, en cambio, a quienes la palabra de Dios acusa de predicar cosas
falsas y engañosas son los que, temiendo denunciar los pecados, halagan a los
culpables con falsas seguridades y, en lugar de manifestarles sus culpas,
enmudecen ante ellos.
Porque la reprensión es la llave con que se abren semejantes postemas: ella
hace que se descubran muchas culpas que desconocen a veces incluso los mismos
que las cometieron. Por eso, san Pablo dice que el obispo debe ser capaz de
predicar una enseñanza sana y de rebatir a los adversarios. Y, de manera
semejante, afirma Malaquías: Labios sacerdotales han de guardar el saber, y en
su boca se busca la doctrina, porque es mensajero del Señor de los ejércitos. Y
también dice el Señor por boca de Isaías: Grita a plena voz, sin cesar, alza la
voz como una trompeta.
Quien quiera, pues, que se llega al sacerdocio recibe el oficio de pregonero,
para ir dando voces antes de la venida del riguroso juez que ya se acerca.
Pero, si el sacerdote no predica, ¿por ventura no será semejante a un pregonero
mudo? Por esta razón, el Espíritu Santo quiso asentarse, ya desde el principio,
en forma de lenguas sobre los pastores; así daba a entender que de inmediato
hacía predicadores de sí mismo a aquellos sobre los cuales había descendido.
Responsorio Sal 50, 16. 17
R. Enseñaré a los malvados tus caminos y los pecadores volverán
a ti. * Y
mi lengua cantará tu justicia.
V. Señor, abrirás mis labios: mi boca proclamará tu alabanza.
R. Y mi lengua cantará tu justicia.
Lecturas
del Domingo 27º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Domingo, 4 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Mateo (21,33-43):
33 «Escuchad otra parábola. Era un
propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y
edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó.
34 Cuando llegó el tiempo de los frutos,
envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos.
35 Pero los labradores agarraron a los
siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon.
36 De nuevo envió otros siervos en mayor
número que los primeros; pero los trataron de la misma manera.
37 Finalmente les envió a su hijo, diciendo:
"A mi hijo le respetarán."
38 Pero los labradores, al ver al hijo, se
dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con
su herencia."
39 Y agarrándole, le echaron fuera de la
viña y le mataron.
40 Cuando venga, pues, el dueño de la viña,
¿qué hará con aquellos labradores?»
41 Dícenle: «A esos miserables les dará una
muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos
a su tiempo.»
42 Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca
en las Escrituras: = La piedra que los constructores desecharon, en piedra
angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a
nuestros ojos? =
43 Por eso os digo: Se os quitará el Reino
de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos.»
Palabra del Señor
Antifona: La piedra que rechazaron los constructores vino a convertirse en piedra
angular
para el nuevo templo de Dios
CÁNTICO EVANGÉLICO
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antifona: La piedra que rechazaron los constructores vino a convertirse en piedra
angular
para el nuevo templo de Dios
PRECES
Invoquemos a Dios Padre que envió al Espíritu Santo, para que con
su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y digámosle:
*Ilumina, Señor, a tu pueblo*.
Te bendecimos, Señor, luz nuestra,
porque a gloria de tu nombre nos has hecho llegar a este nuevo día.
Tú que por la resurrección de tu Hijo quisiste iluminar el mundo,
haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.
Tú que por el Espíritu de la verdad adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo,
envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre fiel a ti.
Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las
tinieblas
y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan
extraviados, para que puedan volver al camino recto, concede a todos los
cristianos que se aparten de todo lo que sea indigno de ese nombre que llevan,
y que cumplan lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.