Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Mateo (23,27-32):
27 «¡Ay de vosotros, escribas y
fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por
fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de
toda inmundicia!
28 Así también vosotros, por fuera aparecéis
justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de
iniquidad.
29 «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los
monumentos de los justos,
30 y decís: "Si nosotros hubiéramos
vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en
la sangre de los profetas!"
31 Con lo cual atestiguáis contra vosotros
mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas.
32 ¡Colmad también vosotros la medida de
vuestros padres!
Palabra del Señor
(Por
fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes)
*Hay
momento en mi vida que me siento tan justo, tan buena persona, que estoy muy
bien, delante del Señor, que decir el “Yo confieso” es una rutina porque no me siento un pecador. Es por eso
que el Señor tiene que utilizar un lenguaje duro y muy fuerte conmigo, hasta
ahora me he estado mirando en el espejo por fuera y puedo ver que por fuera
aparento una persona, bien, con deseo de ayudad, con buenos sentimientos, eso
es lo que puedo ver de mí mismo. Pero el Señor que mira más allá ha descubierto
unas series de cosas que al final me están haciendo mucho daño. La buena
noticia es que el Señor al que quiere lo corrige para que no se pierda, es por
eso que el Señor me invita a que coloque dentro de mi corazón y mi mente el
espejo de su palabra. Y cuando veo su palabra dentro de mí resulta que no soy
tan santo, resulta que estoy enfermo, resulta que soy un desastre. Ahora esta
palabra me invita a descubrís, mis pecado, mis fallas, mis errores y mis
defecto que todo lo saben menos yo. Las correcciones que me hace el Señor son
dolorosa para mí, pero tienen una finalidad que mi vida un día pueda llegar a
la verdadera santidad*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.