Viernes, 30 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,1-6):
1 Y sucedió que,
habiendo ido en sábado a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer,
ellos le estaban observando.
2 Había allí, delante de él, un hombre
hidrópico.
3 Entonces preguntó Jesús a los legistas y a
los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?»
4 Pero ellos se callaron. Entonces le tomó,
le curó, y le despidió.
5 Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros
se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al
momento?»
6 Y no pudieron replicar a esto.
Palabra del Señor
(Entonces le tomó, le curó, y le despidió)
*Puedo notar, el Señor no le pregunta al enfermo si quería
que lo curara sí o no. Cuando el Señor cura al que estaba enfermo, resulto que
entonces se descubrieron las enfermedades de los demás, de lo que se creían que
estaban muy sano. El enfermo que fue curado, cuando lo despiden se fue lleno de
alegría, y los que creían que estaban sanos, cuando se fueron, se fueron
cargado de odio, de resentimiento, de malos deseos. Hay una enseñanza para mí,
y es que no me crea sano delante de los demás. El problema de este enfermo era
que retenía líquidos en su cuerpo, y el problema mío es que retengo dentro de
mí, cosas que me han sucedido muchos años atrás, y cada vez que recuerdo lo
sucedido; me vuelve el sufrimiento, la angustia, la triste o la ira. Es por eso
que el Señor quiere que me reconcilie con mi pasado, para que pueda amar mi
futuro. Porque el Señor ha venido para tocar, para sanarme*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.