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viernes, 21 de agosto de 2020

LAS LECTURAS DEL SÁBADO 22 DE AGOSTO 2020

Sábado, 22 de agosto de 2020

Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (43,1-7a):

En aquellos días, el ángel me condujo a la puerta oriental: vi la gloria del Dios de Israel que venia de oriente, con estruendo de aguas caudalosas: la tierra reflejó su gloria. La visión que tuve era como la visión que había contemplado cuando vino a destruir la ciudad, como la visión que había contemplado a orillas del río Quebar. Y caí rostro en tierra. La gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental. Entonces me arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior. La gloria del Señor llenaba el templo.
Entonces oí a uno que me hablaba desde el templo –el hombre seguía a mi lado–, y me decía: «Hijo de Adán, éste es el sitio de mi trono, el sitio de las plantas de mis pies, donde voy a residir para siempre en medio de los hijos de Israel.»

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 84,9ab.10.11-12.13-14

R/.
 La gloria del Señor habitará en nuestra tierra

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Díos anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos. »
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.


R/. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra


La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.


R/. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra


El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.R/.

 

R/. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra

 

Sábado, 22 de agosto de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,1-12):

   1 Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos

   2 y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos.

   3 Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen.

   4 Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas.

   5 Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; 

   6 quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,

   7 que se les salude en las plazas y que la gente les llame "Rabbí".

   8 «Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos.

   9 Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo.

   10 Ni tampoco os dejéis llamar "Directores", porque uno solo es vuestro Director: el Cristo.

   11 El mayor entre vosotros será vuestro servidor.

   12 Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.


Palabra del Señor

 

(Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen)  

 

*Puedo ver parte del corazón de Jesús, como de él, brota toda bondad y un amor especial para que no caiga en la tentación de hacer lo malo y desear hacer lo malo. El Señor me invita para que escuche cuidadosamente todo buen consejo; y me esfuerce por ver lo bueno que hay en cada consejo. En la profundidad y el amor de esta palabra puedo ver la miseria que todavía existe dentro de mí. Nunca se me hubiera ocurrido, que un alcohólico, un droga dependiente, una mujer que se prostituye, un atracador, un ladrón, pudieran tener una palabra que me pueden ayudar en la fe. Yo he visto caso de padre alcohólico, que les dicen a sus hijos con lágrimas en los ojos que no beban. Madres que viven una vida de prostitución y en medio de sus sufrimientos hacen todo lo posible de que sus hijas no lleguen a esa vida. También he visto madres abandonadas que les dicen a los hijos amen a su padre y aunque ellas se están ahogando con el odio que llevan dentro. Por eso el Señor me regala esta palabra que hoy viene en mi ayuda: (Hagan y cumplan lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hace)*            

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.