Jueves, 29 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,31-35):
31 En aquel mismo momento se acercaron
algunos fariseos, y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere
matarte.»
32 Y él les dijo: «Id a decir a ese zorro:
Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy
consumado.
33 Pero conviene que hoy y mañana y pasado
siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén.
34 «¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a
los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido
reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis
querido!
35 Pues bien, se os va a dejar vuestra casa.
Os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el día en que digáis: =
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!» =
Palabra del Señor
(«Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere
matarte.»).
*Esta frase me llama a la atención y me cuestiona
seriamente, y me lleva a preguntarme ¿Cuántas veces le he dicho al Señor sal y
vete de aquí? Para mi vergüenza, cuando he despreciado a distinta persona le
estoy diciendo al Señor (sal y vete de aquí) Lo mismo sucede cuando permito en
mi vida, el juicio, el chisme y la murmuración, cada vez que soy un
irresponsable en mi trabajo o en mi casa, y cuando siembro disgusto entre las
personas, cada vez que he hecho eso, le estoy diciendo al Señor (sal y
vete de aquí). La buena noticia para mi es que este lenguaje que usa el Señor, aunque
parezca ser un lenguaje duro, es sanador, y a la misma vez es libertador*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.